De la revolución al desastre en Venezuela (15)
¡La inseguridad,
el matraqueo, los colectivos, el contrabando,
la corrupción y la indiferencia
del Estado! (1)
¡Logros del
Socialismo del Siglo XXI!
¡Te contaré una
historia (53)!
Amigo Juan Pueblo,
otro episodio más que ha llevado a la destrucción, a uno de los países que iba
en franco proceso de desarrollo, pero esto fue premeditado, la destrucción de
nuestro país se planifico desde Cuba; y, el “Sátrapa de Sabaneta” con su
anacrónica retórica de su “Revolución Socialista”, desde el año 2008 escribiría
las páginas de todo lo que iba a suceder en esta bella nación, al norte del
sur. En la introducción de esta entrada, hemos tomado lo que, en el 2008, Hugo
Chávez Frías dijera sobre la seguridad en la cuarta república, presentando un
panorama de descredito a todo lo que se había hecho.
¿Por qué razón la seguridad sigue siendo un problema tan
grave en las calles, en los pueblos, en los barrios? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por
qué? No hemos podido solucionar problemas tan graves que azota a nuestro pueblo
en cada esquina, en cada casa, en cada vida, en cada niño, en cada mujer, en
cada familia, en cada existencia cotidiana. ¿Por qué sigue tan fuerte y
descarado el contrabando? Que nos hace mucho daño, el contrabando de
extracción, por ejemplo. ¿Por qué?, ¿cuál es la razón de la impunidad? ¿Por qué
las mafias siguen incrustadas en las estructuras de los servicios que le
pertenecen al pueblo, que le pertenecen a la gente?, ¿Por qué? ¿Por qué las
gestiones ante las instituciones públicas siguen siendo una pesadilla para el
ciudadano común?, ¿Por qué? ¿Cuándo acabaremos con los chantajes abusivos de la
permisología?, ¿Cuándo? ¿Por qué nos cuesta tanto producir bienes del uso
diario consuetudinario? ¿Por qué seguimos consumiendo tantos alimentos provenientes
de otros países? ¿Por qué la corrupción no la hemos podido frenar y mucho menos
derrotar? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Todos los días debemos hacernos esas
preguntas y buscar las respuestas en lo individual y en lo colectivo. ¡Todos
los días debemos angustiarnos por esas situaciones!
Debemos atormentarnos. Debe dolernos esta
situación. Al que no le duela creo que no es un revolucionario. Debe dolernos
en la piel, en el alma, debe angustiarnos, debe quitarnos el sueño todas estas
preguntas, y sobre todo el inmenso esfuerzo para buscar las soluciones e ir
directo a ellas. Este año, el año que quiero declarar del impulso
revolucionario, debe ser el año de las soluciones a los problemas menudos, a
los problemas concretos del pueblo.
Quiero que le pongamos especial atención a la
solución de esos problemas: la inseguridad, el abastecimiento de alimentos, las
cárceles, la lucha y la derrota a la corrupción, a la impunidad, al
burocratismo y a lo que está encerrado, pues, en el espíritu y en las letras de
todas estas preguntas.
Muchos de estos problemas tienen su origen –
debemos reconocerlo para buscar respuestas verdaderas y soluciones verdaderas –
en el mundo de los valores, y aquí la crítica tiene que apuntar no sólo hacia la
superficie, sino, sobre todo, hacia las profundidades, la cultura, la
educación, la comunicación. Moral y luces, decía Bolívar. Moral y luces
siguen siendo hoy nuestras primeras necesidades.
Sin revolución en la cultura ni en las
costumbres no hay solución en el tiempo. Una reflexión final, ésta del día de
hoy, de los valores, las costumbres, solidificadas durante años entre nosotros.
¡Venezuela en bajo nivel de conflictividad!
Hay unas cifras que no están aquí, pero que
las estoy recordando ahora mismo, que tienen que ver con algo muy importante y
que lo señalé anteriormente; el tema de los conflictos, la idea que tiene el
pueblo, la opinión pública, pues, acerca del grado de conflictividad existente.
En Venezuela, es uno de los más bajos del continente.
Conflicto, por ejemplo, entre la clase obrera
con los patronos; conflicto entre la Fuerza Armada y el pueblo; conflicto entre
distintos actores, ahí no tengo las cifras, por tanto, no voy a estar
improvisándolas, pero sí recordé, de manera general, si tengo la certeza de que
están allí las cifras. Es Venezuela, según la percepción popular, uno de los países –
comparando con los demás países de América Latina – con más bajo grado
de conflictividad. Y eso es muy importante, porque eso es madurar
sobre el conflicto. Saber navegar en un mundo que es naturalmente conflictivo:
la sociedad humana por naturaleza es conflictiva.
