Aquellos Años (2015–2019) … Soy migrante en tierras ecuatorianas
La Paradoja de la
Hambruna Venezolana
Holodomor del Socialismo
del Siglo XXI
(Reseña 1ra. Parte)
¡Les contaré una historia (8)!
Cuando salí de Venezuela Juan Pueblo,
invitado por mi hijo mayor a pasar una temporada en la hermosa ciudad de Quito,
no sabía que mi regreso solo iba depender de los cambios que se produjeran en
mi país, ¡esperaré! Me convertí en migrante, pero te cuento algo, no sé qué me
dio por traerme dos libros, uno “El Reto
al Hambre” cuyo autor Miguel Ángel Núñez Núñez, Universidad de los Andes,
1990. Y el otro libro “Ecología Socialista” de René Dumont, ediciones
Martínez Roca, 1980. Este último libro tiene un subtítulo, “Sólo una ecología
socialista puede permitirnos sobrevivir”, bueno los venezolanos actualmente
están sobreviviendo en un sistema socialista fracasado, es más se mueren de
hambre por falta de comida, medicinas y pare de contar. ¡Miseria Socialista!
La instauración del socialismo en Venezuela ha sido como una inundación que
sepultó todo bajo sus arenas movedizas de cuanto había sido erigido en el
tiempo. Entre sus víctimas cae no sólo la producción agrícola, la industria y
el comercio, también los bienes y servicios; y nace la especulación del “bachaqueo”
y los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Esta metamorfosis ocurrida en estos 20 años de revolución,
cambió la vocación de los sistemas de producción de las tierras dedicadas en
los procesos económicos, debido a la famosa frase “Exprópiese”, carajo y allí cambió todo.
En la síntesis del libro “El Reto al Hambre”, “NUESTRAS ASPIRACIONES DE
LUCHA” el autor establece algo que llamó poderosamente mi atención, veamos:
“Las sociedades hoy día liberadas
por los diversos movimientos revolucionarios han demostrado que la orientación socialista, no
puede prometer por sí sola “el paraíso”. Pero si las transformaciones sociales
progresistas en su marcha hacia la única alternativa de erradicar el hambre, han permitido no solamente eliminar la
injusta desigualdad que vivimos en nuestra sociedad, sino también movilizar,
más efectiva y eficientemente los recursos del trabajo, la economía y de la
naturaleza, basados en la amplia disposición y aplicación de los logros de la
ciencia y técnica”.
¡Que suba el telón!
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Bueno Juan Pueblo, nos volvemos a encontrar, y esta vez para
hablar de un tema sumamente delicado y escabroso “La Paradoja de la hambruna
venezolana”. El socialismo chavista ha situado la comida como “Instrumento de Control Social”,
incluso de su gestión. Así lo reflejan las encuestas: el 54% cree que puede
perder los beneficios que se reparten a través del “carnet de la patria” o que incluso pueden
ser agredidos si votan por uno de sus rivales (Oposición).
-
¡Horror! Juan Pueblo me comenta, que leyó un artículo publicado
en el portal web www.elnuevoherald.com,
titulado “El espectro de la hambruna ronda Venezuela”, escrito por
el periodista Antonio María Delgado, de fecha 3 de agosto de 2016. En el mismo
hace una entrevista al diputado opositor William Barrientos, vicepresidente de
la Comisión de la Salud de la Asamblea Nacional. Sería interesante que lo
rumiáramos un poquito, es trágico.
El diputado opositor dio a conocer las condiciones de desnutrición de niños
venezolanos debido a la severa crisis económica que golpea al país, considerado
alguna vez como una de las más prósperas.
Niños desnutridos que se desmayan en las escuelas por deficiencia calórica.
Menores que, en casos más extremos, fallecen por complicaciones derivadas del
marasmo, sus débiles cuerpos reducidos a piel y hueso, sus costillas claramente
delineadas en el torso.
“Estamos viendo casos que desde hace
40 años no se veían”
Un estudio elaborado por la comisión concluyó que nueve de cada 10 hogares
venezolanos carecen de recursos para una alimentación balanceada en un país que
incursiona por el sendero de la hiperinflación.
Según los últimos datos disponibles (2016), la canasta alimentaria para una
familia de cinco personas está por el orden de los 226,000 bolívares mensuales,
mientras que el salario mínimo se ubica en el orden de los 15,000 bolívares. Eso
significa que los venezolanos están pasando hambre pese a vivir en un país que
ostenta las mayores reservas de petróleo del planeta.
Expertos explican que la economía venezolana comenzó a implosionar hace
tres años con el colapso del modelo petropopulista aplicado por el chavismo que
asfixió la producción nacional con políticas antiempresariales, mientras
mantenía los supermercados llenos con productos importados.
“Venezuela empieza a
mostrar signos de pobreza pertenecientes a otros continentes”, comentó desde Washington
Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends. “Y el
impacto de esta crisis está golpeando más severamente a los sectores más
vulnerables, que son los niños”.
El hambre también se ha hecho presente en las escuelas, añadió la diputada
Karin Salanova en una entrevista divulgada por el periódico Panorama.
