De la revolución al desastre en Venezuela (11)

 



¡Quién mató la Educación en Venezuela! (2)
¡Que descanse en paz la Universidad venezolana!
¡Les contare una historia (49)!
 

¡Si no se educa para la libertad … no puede llamarse educación!
Amigo Juan Pueblo, quise dividir este análisis en dos partes, ya que son muchas las cosas que no se hicieron bien y se ufanaban de haber tenido éxito, sino todo lo contrario, un rotundo fracaso. Esto es continuación de la exposición realizada en las Naciones Unidas, septiembre de 2004, por el “Arañero de Sabaneta”.
   Las misiones sociales venezolanas, como experiencia inédita en el mapa social de América Latina y el Caribe, surgieron en el segundo trimestre del pasado año, precisamente como expresión del desarrollo de la Revolución bolivariana en la búsqueda de soluciones verdaderas a los seculares problemas de la población humilde del país, que abarca más del 65% de los 24 millones de habitantes de Venezuela.
   Estas misiones sociales son el núcleo de la ofensiva estratégica para reducir progresivamente la pobreza dándole poder a los pobres. Ese es el reto, solucionar los viejos males y de manera simultánea ir creando condiciones estructurales que permitan construir una nueva sociedad, donde todos sean miembros con iguales derechos y deberes, en contraste con las sociedades que nos propone el neoliberalismo, donde los seres humanos pobres aparecen en los datos estadísticos no como ciudadanos, sino como excluidos.
   Para los que asisten de lejos a esta fiesta de humanidad que hoy viven los olvidados de Venezuela, es necesario aclarar que las misiones del proceso bolivariano no son programas de beneficencia, aunque todas benefician a los pobres. Y no se trata de que todas sean programas definitivos, aunque sí han probado en la práctica que conducen a soluciones definitivas. Pero tratemos de direccionarlas en un breve espacio, a partir de unos pocos ejemplos, y al final veremos cómo es posible, con pocos recursos bien repartidos, obrar el milagro de remediar de raíz los problemas seculares de la salud, la educación, el hambre, la tierra y el empleo, entre otros.
Misión Robinson 1: Yo, si puedo.
Con la Misión Robinson 1 logramos librar una batalla contra la ignorancia por aire, mar y tierra. Así, se llegó a lomo de mula, lanchas y helicópteros, hasta la última persona interesada en aprender. El 1º de julio de 2003 pasó a la historia de Venezuela, porque ese día memorable el sol de la alfabetización asomó en los cerros, llanos, deltas, y en la gran sabana de la tierra bolivariana. Más de 100.000 jóvenes, civiles y militares, se integraron al ejército de facilitadores que se diseminó por los más recónditos lugares de la extensa geografía del país.
A través del conocimiento, estábamos acercando el poder a la gente, y preparándolos para otras trascendentales misiones. Robinson 1 se hizo posible gracias a la utilización del novedoso método audiovisual “Yo, si puedo”, que en solo siete semanas permite alfabetizar, lográndose una creativa adaptación por nuestra parte a la realidad y las necesidades venezolanas.
Misión Robinson 2
En breve tiempo, utilizando también novedosos medios audiovisuales, la Misión Robinson 2 garantizó que 1.200.000 ciudadanos, mucho de los cuales se convirtieron en nuevos lectores con la alfabetización, prosiguieran sus estudios a un sexto grado de lujo, que incluye la enseñanza del idioma inglés y la computación.
Misión Ribas
En un tercer escalón, la Misión Ribas, con el apoyo logístico y la rectoría del Ministerio de Energía y Minas y de la nueva PDVSA, demostró que había muchas y necesarias formas de socializar los ingresos del petróleo, al tiempo que cambió el destino de miles de personas que andaban como pérdidas por el mundo, sin trabajo, sin posibilidad de estudiar ni esperanzas de encontrar la forma de ser útiles. Cerca de 770.000 adultos podían así recibir sus títulos de bachiller, con posibilidades reales de ingresar, en un futuro cercano, a la Educación Superior.
Misión Sucre
El sueño de una carrera universitaria, truncado para medio millón de jóvenes y adultos que quedaron sin cupo y excluidos de las universidades, se hace ahora posible con la Misión Sucre, proyecto que lleva la Educación Superior a todo el país, a través de la municipalización de la enseñanza, y abre las puertas de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a varios miles de estudiantes que se forman como comunicadores sociales, historiadores o abogados; en aulas que antes fueron lujosos despachos de los oligarcas del petróleo, adornados con costosas pinturas que ahora se exhiben en el Museo de Artes Contemporáneo de Caracas. Es así como un gobierno puede entregarle más PODER al pueblo.