¡Que suba el telón!
Hecha en Revolución: ¡Inseguridad para el pueblo!
Venezuela se ha convertido en el segundo país
con mayor número de homicidios, y Caracas, la ciudad más violenta del mundo con
71 asesinatos por cada cien mil habitantes y 98% de impunidad. Luego de 18 años
de Gobierno, en los que se han invertido US$ 2.023 millones, han desfilado 19
ministros y se han anunciado con grandilocuencia 23 planes de seguridad, ésta
se encuentra en manos de policías que se gradúan en cursos de seis meses, la
población sigue armada, los pranes controlan las cárceles y operan más de 12
mil bandas criminales. Mientras los venezolanos están a merced de la
delincuencia, el Gobierno disminuye el número de efectivos policiales y aumenta
el número de militares.
“Toda persona tiene derecho a la protección por parte del
Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana […]”
Artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El Gobierno Nacional ha desarrollado planes,
como la OLP, que han vulnerado los derechos humanos de los ciudadanos.
¡Cronología de un gran fracaso!
1999: Se lanza el Plan
nacional de desarme carcelario y de seguridad ciudadana, el primero de 23
anunciados hasta 2017.
Tasa de homicidio: 70,1 por cada 100.000
habitantes.
Aragua, Miranda y Distrito Capital,
declarados los estados más violentos.
70.000 personas dedicadas al delito y se
contabilizan 12.000 bandas
Hay 27.285 policías frente a 489.487
funcionarios militares.
OVV proyecta cierre de año con 30.000
asesinatos.
https://transparencia.org.ve/project/inseguridad-pueblo-hecha-revolucion/
¡La violencia en Venezuela fue "más
letal" que la pandemia, según ONG! dw.com, 29/12/2020.
El Observatorio Venezolano de Violencia
contabilizó 11.891 fallecidos por causas violentas, mientras que las cifras
oficiales aseguran que han muerto 1.018 personas por o con COVID-19.
Un informe del Observatorio Venezolano de Violencia
(OVV), que es usado como referencia ante la falta de cifras oficiales
sobre la criminalidad, asegura que en Venezuela se han producido en 2020 casi
12.000 muertes violentas. El reporte, divulgado este martes (29.12.2020), cifra
en 11.891 los decesos causados por acciones criminales, lo que da una tasa de
45,6 por cada 100.000 habitantes.
La violencia además "ha sido 11 veces
más letal que la epidemia" del coronavirus, dijo Roberto Briceño-León,
presidente del OVV, citando una estadística de 4 personas muertas por
COVID-19 por cada 100.000 habitantes en el país, un total de 1.018 fallecidos
reconocidos oficialmente. La cifra de muertes violentas representa una
disminución en comparación con 2019, pero aún es mucho mayor a la media mundial
y de la región.
Ese año, la ONG registró 16.506
muertes por causas violentas, lo que arrojó una cifra de 60,3 por cada cien mil
habitantes. Entre los casos de 2020, hubo 4.231 personas (35,5 por ciento) que
fallecieron en lo que se llama "resistencia a la autoridad" (a manos
de la Policía), 4.153 homicidios y 3.507 muertes que están en averiguación que,
según aclaró el director del OVV, son "muertes claramente
violentas" a juicio de la ONG.
¡La policía mata más que los delincuentes!
Briceño-León denunció que hay una "epidemia de violencia
policial", puesto que desde 2016 ha habido "un aumento
sostenido de la letalidad policial" y, desde entonces, "cada año hay
más víctimas por haberse resistido a la autoridad que los homicidios de
cualquier otro tipo". Pero por primera vez en 2020 hubo más muertos a manos
de policías que de delincuentes: 101 casos provocados por los agentes, por cada
100 homicidios delincuenciales.
La mitad de esas muertes fueron cometidas por
el Cuerpo de Investigaciones Criminalísticas (CICPC) y la Policía
Nacional, a través de la temida Fuerza de Acciones Especiales (FAES),
que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
Michelle Bachelet, pidió disolver tras denuncias de miles de ejecuciones
extrajudiciales.
