¡Ruta electoral 2024, elecciones libres y justas! (27)

¡Furia ciudadana con María Corina avanza! (27)
¡Furia bolivariana es puro miedo rojo!
¡La presencia de Machado en las boletas de los próximos comicios será "clave" para determinar el éxito o fracaso de los mismos!
¡Ahora más que nunca avanzamos con la ruta electoral!
¡Inhabilitación, “Es peor que un fraude electoral”!
¡Te contaré una historia (117)!

¡La insólita política venezolana XII! ¿Qué pasa aquí? ¡Rumbo a las presidenciales 2024! ¡Y, llegó la hora! ¡Venezuela: el mayor de los desafíos! ¡A votar, tranquilo y sin nervios! ¡Los venezolanos votan a pesar del CNE! ¡El 28 de julio será un día decisivo! ¡Mi voto para Edmundo es en lealtad con María Corina! Lula da Silva: “El que pierde en democracia se lleva un baño de votos, no un baño de sangre. Maduro tiene que aprender que cuando uno pierde se va”. ¡Todo tiene su final, así de simple! ¡EL Fraude ronda en el CNE! ¡La ruta electoral para salir de la crisis! (27).
¿Qué pasa aquí? ¡Mano, tengo fe, por Antonio de la Cruz!
La fe es la certeza de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).
En un país donde la esperanza y la fe son necesarias para enfrentar los desafíos diarios, la frase “Mano, tengo fe” ha emergido como un símbolo de unidad y resiliencia. Originada como un meme en 2020 y popularizada entre los seguidores de la Vinotinto durante las eliminatorias para el Mundial de Fútbol 2026, esta expresión ha trascendido las barreras del deporte para convertirse en una herramienta poderosa en el ámbito político.
En los evangelios se relata cómo Jesús, en su propia tierra, no pudo realizar milagros debido a la falta de fe de su gente. Este hecho no solo sorprendió al Hijo de Dios, sino que también subraya una verdad esencial: los hechos extraordinarios y maravillosos, así como la transformación que pueden causar, están profundamente ligados a la fe de las personas. Hoy, Venezuela se encuentra en una encrucijada similar a la del Señor, donde creer en el cambio es crucial para el futuro. Y, en este contexto, la figura de María Corina Machado emerge como un símbolo de esa esperanza y humildad necesaria para la transformación de Venezuela.
María Corina, la líder de las fuerzas democráticas después de las primarias del 22 de octubre, ha contagiado a lo largo y ancho del país esa confianza tremenda que tiene en el cambio que conducirá al país a la prosperidad. Su lucha incansable contra una tiranía se asemeja a la batalla espiritual que requiere fe en tiempos de adversidad. Como Jesús enseñó, la verdadera fe no se trata de esperar milagros fáciles, sino de confiar profundamente en la justicia y la verdad, a pesar de las dificultades.
La humildad y la debilidad son conceptos que el mundo político a menudo rechaza, asociándolos con la derrota. Sin embargo, como nos recuerda san Pablo, la verdadera fortaleza consiste en vencer el temor y huir de la temeridad. María Corina Machado encarna esta enseñanza al reconocer abiertamente las debilidades y desafíos que enfrenta, no como signos de fracaso, sino como oportunidades para fortalecer su fe y su determinación de que “vamos a ganar”.
La líder de Vente Venezuela ha mostrado una clara conciencia de su lugar en la lucha por la libertad del país, comprendiendo que su papel, aunque significativo, es solo una parte del gran movimiento por el cambio que demanda la soberanía popular. Su humildad ante la magnitud del desafío es lo que la mantiene firme y centrada en sus objetivos.
Jesús, desde su nacimiento en un pesebre hasta su sacrificio en la cruz, es el ejemplo supremo de poder en la debilidad. Del mismo modo, el liderazgo de María Corina Machado no se basa en la fuerza bruta o el poder político convencional, sino en la fortaleza moral e integridad para enfrentar una lucha espiritual entre el bien y el mal. Su capacidad para permanecer firme en sus convicciones, a pesar de la persecución y las dificultades, es un testimonio de su compromiso con los principios de justicia y libertad.
El sacrificio de Jesús en la cruz es un acto de redención universal, un recordatorio de que el verdadero poder reside en el sacrificio por el bien de los demás. María Corina ha demostrado una disposición similar a sacrificar su seguridad personal y su bienestar por el futuro del país, lo que deja en evidencia su compromiso profundo con la redención y el bienestar colectivo.
Además, la Eucaristía, donde Jesús se manifiesta en formas humildes de pan y vino, nos enseña que la verdadera grandeza a menudo se encuentra en lo más simple. Así, el liderazgo de Machado, aunque a menudo desestimado por sus oponentes, representa una fuerza poderosa.
María Corina Machado nos recuerda que en tiempos de desesperación y lucha es precisamente este convencimiento de que sí se puede la que lo que conduce a una transformación real.
A tres domingos de la elección presidencial, la confianza en María Corina marca la diferencia entre la desesperación y la resiliencia. “Mano, tengo fe” no es solo una frase; es el reflejo de la tenacidad del pueblo venezolano, una manifestación de que esta vez se acabó el miedo y la unidad no tiene otra salida que la victoria. Este lema fortalece el tejido social y cultural de la nación que, a pesar de las adversidades, sigue creyendo en un futuro mejor, de la mano de Edmundo González y María Corina.
Al final del día, “Mano, tengo fe” es más que una simple consigna; se ha transformado en un grito de lucha, un recordatorio de que, juntos, los venezolanos podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente el 28 de julio.
Nuestra confianza en que lograremos el cambio que ansía todo el pueblo debe ser proclamada con la misma convicción con la que rezamos el Credo. Es en esta unidad que encontraremos la fuerza que nos permitirá superar los desafíos para reconstruir el país. En el liderazgo de María Corina Machado vemos un ejemplo vivo de cómo la fe, la humildad y la determinación pueden allanar el camino hacia el renacimiento de Venezuela. “Mano, tengo fe”.
Fuente: Morfema Press, 10 de julio de 2024.
¿Qué pasa aquí? “Mano, tengo fe”: “la frase del fútbol que también se escucha en las presidenciales”.
Mano, tengo fe”, decía el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González Urrutia, este domingo 30 de junio desde el estadio Cachamay, en el estado Bolívar, para invitar a ver el partido de La Vinotinto en la Copa América 2024.
El 28 tenemos fe”, se lee también en la franela color Vinotinto que luce la líder opositora María Corina Machado durante el anuncio de la movilización que se realizó este jueves 4 de julio en Caracas.
