Aquellos Años (1980-1989)…Historias no contadas de la UNEFM

I Jornadas Agropecuarias
(Primera Parte)
Coro, 26 de Julio, 1984
Análisis de la Agricultura del Estado Falcón
Resultados y Discusión (II)

Rubro Leguminosas

Estos cultivos, especialmente la caraota, especie autóctona en Venezuela (Vila 1981), constituyen un alimento básico y apreciado del pueblo venezolano. El cultivo de leguminosas tiene gran tradición en el Estado. Tal como lo expresan Aponte (1979) y Pacheco P. (1980), el Estado promete tener áreas con suficientes condiciones apropiadas para el desarrollo de estos cultivos, especialmente caraota y quinchoncho.
En los momentos actuales (1984), la mayor parte de la producción de leguminosas se obtiene a nivel de conuco, para subsistencia; sin embargo, en épocas pasadas Falcón ha tenido un papel importante en cuanto a su aporte a la producción nacional.
Diagnóstico:
Las leguminosas caraota, frijol y quinchoncho se producen en sólo cuatro (4) de los distritos falconianos, ellos son: Bolívar, Falcón, Federación y Petit, siendo el frijol el menos distribuido. Para el año 1979 existían 3852 ha sembradas de las cuales se cosecharon 81%, correspondiendo el mayor porcentaje de pérdidas a la caraota.
La caraota y el quinchoncho tienen una notable importancia, dando al Estado un lugar de preponderancia a nivel nacional. Para el caso de la caraota, el área sembrada en el Estado hasta 1979 fue considerable y los rendimientos están por encima del nivel nacional. El aporte al producto nacional es de alrededor del 6%. Para los años 1980-1984, la información disponible es incompleta, pero la muestra indica que las áreas sembradas han disminuido considerablemente aunque los rendimientos han mejorado. En relación al quinchoncho, el resultado es similar al de la caraota.
El frijol es un cultivo de subsistencia que se cultiva asociado al maíz. El área sembrada es pequeña y ha ido en descenso desde 1976 a 1979. Los rendimientos obtenidos son inferiores al promedio nacional y el aporte del Estado a la producción nacional es despreciable.
Sistemas de Producción:
El hecho de que la mayor parte del cultivo de leguminosas se realiza a nivel de conucos, aunado a la escasa o nula asistencia técnica, determina que no existe información acerca de los niveles de tecnología empleados en la producción de leguminosas.
En el caso de la caraota y el quinchoncho el cultivo se maneja con una baja tecnología, impuesto en parte por las características topográficas imperantes en las zonas de producción. No se emplea mecanización, ni biocidas, ni fertilizantes y no se siembran semillas certificadas, sino aquellas que el productor aparta de su cosecha. Esta situación es más marcada en el frijol.
En el aspecto económico, no se cuenta con datos actualizados para efectuar un análisis. Por la poca importancia que se da a este rubro en el Estado, no se cuenta con información acerca del costo unitario de producción.
Estudio de Potencialidades:
A pesar del poco interés demostrado por los organismos oficiales en la producción de leguminosas, tal como surge del  Diagnóstico, este es un rubro que merece atención, no solo por constituir una parte importante de la dieta básica del pueblo en las regiones tropicales, sino también por ser un cultivo promisorio para las obtención de proteína vegetal, cuyo requerimiento es de esperar que vaya en aumento. Las leguminosas ocupan un segundo puesto como fuente de alimento humano y animal, después de los cereales y son 2 o 3 veces más ricos en proteínas que éstos. Por ello son un complemento importante de los carbohidratos (arroz, maíz, raíces y tubérculos).
Tal como surge del diagnóstico, las caraotas y el quinchoncho tienen un alto rendimiento, aún siendo muy bajo el nivel de tecnificación, lo cual permite suponer que existen grandes perspectivas para el desarrollo de estos cultivos. Por otra parte la producción a nivel nacional ha ido en declive, especialmente para caraota, con lo cual la tendencia ha sido la de incrementar, año tras año, la importación (Vila, 1981).
Estos hechos, junto con la importancia de las leguminosas como fijadores de N2 y, por lo tanto, recuperadores del N del suelo, justifican la necesidad de identificar y delimitar las áreas con aptitudes agroecológicas para estos cultivos.
Se presentan las superficies ocupadas por las unidades en cada Distrito, que cumplen con los requerimientos de las especies: Caso Caraota: Federación (14.678 ha); Caso Quinchoncho: Buchivacoa (49.321 ha); Democracia (10.689 ha); Federación (14.630 ha); Mauroa (4.189 ha); Miranda (14.074 ha) y Zamora (6.688 ha); Caso Frijol: Buchivacoa (79.967 ha); Democracia (10.689 ha); Federación (5.198 ha); Mauroa (28.565 ha); Miranda (7.573 ha) y Zamora (3.688 ha).
Caraota: Es el más exigente de los tres cultivos considerados, es por ello que su posibilidad de expansión es la menor. Suponiendo que la superficie total de las unidades de tierra seleccionadas pudiese aprovecharse, lo cual es no sólo improbable, sino indeseable, el área cultivada crecería en un 400%.
Las unidades seleccionadas, todas en el Distrito Federación dada la tradición de producción en Falcón y los requerimientos edáficos de este cultivo, no pueden pensarse en grandes extensiones cultivadas a nivel empresarial. Sería más adecuado y factible lograr “conucos tecnificados”, introduciendo prácticas de manejo simples.