Briceño-León destacó que, si bien en
Venezuela "hay
menos delincuentes
porque han emigrado” en medio de un éxodo por la crisis económica,
"no es posible desestimar el impacto que puede haber tenido también el
proceso de exterminio aplicado por las acciones extrajudiciales" de las
fuerzas del orden.
https://www.dw.com/es/la-violencia-en-venezuela-fue-m%C3%A1s-letal-que-la-pandemia-seg%C3%BAn-ong/a-56089710
¡Los colectivos armados en Caracas!
observatoriodeviolencia.org.ve
La actuación de los colectivos armados en
distintos ámbitos de violencia en Caracas fue notoria en el año 2020. En este
sentido, es importante seguir poniendo la lupa en los distintos procesos en los
que siguen apareciendo como entidades sociales para favorecer a la “revolución”
y verse, a la vez, beneficiados al seguir manteniendo a los mandatarios del
régimen en el poder. El colectivo es una agrupación de personas con un objetivo
político, que acompaña al llamado “gobierno revolucionario”; es un brazo armado
de la sociedad civil que se constituyó en una base de apoyo, primero del
extinto presidente Chávez, y lo sigue siendo del mandatario Nicolás Maduro y de
otras figuras oficialistas. Líderes de oposición los llaman «parapoliciales»,
la ex fiscal general Luisa Ortega los definió como «grupos civiles armados al
margen de la ley»; la mayoría son ex policías, y simplemente en
las calles se les conoce como colectivos.
Los colectivos han cobrado un papel
protagónico durante el clima de confrontación y de conflicto político entre
gobierno y oposición que se manifiesta en las calles, sofocando y controlando
con armas las protestas pacíficas antigubernamentales. Sus acciones fueron
evidenciadas durante la ola de protestas en 2014 y 2017 en Caracas, cuando
estas agrupaciones participaron activamente para reprimir o asediar a la
disidencia en esos momentos convulsivos que dejaron más de 130 muertos.
Algunas zonas como el 23 de Enero, en el
municipio Libertador, están controladas con armas e impunidad por estos grupos,
lo que ha sido en varias oportunidades motivo de denuncias de vecinos y ONG
para frenar la amenaza que representan estos grupos en ese sector. En 2018, la
muerte de un líder de uno de los colectivos -que formó parte del asedio a una
casa donde se encontraba Oscar Pérez y su grupo, asesinados en el operativo
realizado en El Junquito, en enero de 2018- confirma una vieja denuncia que
hacen sectores de la oposición política que tiene que ver con la presencia de
colectivos en los operativos y las acciones especiales que realizan los cuerpos
de seguridad del Estado, e incluso llegan a tener credenciales policiales.
En el reciente acto electoral de 2020, fue
evidente su actuación, entre otros grupos afines al gobierno, de presionar a
las personas en los barrios para asistir y elegir a la actual Asamblea Nacional
(AN) oficialista. Asimismo, colectivos motorizados afectos al oficialismo
impidieron, el 12 de diciembre, la instalación de los puntos de la Consulta
Popular opositora, sobre todo en el centro de la ciudad, agrediendo en algunos
sitios a los voluntarios encargados de la organización, de acuerdo con las
declaraciones del Coordinador del Frente Amplio de Caracas. Así también, el 12
de febrero de 2021, colectivos disfrazados de supuestos reporteros intentaron
agredir al líder opositor Juan Guaidó y a su equipo, al salir del acto
celebrado por el Día de la Juventud en la Plaza Bolívar de Chacao.
La intimidación y amedrentamiento de estos
grupos colectivos motorizados se mantuvieron durante el año 2020 en las
protestas reivindicativas intensificadas en las calles de Caracas a pesar de la
pandemia. Éstos son llamados por la misma policía o la Guardia Nacional para
dispersar, causando temor con su sola presencia en los sitios de concentración
y en marchas de los representantes del sector salud y educación, de
trabajadores informales en algunos mercados, así como en las comunidades cuando
éstas trancan calles y avenidas por las constantes fallas de los servicios
públicos y escasez de gasolina.
Entre otras acciones violentas de estos
grupos armados en el Área Metropolitana de Caracas, solicitadas por instancias
de alto nivel de gobierno, se destacan la toma de las sedes de partidos
políticos de oposición, la confiscación de inmuebles y bienes de ONG
defensoras de derechos humanos, como Caracas Mi Convive y Alimenta la
Solidaridad.