Esa misma frase ha intentado colarse en la propaganda oficialista como parte de la campaña de Nicolás Maduro. “Yo puedo repetirmano, tengo fey vamos a ganar. Estamos ganando y vamos a ganar bien”, dijo el candidato a la reelección por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) el pasado sábado 29 de junio desde el estado Anzoátegui, en referencia a la elección presidencial.
Este lema se popularizó entre la fanaticada Vinotinto con las eliminatorias para el Mundial de Fútbol 2026, pero desde hace mucho antes ya venía circulando en las redes sociales. De acuerdo con el portal Voz de América, fue un meme de 2020 el que comenzó con este slogan que ahora repiten y cantan millones de venezolanos.
Su traslado al campo político no es inusual, coinciden los expertos Giulio Cellini, abogado, analista político y director de la firma Log Consultancy, y Felipe Benites Campos, sociólogo y director ejecutivo de la Asociación Civil Liderazgo y Visión.
“Siempre resulta beneficioso para los actores políticos en cualquier lugar del mundo empatizar y demostrar cercanía con los símbolos que identifican a la población, y en este caso se trata de un símbolo deportivo que une mucho a los venezolanos. Creo que, en el caso particular de Edmundo González, cuyo discurso ha sido precisamente de unión de todos los sectores, utilizar la herramienta deportiva del ‘mano, tengo fe’ va en consonancia con su mensaje político”, dijo Cellini en conversación telefónica.
La alusión a la fe también ha sido incorporada por la ganadora de la primaria opositora, María Corina Machado, como parte de su respaldo a la selección de fútbol.
Benites Campos recuerda que durante una campaña electoral es usual que se emplee “casi cualquier cosa para motivar, ilusionar o conquistar electores, o cuando menos llamar su atención”. Explicó que, si se trata de una acción basada en un elemento de amplia aceptación previa, legal, y resultado de las emociones colectivas con influencia en la conducta individual en lo político, como el nacionalismo, “muchísimo mejor”.
El sociólogo considera que la frase “mano, tengo fe” logró calar entre los venezolanos, en primer lugar, porque su término inicial es muy urbano-venezolano y pretende universalidad.
“La palabra ‘mano’ es un diminutivo de hermano, pero que va mucho más allá. Hoy se le dice a cualquiera como suerte de pronombre genérico que antecede una sentencia. No es un inequívoco usted, tú, pana, chamo, idiota. No es nadie en particular, sino todos en general. Por tanto, casi todo el mundo podría ser destinatario de una sentencia que está más allá de lo objetivamente discutible: ‘tengo fe’”, dijo.
Por su parte, Benites Campos define a la fe como “una razón más allá de la razón”, y agrega que cuando no se tiene “no es fácil desbancarla”.
“Entonces, si usted quiere una frase ideal para generar esperanzas en una situación particularmente difícil, allí la tiene”, sentenció el experto.
Fuente: Alertas 24 (Con información de Tal Cual), julio 5, 2024.
¿Qué pasa aquí? Duque: “En Venezuela hay dos caminos, el triunfo de la resistencia democrática o el robo de la elección por parte de Maduro”.
El expresidente colombiano Iván Duque analizó frente a los micrófonos de NTN24 las elecciones del próximo 28 de julio en Venezuela.
El exmandatario aseguró que el pueblo venezolano ha mostrado su rechazo evidente a Maduro, al mismo tiempo que alertó sobre la posibilidad de un fraude electoral por parte del régimen.
“El problema es que es tan evidente el rechazo del pueblo venezolano hacia él y su dictadura, que le va a quedar muy difícil robarse esas elecciones”, sostuvo Duque.
La resistencia democrática ha venido batallando con todas las herramientas y adversidades. No han permitido llevar observadores, han tenido restricciones de toda naturaleza, amenazas, encarcelamientos, prácticamente inhabilitaron a María Corina Machado y a Corina Yoris”, agregó.
En ese sentido, expresó que “la única opción que le queda a Nicolás Maduro es robarse las elecciones de manera ostensible”. No obstante, advirtió que “la comunidad internacional va a estar muy fuerte enfrentando esa situación”.
Hay un rechazo tan grande, que va a ser casi imposible un robo de esas elecciones”, subrayó.
Por su parte, el exembajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, indicó que todavía hay dudas sobre lo que sucederá con respecto a los comicios.
Después del voto, vamos a ver qué sucede con Nicolás Maduro. Si va a aceptar los resultados, si hay decisión de posponer el conteo de votos o de protestar contra la Corte Suprema o el CNE”, dijo.
“Aun con las elecciones, hay dudas bastante profundas de si Maduro va a permitir y respetar los resultados”, concluyó.
Fuente: lapatilla, por NTN24, julio 17, 2024.
¡Rumbo a las presidenciales 2024! ¡Y, llegó la hora!
¡23 de julio Zulia! ¡Zulianazo! ¡El Zulia logró romper las barreras y gritar con brío!
Nuevamente los venezolanos ayudaron a la líder de oposición María Corina Machado a llegar a uno de sus destinos en el marco de la gira de campaña en apoyo al candidato Edmundo González Urrutia.
Esta vez fueron los zulianos quienes apoyaron a Machado para poder cruzar Ciudad Ojeda y llegar a Maracaibo, donde se reuniría con miles de marabinos que la esperaban este 23 de julio. Esta es una de las últimas ciudades que visita Machado antes de que finalice la campaña electoral. ¡Cruzamos! ¡Ponen trancas y obstáculos, pero avanzamos!
Una vez más @MariaCorinaYA llegó al Zulia y cruzó el puente y a mí se me salió el “¡” y me emocioné y recordé la misma gaita que ella…🎵” Cuando voy a Maracaibo y empiezo a pasar el puente, siento una emoción tan grande que se me nubla la mente; siento un nudo en la garganta y el corazón se me salta…”¡Más temprano que tarde recorreré ese camino!!!! (Idania Chirinos).
Rosales llama a los zulianos a participar en el cierre de la campaña de Edmundo González en Maracaibo.
"Es un hombre de equilibrio, fuerza y esperanza, que construye los caminos de la prosperidad y del reencuentro de los venezolanos".
¡La gente en la vía! Camino a #Zulia, venezolanos de Burere, El Tablón y Puricare saludan a @MariaCorinaYA y dicen estar listos para votar el domingo. #VamosAGanar con la fuerza de la gente», expresó mediante sus redes sociales.
María Corina Machado, que ha emprendido la campaña en nombre de González Urrutia, dijo a los presentes; “Qué emoción estás aquí con el próximo presidente de Venezuela”.