Becas para los más pobres
De igual forma, las 400.000 becas (con 100 dólares mensuales) asignadas a los estudiantes de estas misiones constituyen otra novedosa forma de socializar los ingresos de la renta petrolera, al tiempo que convierten al estudio en una novedosa opción de empleo y sirven de estímulo a la incorporación y permanencia en las aulas de muchas personas excluidas, percibiendo por aprender ingresos cercanos a un salario mínimo.
En su conjunto, las misiones educativas constituyen una experiencia única, que conforma una suerte de escalera hacia el conocimiento, por la que ascienden, en igualdad de condiciones, seres humanos excluidos históricamente por los sistemas educativos de la IV República, y sus hijos, que ahora pueden transitar con seguridad desde la enseñanza primaria hasta la universidad.
¡Que suba el telón!
¡Lilian Garvett Marín se siente devastada!
Profesora de la Universidad del Zulia, Núcleo Punto Fijo, Punto Fijo, Falcón, Venezuela.
Esta foto, para los que conocen el núcleo LUZ Punto Fijo, corresponde al jardín que está por la entrada del cafetín. Mis estudiantes saben que era mi lugar favorito para dar clases, trabajar teatro infantil y aplicar estrategias innovadoras en la carrera de educación y taller literario. Tantas vivencias hermosas en ese espacio, que, al verlo así, no pude evitar llorar.
Porque se puede recuperar el jardín incluso, pero...
 ¿Dónde están mis estudiantes?
La mayoría en diversas partes del mundo, esforzándose por progresar y ayudar a los suyos.
¿Dónde está nuestro querido personal administrativo y obrero?
Dedicados a otras labores para subsistir o también se fueron del país.
¿Dónde están los profesores?
La gran mayoría se jubiló, otros se fueron huyendo de esta debacle y quedan unos pocos activos. Y cabe preguntarse si regresarán por 3$ mensuales o menos.
Entonces esa foto no es solo de una profesora triste porque el jardín de la universidad donde trabaja ya no está, o porque todo el núcleo se encuentra abandonado... 
Es la alegoría de cómo se encuentra la universidad venezolana...
Estudiantes que quieren estudiar, pero no pueden debido a un sistema vil y perverso que los acorrala en la miseria y desnutrición.
Profesores con inmensas ganas de formar, pero no tienen ni para comer. Así estamos.
#Fapuv #LUZ #NPF #UniversidadVe
Amigo Juan Pueblo, quise compartir contigo lo publicado por la profesora Lilian Garvett, que refleja el sentimiento de lo que estamos viviendo hoy en Venezuela. La profesora Garvett es una luchadora social, mi amiga. Para ella mi respeto y admiración.
Ahora, amigo Juan Pueblo, voy a compartir lo publicado en “Realidad UNEFM… Sin censura” por Salomón Rivero López, el 7 de mayo de 2021, cuya autoría es del “Observatorio de Universidades”.
¡Núcleo de LUZ en Punto Fijo está sitiado por el hampa y la desidia! Observatorio de Universidades.
El núcleo Punto Fijo de la Universidad del Zulia (LUZ), es otro de los
muchos recintos académicos venezolanos que languidece lentamente por falta de un presupuesto justo, la indolencia de los responsables de sostenerla financieramente y el hampa que impunemente lo lastima. Nacido hace más de medio siglo como una extensión de LUZ en una escuela pública, este espacio académico brindó la oportunidad a miles de bachilleres y técnicos que trabajaban en las empresas de esta zona petrolera del estado Falcón para que se formaran como administradores y contadores públicos. La Universidad arrancó con clases nocturnas en estas dos especialidades.
Bilma López, presidenta de la Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia, núcleo Punto Fijo, ha dedicado 27 años de su carrera profesional a la formación de estudiantes en las áreas de computación, turismo y ciencias sociales. López recuerda la arquitectura del edificio del núcleo como un elemento distintivo de los centros educativos del estado Falcón. “Tenía muchos vidrios y unas áreas verdes bellísimas. La gente se sentía a gusto allí”, así lo rememora.
En sus mejores años, el núcleo –ubicado en la antigua avenida Táchira, al lado del hospital Calle Sierra de Punto Fijo-, llegó a tener una matrícula de 2.800 estudiantes en sus cinco carreras: Administración, Contaduría, Educación (menciones Integral, Biología y Química), Turismo, y Ciencia y Tecnología. Hoy, calcula la profesora López, quizás son un poco más de 150 los inscritos y las únicas especialidades que aún se mantienen son Administración y Contaduría.