En este sentido, debería introducirse el uso de variedades cuya semilla sea certificada y sembrarse en la época más apropiada para el desarrollo del cultivo, que en Falcón se corresponde a los meses que van de septiembre a diciembre.
La preparación de la tierra para la siembra deberá ser tal que el suelo quede libre de terrones, tocones y rastrojos para facilitar la germinación de la semilla. Por otro lado la siembra deberá hacerse en suelo húmedo, preferiblemente en hileras que puedan ser simples o dobles y sobre camellón, lo cual facilita la fertilización, el control de malas hierbas y el drenaje. La densidad de siembra utilizada deberá permitir el manejo de poblaciones entre 250 y 450 mil plantas por hectáreas; de acuerdo a las disponibilidades de agua en el período de cultivo y a la fertilidad o fertilización según análisis de suelo.
El control y combate de plagas es otro factor de suma importancia, a tomar en cuenta y que compromete notablemente el éxito del cultivo; de allí que deberá hacerse todo el esfuerzo necesario para realizar estas labores en el momento apropiado.
Quinchoncho: Este cultivo tiene posibilidades de expansión muy grandes, en 6 de los 13 Distritos falconianos.
El cultivo exige la preparación del suelo para facilitar la germinación. El grado de mecanización a emplear dependerá de las condiciones topográficas y de las características socio-económicas de la zona; ambos factores desconocidos.
La siembra debe hacerse en suelo húmedo, en hileras sobre camellones, en poblaciones de 34.000 a 100.000 plantas/ha, dependiendo de la corpulencia de las variedades, disponibilidad de humedad en el suelo y de los niveles de fertilidad y fertilización. A pesar de ser poco exigente en cuanto a fertilidad, la fertilización dependerá de las condiciones de humedad y contenido de nutrientes en el suelo. En cada caso será necesario obtener la información básica detallada para decidir acerca de las prácticas de manejo más adecuadas.
Al igual que la caraota y el frijol, el quinchoncho requiere de un eficiente control inicial de malezas hasta que alcanza una altura de unos 100 cm, a partir de la cual su cubrimiento del suelo y corpulencia le permiten competir ventajosamente con las malas hierbas. Con relación a las plagas y enfermedades se recomienda la siembra de razas tolerantes o resistentes.
Por ser un cultivo esencialmente permanente, tiene una producción secuencial de flores y semillas, teniendo producción en diferentes estados de desarrollo, por lo cual se realiza más de una recolección a la edad de cosecha, sin embargo se han desarrollado variedades y razas que permiten casi una sola cosecha.
Al igual que en el caso de la caraota, dada la gran variedad ambiental de los ecosistemas falconianos y la tradición de producción en conucos, es recomendable enfocar la atención hacia el logro del “conuco tecnificado”.
Frijol: Las posibilidades de expansión de los cultivos de esta especie son las mayores, debido en parte al menor nivel de exigencia y en parte a la existencia de un amplio espectro de variedades adaptadas a distintas condiciones ambientales.
Las unidades seleccionadas fueron ubicadas en los Distritos Buchivacoa, Democracia, Mauroa, Miranda, Zamora y Federación.
Este cultivo en forma general requiere de los mismos cuidados y precauciones que exige la caraota, aun cuando es más rústico que ésta y presenta variedades con mayores diferencias en cuanto a variabilidad en ciclo vegetativo y corpulencia, lo cual permite manejar poblaciones de siembra que van entre 50 y 300 mil plantas por hectárea. Es menos exigente en cuanto a fertilidad y humedad del suelo, pero sin embargo la fertilización deberá hacerse de acuerdo a las disponibilidades de humedad durante el ciclo y el resultado del análisis del suelo. Al igual que la caraota se deberá tener presente los controles de malezas e insectos ya que son factores que inciden notablemente en el éxito o fracaso en el cultivo.
Las áreas con aptitud para la producción de las tres especies leguminosas se superponen entre sí y con las de cereales, lo cual permitiría la rotación de cultivos, supeditado a la disponibilidad de suficiente humedad en el suelo. También sería posible hacer cultivos asociados. Ambos sistemas de producción tienen ventajas debido al carácter de nitrificadores del suelo de las especies leguminosas, y al mejor aprovechamiento del área.
Recomendaciones y Líneas de Acción:
Las conclusiones generales, así como las recomendaciones y líneas de acción propuestas por otras instituciones, las analizaremos en una entrada final a lo que corresponde a Producción vegetal.
Líneas de Acción Propuesta por la UNEFM:
Que el área de Ciencias del Agro y del Mar, con los recursos técnicos de que dispone, se aboque a:
1.      Realizar un diagnóstico de caracterización de los sistemas de producción que incluya la obtención de información original de campo.
2.    Realizar investigaciones para seleccionar variedades, híbridos o razas de ciclo corto adaptadas a los regímenes de lluvia de las regiones potenciales semiáridas.
3.    Estudiar el sistema de producción de conuco y cultivos asociados a efecto de incorporar tecnologías para solucionar los problemas técnicos y económicos que limitan la productividad.
4.    Estudiar las mejores combinaciones de variedades y las densidades adecuadas para cultivos asociados.
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