Detalló que “Fueron 12 horas en carretera, encontrándonos a gente espontánea”, al mismo tiempo reiteró “Faltan sólo 5 días. Hemos esperado durante años este momento y nos hemos preparado de manera responsable, disciplinada; hemos dado todo para que tengamos una plataforma de defensa del voto como nunca antes, que es la plataforma 600k. Y al día de hoy, casi 70 mil Comanditos”.
Machado extendió sus felicitaciones al Comando Con Vzla; “Quiero felicitar al Comando Con Vzla de Zulia, porque hoy el Zulia es uno de los estados que arroja los mejores resultados en simulacros y pruebas que estamos realizando”.
A su juicio, el estado “Zulia es un estado gigante, sabemos que tenemos centros muy distantes, con mala conectividad, y aun así vemos la entrega de la ciudadanía y tenemos todos los centros y mesas cubiertos”.
María Corina Machado reiteró: “Lo que está pasando en Venezuela es un movimiento social que sale de las entrañas de nuestro país”.
Edmundo González Urrutia, candidato presidencial por la Plataforma Unitaria, y la líder opositora María Corina Machado, tras visitar la ciudad de Maracaibo, a 5 días de los comicios, precisaron que “El régimen, a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), pretende impedir que nuestros testigos tengan sus credenciales”.
¡25 de julio La hora de Caracas! ¡Cierre de campaña glorioso! ¡Llenazo monumental en las Mercedes de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado arrasa con la dictadura!
El candidato de la Plataforma Unitaria, Edmundo González, y la dirigente política María Corina Machado se pronunciaron para dar un mensaje a los venezolanos ante del acto de cierre que realizarán en Caracas al igual que el oficialismo con su candidato Nicolás Maduro.
Edmundo González expresó lo siguiente: “Hoy cerramos esta campaña heroica que ha sido posible por la unión de todas las fuerzas democráticas y el liderazgo de María Corina Machado”.
“Sus rostros me los llevaré grabado en lo más profundo de mi corazón”.
“De ustedes depende nuestro futuro, son la fe y el amor que nos guiará”, destacó Edmundo González, al tiempo que resaltó “podrán tener el control del CNE, del TSJ, la Fiscalía, pero nosotros tenemos el amor, el apoyo y el entusiasmo de la gran mayoría de los venezolanos que quieren un cambio en paz”.
Por su parte, la líder política María Corina Machado a solo horas de las presidenciales del 28Jul enfatizó “estamos listos para votar y cobrar”.
Asimismo, expresó: “Ha sido el movimiento cívico más profundo que ha tenido Venezuela. Vivimos el cierre de un ciclo y el nacimiento de una nueva era”.
Yo sabía que Caracas iba a estar a la altura de todo lo que ha sido la entrega en todo el país. Este domingo vamos a proclamar nuestra victoria”, dijo María Corina Machado.
¡28 de julio a Votar! ¡Llegó la hora de la verdad! ¡Estamos listos para votar, ganar y a celebrar!
Estamos listos para votar, para ganar y celebrar”, fue el mensaje de Machado a los seguidores de la oposición, al tiempo que agradeció el apoyo y la confianza de todos los que han sido parte de la atípica campaña.
Este domingo vamos juntos a votar. Quedan muy pocas horas y este 28 de julio será un día para la reconstrucción de Venezuela, por el regreso de la patria, por el retorno de nuestros hijos”, exclamó.
¡Terrorismo de Estado! ¡Yo me declaro en desobediencia civil, Artículo 350!
Venezuela: “el mayor de los desafíos”.
Queda apenas una semana para la elección presidencial en Venezuela. El 28 de julio será la culminación de un cronograma electoral de alta complejidad y resonancia continental. Ese día, los venezolanos decidirán entre la continuidad de Nicolás Maduro Moros, actual presidente y candidato a su segundo intento de reelección y Edmundo González Urrutia, candidato de la plataforma unitaria opositora.
El resto de las opciones presentadas, según las distintas encuestadoras, no tienen una figuración importante en la intención de voto al menos hasta ahora.
Estas elecciones quizás sean las más monitoreadas desde la región en los últimos años. El impacto migratorio y económico provocado por la situación en el país es demasiado alto y con aristas importantes. El propio conflicto político interno que se extiende desde principios de este siglo, ha trascendido las fronteras locales.
Inclusive, el formato de elección y los inconvenientes que se han presentado han demandado la atención de agencias internacionales. Y demás no está decir, los intereses geopolíticos que, tras bastidores, confluyen en el caso, en una época que está deslizando una especie de nuevo orden o ¿desorden? mundial.
Una novedad en este proceso ha sido la participación de la oposición mayoritaria con su propio candidato. Esto no ocurría desde el 2013 cuando, tras la muerte de Hugo Chávez en el ejercicio de la presidencia, se convocaron elecciones anticipadas en abril de ese año, resultando ganador por estrecho margen Maduro Moros frente a Henrique Capriles en un controvertido proceso comicial.
En 2018, por diversas razones y en el clímax de un ambiente de polarización, se promovió la abstención y se dio inicio a un convulsionado periodo de alta tensión política cuyas consecuencias las sentimos aún hoy día.
¿Qué pasará el 29?
El clima de semi competitividad o baja competitividad electoral con el cual se desenvuelve este proceso en particular, consecuencia de una deriva autoritaria y una siembra de desconfianza entre los diferentes actores políticos nacionales y con interferencia geopolítica internacional, ha hecho que sea una campaña atípica amén de las grandes expectativas que se han suscitado sobre ella; abriéndose un gran desafío en relación a la posibilidad de un proceso de negociación entre actores políticos que pueda dar viabilidad institucional a una nueva correlación de fuerzas populares.
Aunque las narrativas electorales han sido muy duras y ha habido un cúmulo de detenciones asociadas a la marcha de la campaña electoral, tras bastidores, los análisis y las conversaciones bilaterales y multilaterales han caracterizado los últimos días. Resuenan demasiado siendo silenciosas a los micrófonos y cámaras de los medios nacionales e internacionales.
Pareciera que la mayor parte de la gente está más interesada en lo que ocurrirá a partir del 29 de julio, más que lo que ocurrirá el propio día D. y este, sin duda alguna, es el gran desafío de la sociedad venezolana de julio de 2024.
¿Cómo reencontrar un camino de reconciliación y paz para la Venezuela del futuro? ¿Podrán ser estas elecciones el punto de retorno a la convivencia democrática entre factores ideológicos diversos?