El edificio de LUZ está deteriorado y los delincuentes, aprovechando el
desamparo, lo están desmantelando progresivamente. La pandemia del coronavirus agrava la situación, porque no hay presencia de profesores, estudiantes ni trabajadores. “Cuando empezaron a recortar el presupuesto a las universidades hace unos 10 años, se desencadenaron los problemas. Las autoridades se vieron obligadas a suprimir pagos de servicios como el de vigilancia. Acá había cámaras de seguridad, el personal contaba con radios y el sistema de comunicación con los organismos de seguridad funcionaba”, afirma la
profesora López.
Abrieron boquetes en las paredes Ante la falta de respuestas del Ministerio de Educación Universitaria, el Decano del núcleo y las demás autoridades optaron por buscar recursos para dar comida y transporte a unos vigilantes, pero no pudieron mantener en el tiempo esta estrategia. “En el año 2018 desvalijaron un salón completo, extrajeron 30 tarjetas madre que había enviado la Opsu. Eso no lo hace cualquiera, sabían qué era y cómo sacarlas”, asevera la presidenta de Apuz Punto Fijo.
La dirigente gremial se lamenta por el progresivo ataque delictivo en contra del núcleo. “Luego de lo de las tarjetas. vinieron por los cauchos y los repuestos de los autobuses. Teníamos ocho buses, siempre estaban operativos cuatro de ellos. Ahora no funciona ninguno. Cuando llegó la pandemia del coronavirus nos obligaron a abandonar todos los puestos de trabajo y la Universidad quedó más vulnerable. Los ladrones han desvalijado los laboratorios, se llevaron microscopios, equipos de medición y otros objetos para las prácticas de química”.
La profesora Bilma López explica que los delincuentes destrozaron los
techos para sustraer los equipos de los aires integrales y los ductos. “Rompieron los vidrios de las puertas; en todas las oficinas se llevaron las computadoras que servían y dejaron las que estaban dañadas. Igual hicieron con los aires, dejaron los que no servían, tuvieron tiempo para revisar. Además, entraron con transporte de carga, son equipos muy pesados; sabían lo que tenía la Universidad”, dijo.
Al núcleo también le desmantelaron el sistema de bombeo de agua. Los antisociales abrieron boquetes en las paredes que separan las oficinas de Estudios Instruccionales y registro académico. El encargado tuvo que sacar los archivos de los alumnos para trasladarlos a otro lugar.
https://web.facebook.com/groups/1404612576465265/permalink/2846098758983299?_rdc=1&_rdr
Luis Stefanelli (@LuisStefanelli) twitteó: EDUCACIÓN EN RUINAS Está es la realidad del Núcleo LUZ Punto Fijo, la corrupción, impericia, desidia, la falta de políticas y salarios justos para las universidades, acabaron con la educación en nuestro país. El régimen destruyó la esperanza de jóvenes y educadores.
William Anseume: ¡Solo se salva a la universidad, salvando al país de este régimen! lapatilla.com, setiembre 27, 2020.
“El régimen busca afanosamente la desintegración de nuestras comunidades universitarias, algo que debemos impedir metiendo al país entero en la universidad y a la universidad entera en el país”, refirió el profesor William Anseume, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (Apusb).
“Hay quienes todavía desean aislar a nuestras casas de estudios de la suerte que sufrimos absolutamente todos los venezolanos. Por ello, esos colaboracionistas apuestan por un tal regreso a clases calladamente, como si hubiesen las condiciones, humillados por el régimen que le ha comprado su silencio”.
Expresó el líder gremial que el interinato y todas las fuerzas de la oposición deben comprometerse realmente con la universidad venezolana: “Nadie puede pretender alzar el teléfono y ordenar unas acciones en la universidad con la que no se comprometen y sudan día por día sus problemas. Pero hay algo mejor: es la universidad la que debe alzar la voz y ofrecer sus pacíficas trincheras para que encuentre su norte la dirigencia de un país con vocación de libertad. Sólo se salva la universidad, salvando al país de este régimen”.
https://www.lapatilla.com/2020/09/27/william-anseume-solo-se-salva-a-la-universidad-salvando-al-pais-de-este-regimen/
Pedro Castro Guillén: ¡La postración de la universidad!
lapatilla.com, noviembre 27, 2020.
La Universidad venezolana hoy no es más que el reflejo del profundo proceso de destrucción, una sociedad que ha visto vaporizarse sus instituciones políticas, sociales económicas, toda norma moral en la dirección pública; esto se simboliza en la destrucción de dos procesos que sintetizan sociedad y economía: la destrucción de la educación y la destrucción de la industria petrolera.  De aquí la pobreza material y moral del país, la hiperinflación que no es más que el resultado de la destrucción hasta sus cimientos de todo el tejido socio-productivo.