Una práctica recurrente en los últimos dos
años –y, en particular, en los primeros dos meses de 2021- de algunos
colectivos ha sido estar al frente de las tomas de espacios privados, alentadas
y respaldadas por autoridades y en favor a la “revolución”. Estos colectivos
armados son reforzados desde la vicepresidencia de la AN oficialista,
que se propuso la confiscación de los bienes y tierras que estuviesen en
desuso, aludiendo a la migración que ha habido en el país, y cuyos dueños están
en el extranjero. Estos grupos, con apoyo gubernamental para realizar este tipo
de ocupaciones ilegales, reciben pagos, ya que los lugares tomados son alquilados
u obtienen pagos (vacunas) de los dueños, lo que indica que estas acciones
persiguen objetivos económicos y políticos, y responden a una política del
gobierno. Operan ingresando a la propiedad privada a la fuerza, rompiendo
cerraduras de edificios, a veces sometiendo a la vigilancia.
De acuerdo con denuncias del Frente en
Defensa del Norte de Caracas, los colectivos han participado en 53 tomas o
invasiones de edificaciones en Caracas entre 2019 y 2020, y según las
estimaciones realizadas por esta organización, 40 de éstas ocurrieron durante
la cuarentena. El 57% fueron de industrias y comercios, y el resto de
residencias. Además, dicha organización indica que hasta ahora hay un total
de170 edificaciones tomadas, solo en el Distrito Capital.
https://observatoriodeviolencia.org.ve/news/los-colectivos-armados-en-caracas/
Amigo Juan Pueblo,
si el “Arañero de Sabaneta” viera el desastre en la que está sometida la “Seguridad
en Venezuela”, en las calles, en los barrios, en los pueblos. El se preguntaba
¿Por qué? ¿Por qué? ¡Por qué? La respuesta, una de ellas es el nombramiento de
Iris Varela como ministro de Asuntos Penitenciarios en Venezuela, comparada por
el “Sátrapa de Sabaneta” con la madre Teresa de Calcuta. Querían hombres y
mujeres nuevos, lo lograron, cuerda de malandros y criminales, que se abrazan y
besan con la ministra.
Voy a compartir contigo amigo, lo que muchos
de los que sigo en la red de Twitter expresan:
Fermín Mármol @FERMINMARMOL, twitteó: “Tema d
alcabalas móviles d seguridad pública están generando, lamentablemente, más
zozobra q tranquilidad.
Ello debe ser para temas extraordinarios no
como rutina operativa, así no es exitoso contra el crimen. Urge transformar
dinámica operacional y cumplimiento d Resoluciones” (28 junio 2021).
Delsa Solorzano @delsasolorzano, twitteó: “El
Koki y su banda sigue acosando a Caracas. Los vecinos del Oeste de la ciudad no
tienen en este momento garantía de su derecho a la vida o integridad personal.
Esto ocurre mientras la dictadura realiza ascensos militares” (8 JULIO 2021).
Andres Velasquez @AndresVelasquez, twitteó: “La
violencia impuesta en Caracas y en Venezuela entera por bandas criminales, sólo
será detenida con un cambio de gobierno nacional. El actual régimen es el
responsable y no da la cara” (8 julio 2021).
Un gran problema para Venezuela: ¡Las megabandas criminales “están ascendiendo
a otro nivel”!
“Algo que tiene 20 años en el país no se va a resolver con
una varita mágica, eso sería demagogia y engañar a las personas, aquí hay problemas
estructurales que generan estas pandillas”, fueron las palabras
del abogado penalista Luis Izquiel.
Durante la Conversa 2.0 con nuestro director
de 2001, Juan Ernesto Páez Pumar, se analizó las implicaciones de las bandas
criminales en el país, principalmente las que operan en la Cota 905.
Los nombres de estas organizaciones
criminales son notoriamente conocidas en Venezuela debido a los múltiples
hechos de violencia que han perpetrado, en el que Carlos Luis Revette alias “El
Coqui”, Garbis Ochoa Ruíz “El Garbis” y Carlos Calderón “El Vampi” buscan
ampliar su territorio criminal.
“Las Zonas de Paz les accedió territorio a
las bandas, todos hemos visto como la banda de la Cota 905 es capaz de
lanzar disparos de fusiles contra funcionarios del Cicpc, luego la declaración
del director del mismo organismo lo menos ingenua, por no decir irresponsable,
de hecho fue desmentida en la práctica pocos días después por esta misma banda
que domina la Cota 905 y que está tratando de expandirse hacia La Vega,
protagonizando tiroteos continuos, después de esa declaración de un director de
la policía científica, los hechos desmintieron que eso podía ser factible”,
afirmó el también criminólogo.
¡Diálogo!