Son interrogantes que van surgiendo en el camino y que ameritan ser respondidas tanto por los actores políticos como por la sociedad entera. Construir un camino de reconciliación y de convivencia democrática aún con visiones ideológicas diferentes, será un horizonte que como sociedad debemos proponernos iniciar cuanto antes en función de recuperar las instituciones y el marco constitucional-legal como vía para regular nuestras vidas en sociedad.
Fuente: EFECTO COCUYO, por Piero Trepiccione, 21 julio, 2024.
Ya en la recta final, la suerte está echada. Esto es cierto, en el sentido de que la inmensa mayoría de la gente ha decidido por quién votar. En todo caso, pueden existir factores absolutamente circunstanciales que impidan la emisión del voto: fastidio ante una cola muy larga, un acontecimiento como un infarto o un accidente que afecte a un familiar a la votante mismo, dejar todo para última hora y después una gran flojera, etc.  En todo caso, también creo que la generalidad de los venezolanos sabe la importancia de las elecciones presidenciales y su intención de ir a votar será suficientemente firme como para superar esos obstáculos.
Voceros oficiales han alertado sobre un posible sabotaje del sistema eléctrico. Estos llamados son hasta risibles. No solo porque quien controla ese sistema es el gobierno, sino que cualquier sabotaje será de su responsabilidad, porque se supone que tomarán las debidas previsiones, vigilancia y cuadrillas dispuestas para atender emergencias técnicas. Por lo demás, es bueno saber que las máquinas de votación cuentan con baterías que duran hasta 12 horas.
También es bueno saber que cerca del centro de votación, estarán los famosos “puntos rojos” para controlar el flujo de la militancia del oficialismo. No hay que dejarse anonadar por eso. El voto es secreto. Esa es la consigna. También: no hay que aceptar el llamado “voto asistido”. Los ancianos o los discapacitados (los invidentes, por ejemplo), solo podrían ser “asistidos” por familiares o personas de total confianza. Van a circular por las redes sociales mil y un rumores e informaciones angustiantes. Mejor, no pararle. Ya se tomó una decisión y, con toda la serenidad del mundo, hay que ejecutarla.
Es conveniente que, dispuestos a votar y hacer la cola, además de contar con una decisión entre ceja y ceja, se asuma una reflexión estoica para controlar la ansiedad: hay cosas que se pueden cambiar y hay que emplearse a fondo para ello. Hay cosas que no se pueden cambiar, y hay que tener paciencia. Finalmente, hay que tener sabiduría para distinguir unas cosas de las otras. Si a usted la llevan nariceado/a por ser funcionario público o estar en las listas de las jefes de calle del CLAP o UBCH, está bien, acepte la cola, pero sepa que el voto es secreto. No hay problemas en aceptar favores. El problema moral (suyo) se presenta si usted se deja comprar por ello.
Un filósofo inglés de la ciencia, Karl Popper, aseguraba, que, si tenemos la explicación de algo, podemos hacer predicciones más o menos seguras. Él entendía por explicación saber las causas de las cosas, el factor que se produce antes del hecho a explicar y que tiene una especial relación con su efecto. Para los resultados de este 28, se han ensayado varios esquemas de explicación:
A) Mientras mayor la abstención, más probabilidades de ganar tiene Maduro; y viceversa, mientras más votantes fluyan y cumplan con su deber, más probable es una victoria de la oposición. Es decir, la votación de Maduro está en relación directa con el nivel de abstención. La razón es que la principal fortaleza de Maduro es el control de los recursos del Estado y el funcionamiento de una maquinaria organizativa con presencia en todos los rincones. Por otra parte, la oposición tiene de su lado el sentimiento de la necesidad de un cambio político y el descontento hacia una obra de gobierno caracterizada por su ineficacia, injusticia, corrupción, opacidad, etc.
B) Una cosa son los rasgos psicológicos de los militantes del aparato, y otra, las de los dirigentes locales, regionales y nacionales. Estos últimos tienen un talante desafiante y amenazador porque, o están desconectados de la realidad, mienten por mala maña o son incapaces de empatía y no les importa la situación del pueblo. Además, su prioridad absoluta es mantenerse en el poder. Es posible que los militantes del aparato busquen figurar ante sus jefes superiores, o se satisfacen con la sensación de poder que les da mandar, o veneran religiosamente a Chávez y a Maduro sin distinguir las inconsecuencias del segundo respecto del primero, o son fanáticos alimentados con memes que exaltan la “violencia y maldad” del contrincante, etc. En todo caso, los dirigentes nacionales tomarán decisiones dependiendo de los resultados, y eso determinará las órdenes que den a sus seguidores. No es nada personal. Los dirigentes nacionales calcularán lo que es mejor para ellos: aceptar algún beneficio a cambio de reconocer un resultado adverso. Ya es asunto de ellos cómo se reparten ese hipotético “incentivo” que solo puede darles el gobierno norteamericano, con el cual están negociando. Mientras tanto, jugarán a fondo a ganar, y eso significa mover la “maquinaria” a fondo. Incluso, promover algún evento que impida el flujo de electores opositores, que ya saben dónde están. Lo primero no depende de uno. Lo segundo, sí. Hay que hacer prevalecer nuestra decisión de votar.
C) Los dirigentes tienen ante sí muchos dilemas; pero básicamente tres: – aceptar un resultado adverso o no – Si lo aceptan qué hacer – Si no lo aceptan, qué hacer. Pero lo que harán si lo aceptan, por ejemplo, depende de lo que decidan los adversarios. Igual pasa con lo que harán si no lo aceptan. Ellos siempre prevendrán la peor respuesta del adversario; para eso estarán preparados con un plan A, B, C…. Habría que facilitar una cooperación para que resuelvan sus dilemas también en forma cooperativa. Por ejemplo, ofreciendo suficientes incentivos.
D) Al final, el gobierno y sus adversarios tienen algunos intereses en común. Por ejemplo, que se reactive la producción petrolera, así sea con un esquema copiado de la época de Gómez, que le entregue la industria al capital extranjero y viole la legalidad de hidrocarburos. Otro, que se mantenga la actual política neoliberal de bonificación de los salarios. Tercero, una “paz y estabilidad” como sea, para que sea posible, por ejemplo, pagar la monstruosa deuda externa. Cuarto, que haya elecciones con resultados aceptables, para tener el candidato demócrata (¿Biden?) algo que mostrar en su propia campaña en los Estados Unidos, y tener Maduro su tan ansiada legitimidad renovada.