Este ha sido el trabajo del llamado socialismo en el siglo xxi, y no podían ser menores sus consecuencias en la educación superior en manos del estado. En su empeño por convertir y reducir a las desobedientes universidades a un aparato más de propaganda del socialismo, ha ido ahogando a las universidades autónomas a nivel presupuestario a otorgarle fracciones mezquinas del presupuesto universitario realmente asignado hasta llegar a las cifras ridículas del 8% y ahora para el año que viene el 2%. Esta actitud es el índice del desprecio del régimen por las universidades, por el saber, por la cultura.
El socialismo en el siglo xxi marca dos décadas de agresiones hacia las universidades, que es la respuesta a su no sometimiento, a mantenerse en firme rebeldía frente a las pretensiones de avalar o peor aún de cantar alabanzas ante el proceso de destrucción nacional. La permanente voz de protesta de profesores y estudiantes frente a los desmanes del desastre gubernamental, las violaciones de los derechos civiles, de los DD.HH., los flagrantes crímenes de lesa humanidad, que ya hoy aparecen abiertamente en los informes de la ONU no podían permanecer sin castigo por parte de un régimen que tiene por el peor de los crímenes la disidencia, la crítica, la intolerancia a la inmoralidad y la corrupción.
El castigo y la represión del régimen no ha podido ser más brutal, reducir el salario de los profesores en la contratación colectiva a cifras ridículamente insignificantes, desconociendo nuestro trabajo intelectual como creadores y líderes en la transmisión de conocimiento, reduciendo nuestras remuneraciones a niveles irrisorio, ya la hiperinflación no nos deja saber si 10 o 4 dólares; la condena a la miseria de miles de profesores activos y jubilados, que pierden sus posibilidades de conectividad porque no tienen como pagar el INTERNET. Por supuesto, ni hablar de alimentos, medicinas y otros servicios públicos y privados, aislados de los circuitos de conocimiento, porque participar en las redes de información, Congresos, Seminarios Internacionales requiere sufragar recursos del que estamos desprovistos.
Pero, la cuestión es aún peor las universidades llevan dos décadas de vandalización, cuestión que podemos fechar con la famosa toma del rectorado de la UCV con respaldo gubernamental en el año 2001. Desde ese momento las Universidades que se han opuesto al régimen han sido sometidas al más oprobioso saqueo material desde la reducción del presupuesto hasta el despojo por las bandas delictivas de sus equipos frente a la mirada impasible y porque no decir cómplice del régimen. En no pocas universidades los colectivos rojos en las llamadas tomas para reducir a sus profesores y estudiantes han destruidos las instalaciones universitarias sin que se produjera un castigo por parte del régimen de una actividad fuera de la ley.
Pero, el 18 de noviembre de este mes, se produce un quiebre de este relato de resistencia universitaria, cuando el Secretario y Vicerrector Administrativo encargado de la UCV Amalio Belmonte acompañado por 9 decanos, realizó un acto de postración de la universidad, cuando en el Auditórium de la Facultad de Farmacia con la presencia del ministro de educación superior Trompiz y Yadira Córdoba como actores estelares para recibir 2000 canaimitas que el régimen en modo de magnimidad le entrega a la UCV. El secretario Belmonte, monta esta farsa, esta burla a los profesores y estudiantes hundidos en la miseria sin posibilidades de acceder a alimentos y medicinas mucho menos a INTERNET, para luego chantajear a los profesores para que reanuden las actividades de docencia para lo cual no hay condiciones ni materiales ni intelectuales para hacerlo por ser el nuestro un país sin energía eléctrica, sin agua y con el peor internet de Latinoamérica todo por obra y gracia del socialismo en el siglo xxi. Los profesores en múltiples comunicados hemos condenado y rechazado este intento infeliz del secretario por congraciarse con el régimen.
Me atrevería a pensar que el secretario Belmonte al pretender ignorar todo este desastre de destrucción tiene el propósito de satisfacer planes personales. Por lo tanto, no es de extrañar que este diciembre aparezca investido como rector con la complacencia del régimen.
https://www.lapatilla.com/2020/11/27/pedro-castro-guillen-la-postracion-de-la-universidad/
Amigo Juan Pueblo, quiero compartir una cita de José Ingenieros que dice: “Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal no han sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella”.
Y, también quería compartir contigo amigo Juan Pueblo, lo que publicó Enrique Aristeguieta en su cuenta de Twitter el día 22/11/2020 que dice: “Para mí una cosa esta clara, estos salvajes odian profundamente a las verdaderas Universidades y a todo lo que es cultura. Los ejemplos son elocuentes, comenzando por el sueldo de los docentes”.
Pablo Aure: ¡Llegó la hora de replantear a la universidad venezolana! lapatilla.com, noviembre 27, 2020.
Afirmó que, para garantizar la supervivencia de las universidades autónomas, se debe replantear todo el modelo de cómo han venido funcionado.