Luis Izquiel prosiguió refiriéndose a las
declaraciones que ofreció el director del Cicpc, Douglas Rico, el pasado 26 de
abril de 2021 en el que afirmaba plantear un diálogo con los grupos
armados de la Cota 905 para que depongan las armas, señaló que “las
negociaciones se presentan cuando un delincuente está rodeado por funcionarios
policiales y se le señala que se le va respetar la vida y el debido proceso, pero
pensar que delincuentes activos que ganan grandes cantidades de dinero
vendiendo drogas, secuestrando, robando vehículos, desvalijándolos, y unas
cantidades de fechorías, tú crees que van a entregar sus armas y se van a
pacificar, simplemente para que se establezca un diálogo, bueno repito es
ingenuo y hasta irresponsable”.
Izquiel recordó el antecedente de un diálogo
entre delincuentes y Gobierno que fue en El Salvador en el año 2012 con las
bandas criminales mara Salvatrucha MS-13 y la Pandilla 18. “En ese año hubo una
reducción importante de los delitos, no fueron públicas las negociaciones,
reducción de delitos, pero luego ese pactó se rompió, muchos de los que
hicieron este diálogo están presos”, contó Izquiel.
https://www.lapatilla.com/2021/07/06/un-gran-problema-para-venezuela-las-megabandas-criminales-estan-ascendiendo-a-otro-nivel/
CONTINÚAN PIDIÉNDOLE “CACAO” AL HAMPA: ¡Douglas Rico propuso dialogar,
con los delincuentes que ellos mismos empoderaron! @DolarToday / Jul 9,
2021.
Sin embargo, la respuesta de “El Koki” ha
sido atemorizar a la población caraqueña enfrentándose a otras bandas
delincuenciales y a los propios cuerpos policiales de la dictadura, sin
consideración alguna con los civiles que en varias oportunidades han resultado
heridos e incluso han sido víctimas fatales de balas perdidas.
Frente a este panorama, el ex Comisionado
Especial de Seguridad e Inteligencia del gobierno interino de Venezuela, Iván
Simonovis expresó su desacuerdo con la “solución” que presenta Douglas Rico.
“Con el hampa se dialoga cuando los tienen
rodeados, no antes. El objetivo es que depongan su actitud, quitarles las armas
y que se entreguen a la policía”, fustigó Simonovis, quien fue secretario de
Seguridad Ciudadana del Distrito Capital en 2002.
Del mismo modo, Simonovis resaltó en ese
momento que los encargados de las negociaciones con grupos criminales son los
especialistas en el tema y “no el director de un ente de seguridad del Estado”.
Argumentó que así está suscrito en los protocolos de actuación de la Cicpc.
¡Zozobra en Caracas!
Desde el pasado año 2020 se viene conociendo
de tiroteos en la capital por parte de la banda del mencionado delincuente,
dejando saldos negativos en los tres bandos: policías fallecidos, delincuentes
de baja y civiles inocentes asesinados.
El más recuente ocurrió en la tarde del
pasado miércoles 7 de julio en la Cota 905 y este jueves 8 el sector
amaneció atemorizado por los estruendosos sonidos de las balas que despertaron
a los habitantes del lugar.
Y mientras los integrantes de las bandas de
“El Koki”, “El Vampi”, “El Mayeyas”, entre otras organizaciones delincuenciales
siembran terror en la población caraqueña, las autoridades venezolanas guardan
silencio o se ofrecen a “dialogar”, como se haría con algún componente
diplomático. Fuente: La Patilla.
https://dolartoday.com/continuan-pidiendole-cacao-al-hampa-douglas-rico-propone-dialogar-con-delicuentes-de-la-cota-905/
¡Quiénes engendraron al “Koki”!
Por Antonio Ledezma, PANAMPOST, 11 JULIO,
2021.
Todo este desajuste y fuentes de violencia
fue premeditado. Es parte del perverso esquema que conduce a ejercer el control
social, mediante el carnet de la patria, de las misiones, de la entrega de
armas de guerra y la instalación de campos de entrenamiento para los combates
con el enemigo imaginario del imperio.
Queda claro que el reto de superar el drama
de la inseguridad es gigantesco y requerirá del esfuerzo de todos con base a
planes que respondan a una visión holística del caso. Sabiendo que se corre el
riesgo de parecer repetitivo, es inevitable insistir en que la clave para
recuperar Venezuela de esta tragedia estará en un resucitado Estado de Derecho.
La madriguera del hamponato que secuestra las instituciones del país está en la
impunidad. Ese relajo no es casual, más bien responde a un patrón de conducta
que le permite a la corporación criminal ejecutar sus actos delictivos, que van
desde saltarse a la torera dispositivos constitucionales, leyes, reglamentos,
códigos y ordenanzas, hasta detener o secuestrar personas, torturarlas y
asesinarlas; además de cercenar el derecho a la expresión libre y pisotear la
propiedad privada. Así fue que se montó la cuna en la que las manos del régimen
mecen a los que ahora integran poderosas megabandas, como la del “Koki”,
sin duda alguna procreado en la era chavomadurista.