De todas las variables, solo controlamos nuestro voto. Así que a votar y animar a los otros a hacerlo. Así llueva, truene o relampaguee. Solo así podremos predecir unos buenos resultados.
En el portal web del diario digital “EL PITAZO”, el día 21 de julio de 2024, fue publicado un artículo, escrito por Redacción El Pitazo, por César Batiz, Redacción: Jesús Abreu, cuyo texto lleva por título el siguiente: Experto electoral Eugenio Martínez: “Los venezolanos votan a pesar del CNE”.
l periodista especializado en la fuente política y procesos electorales augura una jornada electoral el próximo 28 de julio con un resultado tardío debido a las negociaciones políticas previas al primer boletín del CNE.
El experto electoral y periodista especializado Eugenio Martínez afirma que desde hace al menos una década, en medio del contexto político en Venezuela marcado por la conflictividad, los venezolanos participan en las elecciones a pesar de la valoración que tienen del Consejo Nacional Electoral (CNE) como una institución que no refleja independencia y confiabilidad.
A pocos días de la elección presidencial que marcará el rumbo político del país en los próximos años, Martínez destaca que, aunque muchas de las críticas vinculadas al CNE en los últimos tiempos se centran en el sistema automatizado de votación, eso es lo que paradójicamente mejor funciona del ente comicial.
Los venezolanos, tal vez desde hace más de una década, votan a pesar del CNE. Es importante recordar que, aunque las críticas se han centrado en las máquinas de votación, lo que mejor funciona es la máquina. Lo que está mal y se presta a manipulación es lo que está alrededor de la máquina y lo que ocurre antes y durante la jornada de votación”, resaltó Martínez en entrevista con el director de El Pitazo, César Batiz.
En el contexto político de 2024, signado por la desinformación en materia electoral, Martínez detalla certezas que desmontan los mitos que reaparecen en momentos críticos electorales como el que se prevé el 28 de julio.
“Si alguien tiene la tentación de manipular los resultados el 28 de julio, va a ser muy sencillo de demostrar, con las consecuencias posteriores que eso pudiera tener en esta dinámica política en la que estamos inmersos”, agregó Martínez.
Frente a la realidad de control institucional a cargo del gobierno de Nicolás Maduro, de la que no escapa el CNE, Martínez precisa que la participación masiva y activa será lo que marcará la diferencia frente a un eventual intento de manipulación del proceso electoral.
“El principal antídoto ante este control institucional, que facilita la manipulación del proceso, es una participación masiva y activa; insistimos en que miembros de mesa sorteados tienen que ir a la capacitación y los electores deben tener muy claro cuáles son sus deberes y derechos, incluyendo su presencia en el acto de escrutinio y de verificación ciudadana”, añadió el especialista.
¡La lectura de encuestas!
El director de Votoscopio considera que no existe una guerra de encuestas en Venezuela, pues en al menos cuatro de las principales encuestadoras tradicionales venezolanas, con reconocimiento y confiabilidad, hay coincidencia en que la primera opción de triunfo la tiene el candidato presidencial de la oposición mayoritaria, Edmundo González Urrutia.
“Lo que se está viendo es una intención de desinformar a través de la creación de encuestadoras de maletín. Todos los estudios de opinión pública, como el último de Delphos, sugieren que la primera opción de triunfo la tiene Edmundo González”, resaltó Martínez.
El periodista especializado en la fuente política y en procesos electorales considera que la brecha en las encuestas entre González Urrutia y Maduro será más significativa si se concreta una participación electoral masiva el 28 de julio.
La más reciente encuesta de la firma Delphos, por ejemplo, refleja una ventaja de 34 puntos porcentuales a favor de González Urrutia en cuanto a la intención de voto.
Martínez destaca que otro indicador relevante para entender el clima de la opinión pública en Venezuela, a pocos días de la elección, es el que se refiere al techo electoral, incluido también en la última consulta de Delphos que fue divulgada por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB.
“26 % dice que nunca votaría por Edmundo González, pero 68 % dice que nunca votaría por Nicolás Maduro y creo que ese es un dato que, cuando se habla de la percepción de triunfo y en un régimen político cerrado, es tanto o más importante que la intención de voto”, agregó Martínez.
La necesidad de cambio político que revelan los estudios de opinión es otro elemento en el que hay coincidencia entre las diversas encuestadoras venezolanas confiables.
“Hay que quedarse con tres datos: el de intención de voto, el de techo electoral y todo lo que tiene que ver sobre el cambio político, porque en esto sí coinciden todas las encuestadoras: 8 de cada 10 venezolanos aspiran a un cambio político o quieren un cambio político”, puntualizó.
Qué debería pasar para que los resultados y la intención de voto que reflejan las encuestas no se reflejen en lo que anuncie Elvis Amoroso.
–De entrada, recordarles al presidente y al vicepresidente del CNE que están obligados a publicar resultados disgregados por centros y mesas.
Que no lo hicieron en el referendo del Esequibo.
–No lo hicieron, pero tampoco lo hicieron en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017. La publicación por centro y mesa es lo que garantiza la auditabilidad de lo que anuncie el CNE.
Dicho eso, y entrando en un plano más político, cuando comenzó este proceso electoral, la estrategia del Gobierno era más sencilla: generar abstención y dispersión del voto.
En vista de que Nicolás Maduro tiene un techo muy claro, 68 % dice que no quiere votar por Maduro, su estrategia era generar abstención en todos los demás candidatos y en vista de que un sector fuese a participar eso se diluyera entre las candidaturas.
Como podemos ver en las encuestas, esos candidatos alternativos no han crecido; esa estrategia de dispersión no está funcionando. La estrategia de abstención tampoco está funcionando porque la gran apuesta del Gobierno es que el sector de la oposición independiente iba a llamar a la no participación y ese ha sido tal vez el mayor error de cálculo del Gobierno después de la Primaria.
¡La defensa del voto!
La oposición confía en que alcanzará la cobertura mayoritaria de las mesas con testigos para el 28 de julio, un factor que será clave si se presenta una situación irregular que incluya la divulgación de un resultado general de la elección y que el CNE no disgregue los números finales por mesa y centro de votación.
“Ahí es donde va a cobrar importancia la estrategia de defensa del voto que tenga la Plataforma Unitaria, Edmundo González, María Corina Machado, Un Nuevo Tiempo y Movimiento por Venezuela, especialmente para recolectar las actas de escrutinio”, detalla Martínez.
El CNE habilitará 30.026 mesas en los 15.797 centros de votación, en los cuales habrá 16.604 mesas auditables.