“No podemos permitir que la decadencia que arropa a todo el sector público acabe con la vida de las universidades autónomas del país, somos nosotros los llamados no solo a rescatarlas, sino también a construir un nuevo modelo de gestión que nos permita dejar de depender del gobierno central, porque es esa dependencia la que hoy nos asfixia”, aseguró Aure.
En este sentido hizo un llamado directo a los profesores que hoy manifiestan que no se incorporarán a dar clases debido a los bajos salarios. “Yo entiendo que bajo la realidad de devengar menos de 3 dólares al mes no se puede ver eso como un sueldo, porque entra en una nueva categoría más allá de la pobreza extrema, pero abandonar el espacio universitario tampoco traerá la solución, por eso mi mensaje es a que juntos asumamos el compromiso de crear un nuevo modelo de Universidad que pueda generar recursos propios para que puedan tener un sueldo digno”.
Bajo este contexto, Pablo Aure concluyó “la Universidad de Carabobo ha sido una madre para todos que nunca nos cobró ni un bolívar por darnos la educación que nos hizo grandes profesionales, es tiempo de devolverle el favor, y la mejor manera es no dejarla morir, no podemos seguir pidiéndole nada al régimen que odia la educación, la libertad y la vida, tenemos que actuar ya”.
https://www.lapatilla.com/2020/11/27/pablo-aure-llego-la-hora-de-replantear-a-la-universidad-venezolana/
¿La universidad venezolana está a las puertas del sepulcro? (I)
Por Lorena Fuentes. Pensar Educativo, abril 29, 2021.
Esa universidad plural donde nos formamos y luego nos desempeñamos por tantos años, cumpliendo con gran satisfacción aquellos roles como docentes, investigadores y extensionistas, tal como lo estableció la Ley de Universidades (1970), lastimosamente, está dejando de ser lo que era. La gran culpa recae sobre los enemigos de la educación, para quienes las universidades representan un obstáculo en su propósito de eliminar el espíritu crítico de la población fundamentalmente cuando expresó en el artículo 4 lo siguiente: “La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica”.
Para eliminar el obstáculo señalado quisieron implantar una nueva Ley de Universidades que no pudieron aprobar con cambios estructurales, pero con la finalidad de destruir el país e igualmente socavar los principios fundamentales de la universidad, los enemigos comenzaron a instaurar un modelo político para aniquilarla de forma progresiva, y así, al imponer un gobierno autocrático, sin justicia social y con una sola forma de pensamiento, han pretendido desmantelar y extinguir las universidades.
En tal sentido, diversas acciones han ido implementando para lograr tal cometido, entre las que destacan:
1) La reducción del presupuesto. El presupuesto universitario se comienza a reducir drásticamente desde el año 2012 durante el cual se asignaron aproximadamente 1.300 millones de dólares, luego en el año 2015 el presupuesto se estimó en 85 millones de dólares, y para el año 2018 se redujo a 39 millones de dólares (Fuenmayor, 2020).
En una primera etapa se comenzó a reducir el presupuesto universitario, asfixiando a las universidades de tal modo que la mayor parte del mismo estaba destinada a la cancelación de los sueldos del personal, casi no se podía abordar el mantenimiento de infraestructuras, la flota de transporte y la dotación de comedores. Tampoco había suficiente presupuesto para financiar la investigación, lo cual impedía la asistencia de los docentes investigadores a eventos científicos o formarse en el exterior.
Finalmente, los autobuses no podían repararse, los comedores dejaron de prestar su servicio y los proyectos de investigación no recibieron más subvenciones, repercutiendo en la docencia, ya que los materiales, reactivos, libros y otros insumos que se obtenían a través de la investigación, no solamente se empleaban para esta función, sino que facilitaban las actividades docentes. Fue así como nuestras universidades, al ser sometidas a bajos presupuestos de manera continua durante muchos años, se convirtieron en lo que hoy presenciamos: instalaciones deterioradas, cementerios de autobuses, entierro de la investigación y sueldos miserables. Para esto último solamente alcanza el presupuesto. No obstante, todavía muchos investigadores y editores hacen grandes esfuerzos para lograr la periodicidad de las revistas científicas e incluso algunas universidades se mantienen en un alto nivel, gracias a la solidaridad que aún prevalece en muchos venezolanos, quienes, siendo vecinos, amigos y familiares de docentes y empleados, colaboran con ellos facilitándoles el servicio de internet y equipos de computación para las actividades universitarias.