“Tenemos niños que se
desmayan en los colegios […] El hambre entró en las aulas de clase; hay niños que mueren por
desnutrición”, manifestó la legisladora opositora.
Es difícil ilustrar con cifras la proporción del problema en Venezuela,
ante la negativa del régimen de Nicolás Maduro a divulgar indicadores sobre la
economía y la salud pública.
Pero Barrientos enfatizó que los médicos venezolanos han comenzado a ver en
los centros asistenciales problemas que no se registraban en el país desde hace
más de cuatro décadas.
La pobreza y la desnutrición se ven con más fuerza en las zonas rurales,
donde existen pueblos enteros totalmente desabastecidos de productos, dijo.
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Entrando en calor de la
conversación, Juan Pueblo comenta, La vida
diaria en Venezuela se ha vuelto irreconocible en comparación con lo que era
hace tan solo unos años. El hambre es un problema común y los estantes de las
tiendas de abarrotes siguen vacíos. En la desesperación, la gente humilde, la
más pobre, tratando de satisfacer sus necesidades alimenticias con “yuca amarga”, Dios santo
que tragedia.
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Bueno Juan Pueblo, te contaré, en el portal web
https://.dolartoday.com, apareció un artículo titulado: “¡La yuca amarga! La
hambruna venezolana no solo mata por hambre…”, escrito por Ibsen Martínez
(TalCual), de fecha 2 de marzo de 2017. Sería interesante estimado amigo, que
tomáramos algunos datos de este artículo para analizar.
La yuca amarga, el aspecto de este tubérculo es indistinguible del de la
yuca dulce, que sancochada o a la brasa acompaña la dieta popular venezolana y
otros países del vecindario. Si no aprendes a diferenciarlas y comes de la
amarga, mueres por envenenamiento.
Los aborígenes amazónicos descubrieron que la yuca amarga tiene altas
concentraciones del letal ácido cianhídrico (o cianuro de hidrógeno), principio
activo del curare, veneno con que se inficionan las flechas y dardos para la
guerra y la cacería.
“La hambruna venezolana, como toda
hambruna, no solo mata por hambre sino, también, por desesperación”.
Ya son muchas las muertes registradas entre los muy pobres por comer yuca
amarga buscando mitigar el hambre en medio de la atroz escasez que padece
Venezuela.
Los niños, alimentados por sus angustiadas madres con el líquido lechoso
que deja el hervor del tubérculo, mueren casi en el acto. Característicamente,
Nicolás Maduro se ha limitado a advertir, con una macabra chanza televisada,
que si no se aprende a diferenciar la yuca amarga de la dulce “puede haber problemas”. ¡Carajo,
que desfachatez!
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Cuantos muertos por
hambre hay en nuestro país por culpa del gobierno socialista, eso Juan Pueblo no es más ni menos que el “Holodomor
venezolano”, aplicado por el gobierno para controlar al pueblo. Que te parece,
una forma de control trágica, pero eso no importa, lo que importa es mantenerse
en el poder.
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Qué es eso de
“Holodomor”, de que me ésta hablando usted. Esa palabra no está en mi léxico
campechano. Palabra muy rimbombante para expresar la “gran hambruna
venezolana”.
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Te lo voy a explicar Juan Pueblo, con un artículo aparecido en el portal
web https://elretohistorico.com, titulado: “¿Qué fue el holodomor? La gran
hambruna ucraniana”, escrito por Víctor Tarrida, el 20 de noviembre de 2018.
Holodomor es una palabra que se compone de la unión de los términos gholod y mor que significan hambre
y plaga respectivamente. El término Holodomor significaría algo como “muerte por hambre” o “plaga del hambre”.
Con el gobierno de Stalin, las políticas sobre Ucrania se endurecieron.
Stalin, paranoico de que el nacionalismo ucraniano supusiera una amenaza para
la URSS, inicio una purga, persiguiendo a los Kulaks, que se podrán clasificar
como los campesinos con más propiedades y que tenían a otros trabajando sus
campos. El proceso de colectivización, que se vendió como una deskulakización,
era, en realidad, un ataque al nacionalismo ucraniano.
Ejemplos de este ataque se ven, por ejemplo, en el hecho de que no se
persiguiese a solo los Kulaks, sino también a intelectuales, filósofos y otras
figuras de referencia que defendían la cultura ucraniana. Incluso el propio
idioma fue tratado como un dialecto “burgués” del ruso, y censurado.
Sin embargo, las medidas más fuertes se dieron con las cuotas de granos
pedidas a la población. Se aumentó muchísimo la presión sobre las cantidades de
granos requeridas, haciendo totalmente inviable llegar a las cuotas, de lo que
se quejaron los organismos directivos de Ucrania, que, aunque fieles al poder
de Moscú, fueron purgados.
Stalin no solo quitó el alimento producido en Ucrania, sino que prohibió la
llegada de recursos y repatrió a los que intentaron emigrar. La población, que en 1932 empezó a morir de
hambre, se vio pronto abandonada y maltratada por las autoridades soviéticas. Se
iniciaron registros masivos en busca de alimento y se empezó a enterrar en
fosas a los muertos por inanición.