“La oposición debería tener la amplia mayoría de esas actas de escrutinio porque eso es lo que va a permitir comprobar, en un tiempo corto, que lo que está anunciando el CNE se corresponde con lo que tienes en las actas”, agregó Martínez.
–En una charla con periodistas, el exrector del CNE, Roberto Picón, coincidió con lo que dices sobre la velocidad del proceso, la independencia del proceso y la transparencia del proceso.
–La mayoría de las auditorías que le han hecho al sistema y que permiten decir que está tan blindado que le complica al Gobierno la posibilidad de revertir resultados sin que exista evidencia de que lo han hecho, se debe al trabajo que hicieron Vicente Díaz y Roberto Picón, a quien hay que agradecerle que las actas de escrutinio incluyeran un código QR.
Que se haya incorporado un código QR facilita la capacidad de control electoral sobre los anuncios que haga el CNE, pero para que eso ocurra necesitas tener testigos acreditados en la mayoría de las mesas y que puedan acceder al acta de escrutinio.
En el portal web del diario digital “Emisora Costa de Sol 93.1 FM”, el día 21 de julio de 2024, fue publicado un artículo de opinión, cuyo texto lleva por título el siguiente: Fernando Mires: “Venezuela en un día decisivo”.
Al profesor Álvaro Toro. En Memoria.
Escribo este texto una semana antes del 28 de julio, día en que tendrán lugar elecciones presidenciales en Venezuela las que, dicho con seguridad, y sean cuales sean sus resultados, darán inicio a un nuevo capítulo de la historia del país. Ese día puede ser el del fin del chavismo, no como movimiento ni partido, pero sí como como gobierno y estado.
¡Las cartas bajo la mesa!
Todas las encuestas serias apuntan hacia un triunfo del candidato de la oposición unida, Edmundo González Urrutia. El misterio es cuál va a ser la reacción del gobierno de Nicolás Maduro en caso de una derrota. Nadie imagina al autoritario presidente ciñendo la banda presidencial en el pecho de González. Tampoco nadie lo imagina reconociendo hidalgamente su derrota. Pero en la historia siempre hay un lugar para lo inimaginable. Quien escribe tampoco imaginaba a Augusto Pinochet cediendo el gobierno a Patricio Aylwin. Seguramente Pinochet tampoco lo imaginaba. Pero suele suceder que los actores políticos, cuando no pueden hacer lo que quieren y no quieren hacer lo que deben, deben resignarse a hacer lo que pueden, sobre todo cuando deben hacerlo en el marco de condiciones nacional e internacionalmente irreversibles.
Maduro tiene sin duda cartas bajo la mesa. Una es cometer un grosero desfalco electoral a lo Lukaschenko, quien se adjudicó el 99% de los votos en un país donde más de la mitad de la ciudadanía se inclinaba por su dimisión. Pero Lukaschenko tenía a otro ladrón de elecciones como vecino y podía permitirse el delito horrible que cometió en su país manteniendo su impunidad. Una segunda carta sería para Maduro un golpe militar con el pretexto de asegurar el “orden público” en caso de que las multitudes de la oposición reclamen en las calles un robo electoral. No está excluida tampoco la posibilidad de que las dos cartas sean una sola. Robo electoral y golpe de estado a la vez, a fin de impedir el ascenso al poder de la “derecha fascista” (para decirlo con el vocabulario que emplea Maduro).
Maduro tiene, sin embargo, una tercera carta: y es la siguiente: aunque sea de malas ganas, aceptar su derrota e intentar convertir a partir de ese momento al PSUV -mal que mal es el partido más numeroso de la nación- en eje de una oposición política en contra del nuevo gobierno. Con ese paso Maduro pasaría a la historia de la izquierda latinoamericana como un estadista y no como un criminal, que ese sería el caso si elije una de las dos primeras alternativas.
Dicho de modo más simple: o Maduro se convierte en un Pinochet de pseudoizquierda (es decir, en un nuevo Ortega) o se convierte en el dirigente de un movimiento chavista destinado a reconquistar el poder del mismo modo como lo perdió: con una mayoría electoral. Si todavía queda alguien sensato dentro del chavismo, diría a Maduro que esa sería la opción más realista. Al menos tendría la posibilidad de asegurar la continuidad política de la tradición chavista. Pues en caso de que viole esa tradición y decida convertirse en un neo Ortega habrá perdido no solo la elección sino lo que le queda de legitimidad frente a la oposición y ante los suyos.
Maduro debe saber que en estos momentos su gobierno es el más aislado del continente, no solo por la “derecha fascista” (la oposición), también por la izquierda democrática. Debe saber también que las grandes masas que una vez rodearon a Chávez, ya no son las suyas. Debe saber, no por último, que su gobierno ostenta los peores números, no solo continentales, también mundiales, en los índices de corrupción, respeto a los derechos humanos, equidad, justicia, servicios públicos, educación. En suma, si roba el gobierno a la ciudadanía, ya no podría sostenerse por su propio peso y su sobrevivencia en el poder solo la podría mantener sentado sobre bayonetas ensangrentadas.
¡Astucias de la razón!
La oposición venezolana ha optado, al fin, por la vía electoral. Después de largos años de infructuosos abstencionismos, la línea democrática ha terminado por imponerse por sobre la antidemocrática línea anti-electoral. La contienda entre los representantes de esas dos líneas, la electoral y la anti-electoral, ha sido prolongada y dura. Si hacemos un repaso de una ya larga historia, veremos que, desde un comienzo, con el intento de desbancar a Chávez vía golpe de estado y con un paro petrolero insurreccional, la oposición no ha tenido siempre un comportamiento democrático. Por el contrario: ha mantenido durante diversos periodos su primacía autoritaria y anti-política. Solo recién el 2006 logró articularse electoralmente alrededor del caudillo zuliano Manuel Rosales. El año 2007 obtendría su primera victoria electoral derrotando al mismo Chávez y a su plebiscito constitucional. Paradojalmente, defendiendo la primera constitución chavista, la oposición debió constitucionalizarse a sí misma.
El 2013 Henrique Capriles trazaría durante su campaña electoral los llamados cuatro puntos cardinales de la oposición: democrática, constitucional, pacífica y electoral. Siguiendo esas brújulas, la oposición unida logró el 2015 un gran triunfo en las elecciones en la Asamblea Nacional. Maduro, previendo que la AN había construido un poder insurreccional, se dedicó a torpedearla gobernando mediante decretos. Objetivamente algunos parlamentarios de la oposición ayudaron a Maduro en esa empresa. La frase de Ramos Allup según la cual daba seis meses para que el gobierno de Maduro cayera, muestra de qué modo la anti-política había avanzado al interior de la oposición. Siguiendo esa línea “insurreccional”, esa oposición se embarcó en el fracasado Revocatorio del 2016 lo que en sí no habría sido problemático si no hubiera descuidado la lucha más importante, las elecciones regionales del 2017, las que perdió de modo inobjetable.
