¿A quién le importó?…Sembrar el Petróleo
Esta reflexión la escribí y fue publicada
en un blog el 15 de marzo de 2007, Hoy la crisis comentada por expertos es
grave: “Venezuela no se preparó para la crisis actual del petróleo. Todos los
países de la OPEP disminuyeron deudas, fortalecieron los fondos de ahorro,
devaluaron, disminuyeron el gasto público y aumentaron el precio de los
combustibles”, (Luís Oliveros, El Nacional 25/01/2016). “Venezuela en 2016 va
a tener una crisis terrible, una pobreza, un dolor y un sufrimiento
increíble, que no se había visto en ningún momento en América Latina”,
(Moisés Naím, 31/01/2016).
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Los escritos del
doctor Ernesto Silva Tellería de ayer son hoy como una repetición de la
historia, hechos que se repiten, como si la actualidad de hoy fuera la realidad
vivida en 1.947, por lógica en un país con menos población, como lo narra en
unos de sus trabajos que desde Mérida cuando cursaba los años finales para el
grado de doctor en Ciencias Políticas, “Venezuela es un río de
oro”. Al cumplirse cien años del natalicio de Ernesto Silva Tellería,
hemos querido sumarnos a ese homenaje organizado por la Biblioteca de Temas y
Autores Falconianos. Fue un ejemplo, su trayectoria, su pensamiento es fidelidad
a unos ideales y a una posición ante la vida. Formó parte de la llamada
generación del ’28 y su legado es de referencia obligada en la política
venezolana. Hoy entregamos al juicio de la comunidad de bloggers, parte del
trabajo antes mencionado “…Venezuela, en la actualidad, está viviendo la etapa
más floreciente de toda la historia de nuestros ingresos fiscales. Nunca se
había encontrado el Estado venezolano en la situación de poder disponer de los
cuantiosos recursos fiscales con que hoy cuenta y con que ha contado en el
pasado reciente. Pero esos recursos provienen, --en su mayor porcentaje--, de
los impuestos de la explotación y exportación del petróleo, en un país que se
encuentra en profundo atraso en cuanto se refiere al desarrollo de sus fuentes
naturales de riqueza y a su industrialización. Por ello, los hombres
preocupados de nuestra patria han hecho suya la célebre consigna de Alberto
Adriani: “sembrar el petróleo”; es
decir, invertir cuanto proviene de esa cuantiosa riqueza que explotan los truts
imperialistas, en el desarrollo de nuestra agricultura y de nuestra cría, en la
explotación de todas las riquezas naturales del país y en su industrialización,
para crear así una economía propia, que abra el camino, hacia nuestra
liberación nacional, que nos liberte de la tutela del capital monopolista, que
haga realidad eso que ha dado por llamarse “nuestra segunda independencia”, por
parte de destacados personeros del actual Gobierno Provincial.
Desgraciadamente, “sembrar el petróleo”, hasta el presente, ha sido una frase sin
sentido, ya que ella no ha tenido la práctica aplicación que la transforme, de
consigna abstracta, en cosa tangible. Y mientas el río de oro de los ingresos
fiscales continúa su tumultuosa corriente, nuestros montes y nuestros llanos permanecen
solos, mudos, fríos, sin el sudor caliente de la carne viva y fecunda. Nuestras
riquezas naturales permanecen en espera de la actividad transformadora de las
máquinas que inicien la sólida, la firme, la permanente transformación
económica de este país privilegiado, pero confrontando un tremendo atraso y
además enormemente despoblado.
Tomando un ejemplo cualquiera, que permita
en forma objetiva medir la magnitud de cuanto se hubiera podido realizar con la
suma que el Estado ha erogado en el transcurso de los últimos diez y nueve
meses, podríamos decir que se hubiesen podido construir cuarenta obras
similares a la re-urbanización de “El Silencio”, las cuales, al mismo tiempo
que habrían solucionado el problema de la vivienda, hubiesen duplicado el capital
invertido, como es la realidad de la magnífica obra indicada. Y si tal
actividad se hubiese aplicado a diversas ramas de la actividad nacional, sin
duda alguna hoy estaríamos comenzando a ver los frutos promisores de una bien
orientada actividad económica del Estado.