2) La fragmentación de los gremios. Con el propósito de impedir la unidad, se fueron excluyendo gremios en la discusión de las contrataciones colectivas y se fue fomentando la fragmentación, favoreciendo supuestamente a quienes devengaban menores sueldos. Así fue como caímos en la trampa de la división y hoy contemplamos con tristeza que no hay equidad en la participación gremial. Además, independientemente de que seamos empleados, obreros o profesores, no contamos con servicio médico ni funerario. Tanto es así, que al fallecer un familiar tenemos que apelar a la caridad de los amigos y familiares para poder brindarle cristiana sepultura. A pesar de esto, la solidaridad como un valor trascendental y un gran fin de la educación venezolana, se pone de manifiesto cuando se desarrollan campañas por la salud de compañeros o para colaborar con los servicios funerarios de ellos o de sus familiares. También es notorio el alto espíritu de solidaridad de estudiantes que estando en Venezuela o fuera de ella, colaboran con algunos profesores o empleados para superar tantas vicisitudes.
3) La reducción de las escalas salariales. Con aquel mito de que en el socialismo no se puede aplicar la meritocracia, comenzaron a reducir las interescalas salariales, de manera que, un profesor agregado, asociado o titular perciben sueldos similares. Cada vez que se aprobaba un nuevo convenio colectivo eran más discretas las diferencias, lo cual continuó desmotivando al personal, porque ya no le veían sentido a la presentación de los trabajos de ascenso, en los cuales invertían más de lo que el incremento salarial por el cambio de categoría podía proporcionarles.
Con el transcurrir de los años, a partir de 2015 se fue intensificando el ataque a las universidades, hasta presenciar con tristeza lo que han logrado:
La reducción del salario a limosna. Durante los últimos 47 años, el sueldo básico mensual del personal académico universitario presentó su mayor valor (3.472 dólares) en el año 1982 para un profesor con la categoría de titular. El mismo empezó a reducirse paulatinamente desde 1983 hasta 1988 cuando alcanzó un valor de 667 dólares, luego en 1992 se incrementó a 1.121 dólares, en 2001 aumentó a la cifra de 2.573 dólares y nuevamente desciende en el año 2003 hasta un monto de 1.392 dólares, en 2010 pasa a 924 dólares, llegando a sumas irrisorias para los años 2015 (56 dólares) y 2019 (5 dólares) (Fuenmayor, 2020).
Ante esta realidad, es obvio que el actual régimen de Nicolás Maduro ha llevado a las universidades y al resto del país hasta las puertas del sepulcro. ¿Seremos enterrados como sociedad? Seguiremos analizando el tema en próxima entrega.
https://www.elnacional.com/opinion/la-universidad-venezolana-esta-a-las-puertas-del-sepulcro-i/?fbclid=IwAR0l9vGdFFCp2y2EAdo4zPFpgj_nCF6q4vtNTxmROZU_gNboVDPpY6L_7NE
Amigo Juan Pueblo, FAPUV @FAPUV twitteó el 18 de marzo de 2021 lo siguiente: “En la administración pública venezolana, el ejecutivo nacional impone los ajustes salariales. En las universidades acaban de decretar nuevas tablas salariales cuyo sueldo más bajo es de menos de un (1) $ AL MES y el más alto, $3,65 AL MES”.
Quiero compartir también, amigo Juan Pueblo, lo siguiente: Pablo Aure @pabloaure twitteó el 17 de marzo de 2021: “Grado de riqueza de los países se mide por la educación de sus habitantes. Mientras más educada sea su gente más rica será. Por esa razón la verdadera arma contra estos salvajes que oprimen a Venezuela es la educación. Ellos lo saben, por eso destruyen escuelas y Universidades”.
¿La universidad venezolana está a las puertas del sepulcro? (II)
Por Lorena Fuentes. Pensar Educativo, mayo 6, 2021.
En nuestra anterior entrega señalábamos los tres primeros puntos que desde esta perspectiva han llevado a las universidades del país a las puertas del sepulcro institucional¹, siendo estos:  1) La reducción del presupuesto – 2) La fragmentación de los gremios – 3) La reducción de las escalas salariales, hechos que han venido deteriorando aceleradamente la educación venezolana.
En la actualidad los sueldos de los trabajadores universitarios no sobrepasan un monto de 10 dólares mensuales para quienes se encuentran en los niveles más altos de las escalas y de 3 dólares o menos para el personal que se desempeña en cargos de obreros calificados.
Semejante realidad ha sometido a los trabajadores a situaciones que parecen no cruzarse por la mente de quienes sí pueden satisfacer todas sus necesidades y les sobra. Personalmente, vi bajar de peso drásticamente a mis compañeros, llegándome a confiar que lo poco que devengaban de sueldo lo distribuían para que sus hijos pudieran comer algo. Me tocaron tantas experiencias de cerca con mis amigos de tantos años: estrés, depresión, enfermedades cardíacas y muertes por no tener medicinas ni recibir atención médica, entre otras situaciones verdaderamente calamitosas y dolorosas, como profesores que han fallecido por hambre.