Abandonada la ruta electoral la oposición pasó a ser conducida por sus sectores más extremistas. Las luchas callejeras del 2017, originariamente planteadas en defensa de la AN, se convirtieron en “marchas sin retorno” que dejaron detrás de sí regueros de muertes inútiles. El 2018, en un alarde de torpeza inaudita, los sectores democráticos de la oposición, sobre todo los partidos Primero Justicia y Acción Democrática, capitularon frente a las presiones de los sectores extremistas y decidieron regalar, mediante una absurda abstención, el gobierno a Maduro. Muy poco después, el 2019, irrumpiría la locura total representada en las figuras de Leopoldo López y su representante terrenal Juan Guaidó. La era del “fin de la usurpación sin tener con qué”, de los cucutazos, de los macutazos, de la subordinación al gobierno de Trump, de los intentos de golpes de estado (30 de abril), de las ridículas embajadas del “gobierno interino”, todo eso ha quedado atrás y algunos electoralistas de hoy no quieren ni recordarlo. Bajo la hegemonía de López-Guaidó, la tragedia de la oposición se había convertido en comedia y la comedia en farsa. Maduro podía respirar tranquilo y dormir, según sus propias palabras, “como un bebé”. Los partidos de la oposición yacían en ruinas, sus dirigentes estaban desacreditados.
El 2024 los ciudadanos, en un gesto de protesta contra los partidos ayer mayoritarios y después convertidos en cáscaras vacías, dieron como ganadora de las primarias a María Corina Machado, reconocida representante de la intransigencia. Maduro debe haberse sentido muy feliz con ese resultado. Machado polarizaba y lo que más conviene a un gobierno como el de Maduro es la polarización. Sin embargo, el mandatario no contaba con la posibilidad de que la razón de la historia puede ser a veces muy astuta.
Sin entrar en profundidades filosóficas –no es el caso– Hegel se refería con el término “astucias de la razón” (Fenomenología del Espíritu) al hecho de que muchas veces los resultados de los procesos históricos no equivalen con los intereses particulares o subjetivos sino con una razón que los supera, de modo que el objetivo final dista de ser el trazado por sus propios actores. Si quisiéramos expresar de modo popular esa visión hegeliana, podríamos formularla con el dicho “nadie sabe para quien trabaja”. En ese sentido no deja de ser astuta la razón que convirtió a la líder Machado, considerada hasta hace poco como representación del divisionismo radical, en la máxima representante de la unidad política de toda la oposición venezolana. Los hechos los desencadenó, sin habérselo propuesto, el propio Maduro al inhabilitar a Machado y luego a la profesora Corina Yoris. Sin darse cuenta tal vez, Maduro estaba repitiendo el guion de las elecciones del 2022 en Barinas cuando, después de que el gobierno inhabilitara a dos candidatos, hubo de ceder el paso a Sergio Garrido de Acción Democrática, quien terminó derrotando, nada menos que en la tierra natal de Chávez, al favorito de Maduro, Jorge Arreaza.
Siguiendo el ejemplo que Barinas dio, asistida por un rapto de buen juicio, o tal vez siguiendo consejos de algún asesor inteligente, Machado nombró como candidato al ex diplomático Edmundo González Urrutia, un hombre cuya forma política de ser dista de la de un radical enardecido como son algunos que rodean a la valiente líder.
La unidad Machado-González tiende, de un modo muy simbólico, a unir a los dos ríos afluentes de la oposición venezolana: el de la épica sin política de Machado y el de la política sin épica de González. Unidos los dos nombres en afortunada simbiosis, han dado origen a una política con épica, enfrentada a un Maduro sin épica y sin política.
María Corina Machado es la líder, Edmundo Gonzales Urrutia es el candidato. Un liderazgo y una candidatura que no servirían de nada si la astucia de la razón histórica no hubiera producido una unidad que hasta hace poco no tenía cómo ni dónde aparecer. Ambos nombres, Machado y González, son los legítimos representantes de una oposición unida hoy como nunca lo había estado antes.
No deja de ser llamativo el hecho de que quienes fueron los líderes democráticos y candidatos a presidentes de esa oposición, Manuel Rosales, Henrique Capriles y Henry Falcón, dejando rivalidades y rencillas a un lado, han dado todo su apoyo a la candidatura de Edmundo González Urrutia. Los momentos democráticos del ayer se unen con los del presente político. El 28 de julio será un día decisivo.
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¡Un detalle final…!
En el portal web del diario digital “albertonews”, el día 24 de julio de 2024, fue publicado un artículo de opinión, escrito por BBC MUNDO, cuyo texto lleva por título el siguiente: “Mi voto para Edmundo es en lealtad con María Corina”: el decisivo papel de la candidata inhabilitada en las elecciones presidenciales en Venezuela.
Una candidatura, dos cabezas. La dupla de la oposición formada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado busca este domingo ganar las elecciones presidenciales de Venezuela, dar un giro a la política del país y poner fin a 25 años del chavismo en el poder.
Pese a los numerosos obstáculos institucionales y electorales, González –el exdiplomático de 74 años sin experiencia en política que aparece en el tarjetón– lidera las encuestas frente a Nicolás Maduro, presidente desde 2013.
Y mucho se debe al papel de María Corina Machado.
Lo que estamos viendo es una campaña 2×1”, explica a BBC Mundo la politóloga Carmen Beatriz Fernández. “Funciona como un tándem, una bicicleta de dos puestos, donde María Corina es quien lleva el manillar y Edmundo pedalea. Pero ella es quien lidera el proceso y lo lidera desde el año pasado, cuando ganó arrolladoramente las primarias”.
Machado resultó vencedora en las elecciones internas que organizó la Plataforma Unitaria Democrática el 22 de octubre de 2023, en las que obtuvo 93% de los votos. Sin ser una abanderada de los partidos tradicionales, se convirtió en la nueva cara del bloque opositor y revivió a un conglomerado que había perdido fuerza en los últimos años.
“Después de 2021, la sociedad se despolitizó, porque la gente interpretó que el gobierno [interino de oposición] de Juan Guaidó no cumplió con lo que prometido”, asegura el analista político Oswaldo Ramírez.