Los economistas del mundo están conscientes en vaticinar una próxima crisis, más profunda de cuantas hasta el presente ha vivido la humanidad. Y, lógicamente, esa crisis, al producirse, habrá tener efectos graves sobre la tumultuosa corriente del río de oro de los ingresos fiscales. Y por ello preocupa seriamente ver cómo se han gastado en este país, en los últimos diez y nueve meses, casi dos mil millones de bolívares, y continúa la incesante erogación a través de las dependencias oficiales, sin que se emprenda la solución de las obras o de las tareas que habrán de solucionar permanentemente nuestros problemas, que habrán de encauzar al país por su estabilidad y su progreso. Y no hay derecho a correr la contingencia de que el río de oro pueda disminuir el caudal de sus fuentes, sin haber tenido la provisión de construir las represas que permitan el almacenamiento de sus aguas, para el riego provisor durante el verano. No hay derecho a que la semilla del petróleo se tueste, bajo el inclemente sol del trópico, sin haberla sembrado, para que la generosa tierra venezolana la fructifique y la haga producir los abundantes frutos que está en condiciones de dar. (Mayo, 1.947)”.
Los economistas del mundo están conscientes en vaticinar una próxima crisis, más profunda de cuantas hasta el presente ha vivido la humanidad. Y, lógicamente, esa crisis, al producirse, habrá tener efectos graves sobre la tumultuosa corriente del río de oro de los ingresos fiscales. Y por ello preocupa seriamente ver cómo se han gastado en este país, en los últimos diez y nueve meses, casi dos mil millones de bolívares, y continúa la incesante erogación a través de las dependencias oficiales, sin que se emprenda la solución de las obras o de las tareas que habrán de solucionar permanentemente nuestros problemas, que habrán de encauzar al país por su estabilidad y su progreso. Y no hay derecho a correr la contingencia de que el río de oro pueda disminuir el caudal de sus fuentes, sin haber tenido la provisión de construir las represas que permitan el almacenamiento de sus aguas, para el riego provisor durante el verano. No hay derecho a que la semilla del petróleo se tueste, bajo el inclemente sol del trópico, sin haberla sembrado, para que la generosa tierra venezolana la fructifique y la haga producir los abundantes frutos que está en condiciones de dar. (Mayo, 1.947)”.
Sesenta años después, veremos un ejemplo de
cómo se ésta sembrando el petróleo hoy día en nuestro país: “…Tomemos el caso
del Complejo Agroindustrial Azucarero Ezequiel Zamora (CAAEZ), donde en vez de
éxito hubo fracaso, donde en vez de crecimiento y desarrollo, hay paralización
y más gastos, y todo debido a que, al flagelo de la corrupción. La Asamblea
Nacional, aprueba por unanimidad el informe final sobre las supuestas
irregularidades en el manejo de los fondos públicos para la ejecución de las
obras, en el documento se precisa, que “producto de la pésima gestión
administrativa, se ocasionó un daño patrimonial estimado en la cantidad de 3
mil 320 millones de bolívares, de los cuales aproximadamente un mil 300
millones corresponden al cobro indebido de 10 por ciento de utilidad sobre el
monto de las contrataciones y paremos de contar. Se cumplió la famosa frase
“pónganme donde hay, que de lo demás me encargo yo”. Este Complejo
Agroindustrial Azucarero se encuentra ubicado en Sabaneta de Barinas, Municipio
José Alberto Torrealba, Estado Barinas, kilómetro 28.500”.
Otro ejemplo que pudiéramos analizar, es el
Eje Apure-Orinoco. Fracasó el
llanero. El proyecto para desarrollar el interior de Venezuela con la
utilización de los ríos Apure y Orinoco, fracaso a manos del actual gobierno,
según Enrique Colmenarez Finol, padre del proyecto (El Nuevo País, domingo 11
de marzo de 2007/Nº 4929/página 5). Si seguimos hurgando en la actualidad
nacional, nos encontramos que El Oriental (La verdad impresa) del día martes 13
de marzo de 2007, en su primera página de leer: “No hay dinero para construir viviendas”. Cómo ven, estamos
sembrando el petróleo, yo creo que no; Ah, pero si analizamos la regaladora a
otros países: Helicópteros, Maquinarias, Construcción de viviendas, prometemos
construir refinerías, financiamiento millonario a cooperativas de otros países,
petróleo barato a países desarrollados, etc., nos damos cuenta que hemos
perdido la brújula y que no estamos invirtiendo en nuestro país, estamos
gastando a trocha y mocha, así no vamos a ver la luz al final del túnel, nos
espera una oscuridad absoluta.
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Hoja 03
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