En nuestro ámbito continental, será
indispensable aplicar un Plan Colombia, adaptado a Un Plan Venezuela, teniendo como
referencia el confeccionado en el gobierno del presidente Andrés Pastrana en
1999, que logró conseguir un definitorio apoyo de la Administración del
presidente de los EE. UU., Bill Clinton, y un respaldo efectivo de Joe Biden,
quien entonces era senador de los EE. UU. y ahora presidente de ese país.
Ese plan se concibió para atacar y buscar
remediar el prolongado conflicto armado que viene sacudiendo a la hermana
República de Colombia con los impactos que afectan a Venezuela, Brasil y
Ecuador. Además de pretender concebir una acción conjunta que controlara y
derrotara esas fuerzas subversivas, se proponían, los autores de ese Plan
Colombia, dar rienda suelta a una estrategia plural que enfrentara con la
fuerza necesaria a las mafias del narcotráfico. Para tales efectos se activaron
algunos programas específicos como la Iniciativa Andina Contra Las Drogas, que
a su vez fue fortalecida financieramente por la Foreign Military Financing (FMF)
o la Financiación Para Fuerzas Militares Extranjeras, dependiente de la Cuenta
Central Antinarcóticos del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Ese
plan ha venido dando giros hasta involucrar, también entre sus objetivos, al
terrorismo internacional, dada la estrecha relación entre los cárteles del narcotráfico
con los grupos terroristas.
Pues bien, Venezuela actualmente está
atenazada por los más diversos y peligrosos grupos irregulares. Dentro operan a
sus anchas miles de bandas delincuenciales que controlan territorios,
manteniendo a raya a los cuerpos policiales, que a su vez están infestados de
todo tipo de vicios. Esas bandas se reparten los espacios, así tenemos que hay
bandas a las que les corresponde manejar todo lo relacionado con hurto y robo
de vehículos, otras tienen como fuente de ingreso los atracos o hurtos de
celulares, otras los secuestros exprés, y en ese reparto de zonas y áreas se
incluye la venta de drogas, desde el menudeo, la venta por consignación o las
grandes operaciones de tráfico de estupefacientes. Los sicariatos son las formas
para controlar sindicatos en un país donde las elecciones democráticas van en
desuso.
Las operaciones del narcotráfico son de vieja
data, para ser preciso recordemos que la Dra. Mildred Camero, a cargo de la
Oficina Nacional Antidrogas, con rango de ministra de Estado, presentó
expedientes con denuncias documentadas al entonces presidente de la República
Hugo Chávez. La ministra fue despedida después de reunirse con Chávez en el
palacio de Miraflores. Eso fue en el año 2005. Pero más adelante surgió la confesión
de quien se desempeñó como magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Eladio
Aponte Aponte, quien en abril del año 2012 desató una tormenta política al
desvelar el entramado de las redes del narcotráfico en las instituciones del
Estado venezolano con la connivencia de factores gubernamentales. Es así como
comienzan a salir a la luz pública los nombres de militares, jefes policiales
relacionados con la Interpol, el CICPC, la DGCIM, el SEBIN, Policía Nacional,
regionales y municipales, además de jueces y otros altos personeros señalados,
entre otros narcos, por Walid Makled (actualmente cumple condena en la prisión
El Helicoide de Caracas).
La realidad es que Venezuela dejó de ser un
Estado de Derecho para pasar a ser, tristemente, un narcoestado. También
dejamos de ser un país petrolero, porque ahora somos un país cocalero. «Las
noticias e informes confiables revelan que desde el territorio nacional salen
cargamentos de drogas que superaron el año 2019 más de 240 toneladas», así lo
destacó una investigación realizada por la cadena de televisión CNN.
Otras denuncias indican que en espacios de los estados Zulia y Apure, se han
construido pistas clandestinas desde donde despegan aviones cargados de drogas
hacia Honduras, Guatemala o México. Que las lanchas rápidas surcan nuestras
costas llevando alijos importantes que le reportan cuantiosas ganancias a los
cárteles de México (Sinaloa, Jalisco y Juárez) y de Colombia asociados con el
cártel venezolano de Los Soles, denominación relacionada con las insignias que
identifican los altos rangos de los militares corruptos de Venezuela. Ese
cuadro que no obedece a una película de ficción es el que ha dado lugar a la
publicación de avisos ofreciendo recompensas por la información que facilite la
captura de los capos del narcotráfico que operan desde Venezuela, comenzando
por la oferta de 15 millones de dólares por Nicolas Maduro.