“Como consecuencia, la oposición dura desapareció. Cayó a niveles críticos. Con las primarias, Machado se posicionó como la líder de la oposición y logró algo más: repolitizar al país”.
Para el momento de las primarias, Machado ya estaba inhabilitada por orden de la Contraloría para postularse a cargos de elección popular durante 15 años por su presunta participación en hechos de corrupción ocurridos durante el llamado gobierno interino de Guaidó.
El acuerdo que cerró la Plataforma Unitaria y el oficialismo en Barbados una semana antes de las elecciones internas abría la posibilidad de que se autorizara la participación de “todos los candidatos y partidos políticos” en la contienda.
Pero ni siquiera las condiciones que fijó Estados Unidos para el levantamiento de las sanciones al petróleo, oro y gas venezolanos revirtió la decisión.
Machado, de 56 años, quedó fuera del tarjetón. Mas no de las preferencias del electorado.
“En el pasado, quien lideraba el voto opositor era Leopoldo López. Cuando lo inhabilitaron hubo que mirar hacia otras opciones. Con María Corina no pasó. A nadie le importó que estuviera inhabilitada, porque ella capitalizó el descontento contra la oposición tradicional”, afirma para BBC Mundo Eugenio Martínez, periodista experto en temas electorales.
Frente a la imposibilidad de inscribir su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), se propuso el nombre de Corina Yoris para representar a Machado.
Sin embargo, la académica de 80 años tampoco pudo formalizar su postulación por una supuesta falla en la página web del órgano electoral. Fue entonces cuando surgió la opción de postular a González Urrutia como candidato.
Machado destacó en una reciente entrevista la firmeza y capacidad de trabajo de González. “Hemos logrado armar un equipo. Algunos han buscado dividirnos. Pero vamos a estar juntos hasta el final”.
Desde entonces, los dos comparten campaña, viajes, discursos, entrevistas. Para muchos opositores que quieren un cambio votar a González representa votar a Machado.
¡Edmundo pa’ todo el mundo!
De cara al evento de este 28 de julio, lo más retador que tendrá Machado será lograr una transferencia de votos a Edmundo González Urrutia en las urnas y alcanzar una votación masiva de la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática.
Hasta ahora, ella ha conseguido –según afirma Carmen Beatriz Fernández– que una figura desconocida como Edmundo González tenga ahora a un nivel de conocimiento de 95% en un país con grandes limitaciones comunicacionales.
El lema “Edmundo pa’ todo el mundo” se ha llevado a todos los rincones del país para trasvasar la decisión del electorado de un candidato a otro. Y algunos electorales lo tienen claro.
Mi voto es para Edmundo, en lealtad y sentimiento por María Corina”, reconoce Martín Peña, un trabajador social que vive en Caracas. «Aceptamos sus reglas, porque confiamos en ella”.
De alcanzar la mayoría de los votos y el reconocimiento del órgano electoral, González asumiría la presidencia para abrir lo que todos auguran sea un periodo de transición.
“Edmundo ha sido explícito sobre cuál es su papel con un mensaje sencillo y muy potente a la vez: ‘Ofrezco una transición pacífica y en paz’. Y lo dice un diplomático de carrera que sabe tender puentes”, afirma Fernández.
Llegado el caso, Machado tendría un papel fundamental en ese proceso, según lo ha dicho el propio González.
“Fue la dirigente que obtuvo la mayor votación en las primarias. Tiene una aceptación popular importante, así que yo no veo ninguna oposición en que pueda ocupar algún cargo relevante dentro del gobierno”, aseguró el candidato de una oposición con liderazgo bicéfalo.
¡Reacciones! ¡No se puede llamar sentencia, esto se llama delincuencia judicial!
En el portal web del diario digital “Alertas 24”, el día 22 de julio de 2024, fue publicado un artículo, escrito por la Redacción Alertas 24, cuyo texto lleva por título el siguiente: Lula da Silva: “El que pierde en democracia se lleva un baño de votos, no un baño de sangre. Maduro tiene que aprender que cuando uno pierde se va”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confesó este lunes que se “asustó” cuando su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, dijo que, si pierde las elecciones del domingo en su país, habrá “un baño de sangre”.
Me asusté con esa declaración”, dijo Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros, en la que reveló que conversó dos veces con Maduro para advertirle que “si quiere contribuir a resolver el problema de crecimiento de Venezuela y la vuelta de los que se fueron, tiene que respetar el proceso democrático”.
Lula agregó que, en democracia, “el que pierde se lleva un baño de votos, no un baño de sangre”, y que “Maduro tiene que aprender que cuando uno gana se queda, y cuando pierde se va y se prepara para otras elecciones”.
Según el mandatario brasileño, las elecciones del próximo domingo serán “la única oportunidad” para que Venezuela “vuelva a la normalidad” y que el país se reintegre a la comunidad regional e internacional.
“Eso es lo que deseo para Venezuela y para toda Suramérica”, añadió.
¡Lula pide a Maduro y la oposición respetar los acuerdos!
También informó que, además de los dos observadores que enviará la Justicia electoral de Brasil, ha decidido que además viaje a Venezuela su excanciller y actual asesor de Asuntos Internacionales, Celso Amorim, quien estará presente en los comicios del domingo.
Lula ha abogado en todo momento por unas elecciones dentro de lo consensuado en los Acuerdos de Barbados, con plena participación de la oposición y con resultados reconocidos por todos.
También ha defendido una amplia presencia de observadores internacionales y expresado su “preocupación” por el veto a la opositora María Corina Machado, luego sustituida como candidata por el exdiplomático Edmundo González Urrutia, a quien los sondeos sitúan como favorito para las elecciones del domingo.
¡Una frase y algo más…!
"Es falso que la izquierda sea la ideología de los pobres y los oprimidos. Cada día queda más claro que es la ideología de los ricos, de los poderosos que controlan y tienen posiciones prominentes en la difusión cultural" "El día que el pobre se independiza, progresa en la vida y sale de la pobreza, el socialismo pierde un cliente" (Javier Milei).
“La narcodictadura va a hacer hasta lo imposible para ver cómo y de qué forma no se lleva a cabo ese proceso electoral. El fraude está determinado, pero aquí es cuando Nicolás Maduro tiene que ponerse a pensar en cuántos muertos quiere llevar en su consciencia. ¿Va a llevar a Venezuela a una guerra civil?” (Andrés Pastrana, expresidente de Colombia).
“En Venezuela hay dos caminos, el triunfo de la resistencia democrática o el robo de las elecciones por parte de Nicolás Maduro” (Iván Duque).
Blog Hoja 220
 


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