Lo señalado evidencia la clara violación del artículo 91 de la Constitución que establece: “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”. En consecuencia, los otros puntos que han afectado severamente las universidades son:
4) El amedrentamiento en los espacios universitarios. Esta estrategia fue aplicada en varias universidades. Ocurría el ingreso de personas ajenas a las universidades que portaban armas, quienes sometían a estudiantes y al personal, incluso agredían físicamente a algunos. En diversos casos, se reportaron heridos y las personas se veían obligadas a refugiarse en oficinas, departamentos y laboratorios, mientras escuchaban las motos acelerando por los pasillos. En otras ocasiones, algunos profesores y empleados fueron privados de libertad sin otro motivo que el de estar en desacuerdo con la postura de los enemigos del país y de la educación, o simplemente por pasar casualmente durante saqueos que se produjeron a causa de los famosos apagones de varios días. Se ha infundido un miedo que están tratando de instaurar en el colectivo. Tal vez, el propósito es que el miedo se convierta en un modelo mental.
5) La destrucción de las instalaciones universitarias. La carencia de transporte y su alto costo con respecto al salario devengado, las interrupciones de la energía eléctrica por períodos prolongados y otros factores, fueron disminuyendo la presencia del personal y de los estudiantes en las universidades. Adicionalmente, la actitud displicente de los organismos policiales, el escaso presupuesto para pagar los servicios de vigilancia de los espacios universitarios, la complicidad de vigilantes y personas ajenas a la universidad para la realización de robos, saqueos de oficinas y más recientemente, el incendio de bibliotecas y la destrucción de equipos sumamente valiosos como microscopios electrónicos, entre otros, han contribuido al deterioro por indiferencia, abandono y la destrucción intencional de las universidades.
6) La emigración forzada. Las limitaciones para el transporte y los exiguos sueldos, fueron limitando el traslado a la universidad. Cada vez había menos estudiantes, estaban emigrando. Por el año 2014, escuchaba a los estudiantes de postgrado murmurando cómo iban a hacer para irse por tierra hasta Chile. Todavía no percibía la magnitud de lo que estaba sucediendo. Para 2015 todas las facultades y los programas de la Universidad del Zulia (LUZ) sufrieron una deserción por encima del 10 %. Asimismo, en una investigación detectaron que el 48 % de estudiantes encuestados pensaba emigrar y más del 50 % de los desertores consideraban esta opción. Adicionalmente, el 81 % manifestó que la principal causa de la diáspora han sido los problemas económicos y sociopolíticos.
En la Universidad de Los Andes (ULA) se reportó una situación similar a la anterior, conforme con la cual, el comportamiento de la deserción estudiantil es de carácter creciente con incrementos significativos desde el año 2015, que pareciese estar íntimamente ligado con la desmejora de la situación socioeconómica del país, estimándose que un 65 % de los estudiantes podrían haber desertado por esta y otras razones (Albarrán, 2019).
Con el transcurrir del tiempo, varios empleados, obreros y profesores renunciaron o se jubilaron para dedicarse a otras actividades laborales en el país o para transitar un camino fuera de Venezuela a fin de tratar de subsistir y ayudar a sus familias. Fue así como el futuro de Venezuela comenzó a cruzar las fronteras y lo sigue haciendo. No obstante, en la actualidad se maneja una matrícula de 71.680 estudiantes de pregrado y postgrado, así como 5.800 profesores (activos y jubilados) para LUZ, en tanto que, la ULA para 2016 posee 2.072 profesores activos, 42.122 estudiantes de pregrado y 5.443 estudiantes de postgrado. El personal universitario hace los máximos esfuerzos y sacrificios para que las universidades sigan funcionando y cumpliendo la misión que les fue encomendada.
Con salarios cada vez más bajos, carencia de gasolina y escaso transporte, la universidad estaba colapsando. Pero, luego nos sorprende la pandemia, amplificando la crisis que veníamos arrastrando.
Ante ello, deben estar muy satisfechos los aniquiladores de la educación en Venezuela con los logros obtenidos, aunado a que, ahora hasta confiscaron la potestad que tenían las universidades para administrar los recursos financieros, posiblemente, con el propósito de ideologizar a la población y la privatización de la educación. Sabemos que la confiscación del sueldo afecta gravemente a los universitarios, pero si creen que humillándonos y dándonos migajas, destruyendo libros, robando o deteriorando equipos, incendiando bibliotecas o aplicando cualquier otra estrategia propia del Holocausto, los enemigos de la educación acabarán con la universidad, déjenme decirles que no podrán, porque las ideas perdurarán por siempre. La universidad seguirá contribuyendo a la transformación de nuestra sociedad, porque la dejarán sin infraestructura, sin presupuesto para funcionar, ni salarios, pero el capricho de destruir las universidades les va a costar, van a tener que borrarle la memoria a todo un pueblo.