Aún hoy, hay sectores
que niegan o restan importancia a la hambruna sufrida en Ucrania. Miembros del partido
comunista de Ucrania, por ejemplo, ante el aumento de estudios sobre el tema en
la actualidad, aseguran que esas hambrunas no fueron un hecho especial de
Ucrania, sino que se dieron en toda la URSS y que, por ello, no deben ser
tratadas como algo especial. Sin embargo, muchos académicos lo discuten.
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Aquí quería llegar Juan Pueblo, fíjate, no sé si te diste cuenta, pero
Venezuela está frente a una tragedia similar a la que vivió el pueblo de Ucrania.
Para los viejos comunistas, que siempre han mantenido eso como “basura
propagandística del imperialismo y sus acólitos”, les digo, hablen ahora pues
carajo.
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Pero hay más Juan Pueblo, te recomiendo leer un artículo titulado “El Holodomor
venezolano”, publicado en el portal web www.lapatilla.com, escrito por
Emmanuel Rincón, de fecha 12 de abril de 2019. Solo algunas pinceladas de dicho
artículo, veamos.
El hambre en Venezuela no es un invento de las cadenas norteamericanas ni
es parte de una batalla ideológica, es un asunto palpable, y cualquiera que
viaje a Venezuela puede constatarlo e ir por la calle y preguntarle a un
ciudadano común cuánto gana. Puede también dirigirse a un supermercado para
verificar los precios que he señalado anteriormente (los cuales seguramente en
un par de días ya se habrán duplicado o cuadruplicado).
En la antigua Unión Soviética, Stalin y su partido de gobierno se
encargaban de bloquear, a nivel nacional e internacional, todas las noticias
que denunciaran el hambre que vivía su gente, una hambruna que mató a millones
de personas. En esos tiempos, era común que pueblos separados por menos de 100
kilómetros no se enteraran de que durante la semana anterior 2000 vecinos suyos
habían fallecido por desnutrición. En Venezuela esto no difiere en demasía: no
hay estudios ni datos de parte del Gobierno que anuncien la cantidad de
personas que mueren a causa de la desnutrición, ni las que se encuentran en
condiciones paupérrimas de vida.
Un estudio reciente de la ONU estima que 7 millones de venezolanos
necesitan de manera urgente ayuda humanitaria. Esta es una catástrofe sin
precedentes para un país sudamericano, una crisis nunca antes vista en una
nación petrolera (una de las mayores reservas petroleras del mundo) que, en
teoría, debería ser una de las economías más sólidas y estables del continente.
Los venezolanos carecen de comida, de energía eléctrica, de agua potable,
de gas, de combustible, de una moneda estable que les permita ingresos
razonables; carecen de poder adquisitivo, de medicamentos, y en definitiva,
carecen de unas condiciones de vida dignas en pleno siglo XXI.
La pregunta de hoy, mañana y siempre, hasta que la mafia chavista abandone
el poder, seguirá siendo la misma: ¿cuánta gente más tendrá que morir antes de que actúe la comunidad internacional?
¿Qué otras pruebas hacen falta para
constatar que lo que se comete en Venezuela es un brutal genocidio? ¿Hasta cuándo harán de la vista
gorda con las torturas
que sufren a diario todos los venezolanos?
Cada minuto que un representante de algún alto gobierno intenta mediar en
la crisis venezolana, se firma la sentencia de muerte de una persona. Es por
ello que la palabra “paciencia”
o “resistencia”,
condicionan la cordura de los venezolanos.
En Nueva York, Bogotá, Buenos Aires, Madrid, São Paulo, Londres, Santiago
de Chile, el tiempo se cuenta en minutos. En Caracas y el resto de Venezuela,
el tiempo se cuenta en muertos.
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Bueno, estimado amigo Juan Pueblo, no nos falta nada, para equipararnos a
los ucranianos, la represión, que estamos viendo por la situación del hambre,
falta de medicinas en los hospitales, no hay gas, no hay luz eléctrica, no hay
gasolina, ha llegado a niveles de desesperación y al gobierno socialista no le
ha quedado otra opción que reprimir a los pobres que exigen condiciones de vida
mínimas, hasta se está llegando al saqueo por la desesperación.
-
Esto es verdad, y la
historia no miente, quería terminar aquí pero no puedo, todavía hay mucha tela
que cortar en esta historia. Por eso, amigo Juan Pueblo,
en la próxima entrada seguiremos analizando la “gran hambruna venezolana”.
¡Que baje el telón!
This story will continue.
Reflexión final
El pueblo ucraniano es un pueblo sabio porque no olvida su pasado y los
mayores expresan sus
recuerdos con reflexiones como:
“Para saber dónde te encuentras has de saber a dónde vas, pero de nada
sirve si no recuerdas de dónde vienes”
“Puedes dudar a dónde ir, pero si olvidas de dónde vienes, estás perdido”
“El que olvida de dónde viene puede caminar sobre sus pasos sin saberlo”
“No muere lo que desaparece, solo lo que se olvida”
Pensamiento
“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”
Jorge
Ruiz de Santayana. Escritor y filósofo
Blog Hoja 105
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