El Arco Minero, ubicado en el eje de Guayana,
que representa más de 73 % del territorio nacional, es controlado por grupos
irregulares, una mezcla de narcos, terroristas, hampa común y comerciantes de
mercados paralelos, que compiten en medio de una selva que se lleva por delante
las tradiciones de etnias y la ecología de buena parte del territorio nacional.
En ese amplio espacio está la mina número 4 del mundo por la riqueza que
entraña, además de la abundancia del llamado Oro Azul, el coltán. El informe
del año 2020, dado a conocer por la Organización Kapé Kapé contiene detalles de
«la manera cómo se lleva a cabo la explotación minera ilegal en comunidades
indígenas, confirmando que parte del oro producido se vende al Banco Central de
Venezuela».
Ese informe de 52 páginas elaborado por un
equipo integrado por Henry Gómez Montiel, Ítalo Pizarro, José Naveda,
Melquíades Ávila y Simeón Rojas, quienes contaron con el asesoramiento de
Teresa Peña, Faustino Rodríguez e Isabelina Rodríguez. El llamado Oro Azul o
coltán es un mineral, según consta en el precitado informe, «de alto valor
comercial y con gran demanda en la industria tecnológica por sus propiedades
(primer informe, 2020) y cuyas minas se encuentran en Parguaza al sur del
municipio Cedeño en el estado Bolívar, desde donde se contrabandea hacia países
como EE. UU., Tailandia, Corea del Sur, Colombia, Brasil y mercados del Medio
Oriente».
Las megabandas que ahora tomaron parte del
territorio nacional tuvieron su esplendor en las llamadas “Zonas de Paz”.
Esa insólita política de conversión de delincuentes por ciudadanos decentes se
ligó con una no menos peligrosa táctica del régimen chavomadurista que decidió
instalar sus CDR cubanos a lo venezolano. El embrión estuvo en los llamados “círculos bolivarianos”,
después derivaron en los conocidos “colectivos”, luego se agregaron las famosas UBHC, que
significan “Unidades
de Batallas Hugo Chávez”, otro aro lo representan las milicias, más las
legiones de presidiarios liderados por los pranes que manejan los centros
penitenciarios.
En conclusión, todo ese desajuste y fuentes
de violencia fue premeditado. Es parte del perverso esquema que conduce a
ejercer el control social, mediante el carnet de la patria, de las misiones, de
la entrega de armas de guerra y la instalación de campos de entrenamiento para
los combates con el enemigo imaginario del imperio. Así nacieron los kokis en Venezuela.
Antonio Ledezma: Exalcalde
Metropolitano de Caracas en el período 2008-2015. Abogado, especialista en
Gerencia Pública. Exiliado político.
Amigo Juan Pueblo,
esto se cuenta y no se cree, desde 2013 las autoridades cedieron a grupos
delictivos el control de territorios sin vigilancia policial a cambio de que
depusieran las armas y se reintegraran a la sociedad. El proyecto, lejos de
funcionar consolidó el poder de personajes como el “Koki”, que convirtió la
zona de paz de la Cota 905 en su propio reino. Zonas de Paz, plan de
desarme que fracasó.
Antonio Ledezma @alcaldeledezma, twitteó: NO
COMAN CUENTO: “Megabandas como la del Koki, carteles de drogas, grupos
terroristas, los pranes de las cárceles, los colectivos paramilitares, las
corporaciones de la corrupción, todo eso es lo mismo que le sirve y representa
a Maduro y su revoltillo de comunismo y populismo” (8 julio 2021).
Tulio Ramírez @tulioramirez, twitteó: “Mire
señora Ministro a los únicos que he visto fotografiarse con malandros son
alcaldes y ministros chavistas. Recuerde que el galáctico los llamaba
"Buenandros", bueno, lidie usted con sus buenandros” (8 julio 2021).
¡Que baje el telón!
This
story will continue.
¡El ‘Koki’, batallones de exterminio y
COVID-19: tres virus letales en Venezuela!
Por Gabriela Montero, PANAMPOST, 8 DE JULIO.
2021.
Provea denuncia una profundización del
autoritarismo marcado por abusos policiales, detenciones arbitrarias y
ejecuciones extrajudiciales en medio de las medidas de confinamiento y una
guerra que el régimen no logra ganarle a las bandas criminales.
