Aquellos Años (1974-1977)…la Gerencia y sus desatinos en BANDAGRO

Uno de los tantos casos, donde el técnico cumple con sus funciones a cabalidad, pero la Gerencia de Créditos a nivel nacional no. Tal es la supervisión que me toco hacer. Se había acordado entre el técnico/inspector y el ganadero, que el crédito saldría en tres partidas cuyo monto sumaba la cantidad de Bs. 400.000,oo, en aquel entonces el bolívar valía. Resulta y acontece, que de la Gerencia a nivel nacional llegó un cheque por el monto total. Me apersone al lugar donde residía el productor, recuerdo que era en la población de “El venado”, Estado Zulia, zona limítrofe con el Estado Lara, más específicamente con el Distrito Torres. Cuando solicite inspeccionar las inversiones realizadas, el ganadero me expreso que ese dinero se lo había dado al partido. Elabore mi informe, lo pase a la Oficina Principal, y nunca supe que paso con ese caso. Siendo la honestidad del peticionario uno de los factores de más peso en la concesión de un crédito, se consideraba que las averiguaciones que el técnico/inspector podía realizar para aportar informaciones que condujeran a formar este concepto, eran todas de gran valor. Por eso convenía averiguar con los vecinos del lugar, los antecedentes que se podían obtener y hacer las anotaciones correspondientes. Se entendía que estas observaciones no se debían obtener de peones o empleados en general del fundo del peticionario.
Los informes que se podían obtener sobre la experiencia del ganadero, son sin duda alguna valiosas, no sólo porque ello puede anticipar el éxito de éste en esa actividad, sino también porque permite establecer el grado de vigilancia que el técnico/inspector debe prestar al solicitante. Los años que tenía dedicado a la ganadería, la observación sobre el estado de la finca y si era posible una comparación con la de otros vecinos del lugar, constituía una valiosa referencia. El técnico/inspector tenía que expresar su criterio al respecto y hacer las averiguaciones que sean, tal es el caso en la Asociaciones a las que pertenecía lo cual debía averiguar discretamente.
Otro caso que me toco supervisar, fue un crédito para agrotécnicos. El monto del crédito era Bs, 950.000,oo para comprar 250 has., equipos de riego, maquinaria y siembra de caña de azúcar. El crédito se había distribuido en cuatro partidas, la primera para la compra de la tierra. Para nuestra sorpresa, llega un cheque de la Gerencia de la Oficina Principal por el monto total del crédito. Esto llamo mi atención, y fui a inspeccionar. Si habían comprado las 250 has., había comprado 1.000 ovejas vientres, una avioneta y equipos de aerofotografía, y además de eso, se había ido a Europa a vacacionar. Esto es lo que no debe suceder. El agrotécnico era hijo de un político influyente y todo lo manejaban por arriba, dejándolo a uno como unos propios pendejos. Elabore mi informe, lo pase a la Oficina Principal, y nunca supe que paso con ese caso.
El 9 de septiembre de 1975, apareció en Gaceta Oficial Nº 30.790, la “Ley de Remisión, Reconversión y Consolidación de las Deudas de los Productores Agropecuarios”. La presente Ley tenía como objeto establecer las condiciones mediante las cuales se efectuaría la reconversión de la deuda agraria campesina, la remisión de la deuda agraria campesina y la consolidación de la deuda agraria empresarial. Estaba claro que se quería favorecer la deuda agraria campesina, pero esto no sucedió así. Me tocó, ver un caso que me indigno profundamente, recibí entre muchas otras comunicaciones, dos que me llamaron la atención; el perdón de la deuda a un productor empresarial que debía al Banco la cantidad de 4.000.000.oo de bolívares, solo porque el prestatario deudor era hermano de un senador de la república; mientras a un deudor campesino que debía la cantidad de 250.000,oo se le puso a pagar en 20 años. Estas son las cosas que sucedían, pero la voz del Jefe de la Oficina Técnica no tenía ningún valor. Los políticos del momento hacían su agosto, y el campesino siempre llevándola de perder. ¿Qué se podía hacer? Observar y esperar  callado.
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