El oeste de Caracas amaneció este jueves
entre una humareda negra e incesantes detonaciones porque Carlos Revete alias
el “Koki” impone –una vez más– su poderío delincuencial en la Cota
905 frente a las fuerzas de seguridad del régimen de Nicolás Maduro, que
por enfrentamientos similares ya acumula más muertos que las estadísticas por
coronavirus en Venezuela.
De este último episodio hay imágenes en
Twitter. El reporte es de cuatro fallecidos y cinco heridos. Entre los muertos
están tres civiles y un miembro de la banda criminal. Este último ingresó al
Hospital Miguel Pérez Carreño sin signos vitales, proveniente del túnel de El
Cementerio.
Los demás –todos heridos con armas de fuego–
ingresaron al mismo centro de salud provenientes de los túneles de El Paraíso,
La Planicie y El Cementerio, zonas donde domina el “Koki”, acusado desde
2017 por tráfico de armas, narcotráfico y extorsión.
La escena resume lo que ocurre en el país
durante la pandemia: inocentes pierden la vida en tiroteos donde los cuerpos de
seguridad chavistas son superados por las bandas criminales que se gestaron en
su sistema. Los abusos policiales y ejecuciones extrajudiciales están a la
orden del día, pero en muchos casos las víctimas son inocentes, pues grupos
armados como el dirigido por el “Koki” siguen sembrando el terror en la
capital venezolana sin que el régimen haya podido neutralizarlos.
En su intento por tomar el control, los
cuerpos de seguridad al mando de Maduro terminan abultando su lista de abusos
sin lograr ofrecer seguridad a la población. Es una “profundización del autoritarismo
marcado por abusos policiales y detenciones arbitrarias, en medio de las
medidas de confinamiento”, asegura el Programa Venezolano de
Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) en su último informe
citado por la Voz de América.
¡Más letales!
Según Provea, “la Policía Nacional fue más
letal que el propio virus del COVID-19″ en 2020, al alcanzar 2853 ejecuciones
extrajudiciales, la mayoría de ellas cometidas en los estados Zulia (occidente)
y Aragua (centro), que, a juicio de la organización, podrían constituir
crímenes de lesa humanidad. Una cifra que duplica el número de muertos a causa
del virus que entre abril y diciembre sumó 1028 defunciones, según las cifras
admitidas por el régimen.
“La mayoría de las muertes corresponden a
hombres de entre 18 y 39 años que viven en vecindarios humildes”. Provea agrega
que “pareciera
que ser joven y pobre es igual a ser criminal. Hay una política de discriminación clara y
letal».
A juicio de la organización, los casos
constituirían posibles crímenes de lesa humanidad, por ello, desde su cuenta en
Twitter impulsa la campaña “No más balas”.
PROVEA @_Provea, twitteó: La Vega merece paz,
El Cementerio merece paz, El Paraíso merece paz, El Valle merece paz, Montalbán
merece paz, Caracas merece paz.
Basta de vivir bajo un Estado de terror,
donde las balas perdidas cobran vidas y heridas de personas inocentes.
#NoMásBalas. #8jul.-21.
¡Tres epidemias juntas!
Las cifras reflejan que Venezuela sufre tres
epidemias juntas: el coronavirus, la violencia y la violencia policial, que
según El Mundo es “la más agresiva de todas porque en el país donde todo es
posible, las fuerzas gubernamentales matan más que los delincuentes y que el
COVID-19”.
El Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV)
lo confirma. Incluso, los números de esta organización son más preocupantes al
contabilizar 4231 muertes violentas provocadas por «resistencia a la autoridad»
–denominación oficialista que esconde las presuntas ejecuciones extrajudiciales
encabezadas por las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES)–
que Naciones Unidas cataloga como «batallones de exterminio» del chavismo.
La data del observatorio registra cuatro
veces más asesinatos. Un desastre. Una tragedia si además se considera que de
las 11891 muertes violentas reportadas el año pasado, el país sumó 4153
homicidios y 3507 fallecidos en grado de averiguación. Mientras tanto, el “Koki” continúa
demostrando tener más poder que las fuerzas policiales y acorralando al
régimen.
El noticiero Venezuela @elnoticierovzla,
Twitteó: ¡¡¡Urgente!!! Cuerpos de Seguridad “acorralados”. La guerra de la
banda del “Koko” se intensifica cada vez más. 8 de julio 2021.
Gabriela Montero: Periodista
venezolana residenciada en Chile. Egresada de la Universidad del Zulia.
Experiencia como editora y productora de contenidos para medios impresos y
digitales con énfasis en las fuentes de política e internacional.
Blog Hoja 156
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