En consonancia con lo expuesto y debido a que aplica para todas las universidades, las instituciones educativas y el pueblo venezolano en general, rescato el significativo lema inscrito en el escudo de mi universidad: Post nubila phoebus (Después de las nubes, el Sol).
https://www.elnacional.com/opinion/la-universidad-venezolana-esta-a-las-puertas-del-sepulcro-ii/?fbclid=IwAR1n9nt4cP42un4PdKlCXSChPnyCT2P4MHDO_KZBQwTk6gIBuLYpGCktlgY
Quiero cerrar está entrada, amigo Juan Pueblo, FAPUV @FAPUV twitteó el 8 de marzo de 2021, lo siguiente: “Las universidades han dejado de recibir los recursos para funcionar. Pretender llevarse la nómina, es la CONFISCACIÓN DEFINITIVA del presupuesto, un paso más hacia el CIERRE DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA VENEZOLANA”.
#FAPUVNoAceptaElSistemaPatria
#NOMásSalariosDeHambre
¡Que baje el telón!
¡Un apunte final…!
¡Profesores Universitarios están literalmente muriéndose de hambre por lo precario de sus sueldos!
@DolarToday / abril 17, 2021. Efecto cocuyo.
Dedicaron su vida a la docencia y la investigación, a la producción de conocimiento, pero hoy cientos de profesores universitarios en Venezuela enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades básicas, incluyendo la alimentación.
“Me llegan tres casos de profesores que están pidiendo apoyo para comprar comida. Uno, jubilado “vive” de su salario, la otra toda la familia cayó con COVID-19 y su esposo está hospitalizado, la tercera jubilada que medio la ayuda una ahijada. Si alguno puede colaborar, escríbame”, compartió en Twitter el 14 de abril la licenciada Nashla Báez.
Historias similares se conocen cada vez con más frecuencia en el gremio, aseguró el gerente de Protección Social del Instituto de Previsión del Profesor de la Universidad Central de Venezuela (IPP-UCV), Manuel García.
Es sumamente doloroso y cruel”, dijo a Efecto Cocuyo sobre las condiciones en las que viven muchos docentes universitarios. Estimó que, de unos 6.900 profesores de la UCV, “el 10 % se encuentra en una situación precaria” y añadió: “nos estamos encontrando casos de profesores con desnutrición severa”.
Refirió que, durante los años 60, 70, 80 y 90, no era común que los profesores tuviesen otra fuente de ingreso fuera de la academia, porque podían tener calidad de vida con sus salarios.
Principalmente enfocaban su tiempo en cumplir con los requisitos necesarios para escalar dentro de la academia, incluyendo la realización de múltiples investigaciones en sus campos y los estudios de maestrías y doctorados. Las jubilaciones, por aquella época, también permitían tener una vejez digna.
En la actualidad, el salario mensual de un profesor titular a dedicación exclusiva en la administración pública (el máximo escalafón) es de unos 5 dólares, monto equivalente al costo de un kilo de carne en Caracas.
¡Dificultad de nuevo empleo!
García explicó que, alrededor del 55 % de los docentes universitarios de la UCV tienen entre 65 y 90 años de edad; es decir, son personas de la tercera edad a las que se les dificulta más conseguir otro empleo para subsistir.
Durante la pandemia del COVID-19, dijo el gerente, ha sido más complejo hacer seguimiento a las dificultades que enfrentan en el gremio, “tenemos muchísimo tiempo que no vemos a los compañeros, aun así, te vas enterando…un profesor cuenta que conoce a otro que tiene más de dos días sin comer… que no tiene para comprar sus medicamentos, que no tiene para pagar un pasaje”.
A muchos, aun cuando pasan necesidad, les cuesta pedir ayuda. “Cuando llegaron a tener un nivel socioeconómico alto, a muchos les cuesta trabajo reconocer que se han empobrecido”, agregó García. Muchos han quedado solos en el país producto del fenómeno migratorio, pero no todos reciben remesas. Aun así, señaló, el gremio se ha fortalecido y se han creado redes de ayudas.
El gerente de Protección Social del IPP-UCV está convencido de que la precarización de los salarios de los docentes es parte de un plan orquestado por la administración de Nicolás Maduro para acabar con la academia: “le llamamos el holocausto universitarioporque tú sabes que con un salario de 5 dólares no sobrevive ningún venezolano”.
¡Sin seguridad social!
El profesor Samuel Pérez, integrante de la junta directiva de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv), coincidió en señalar que el gremio se encuentra desasistido: “ve golpeados sus ingresos salariales y desaparecida su seguridad social y no tiene alternativa en el sistema de salud público”.
Calculó que hay día en los que pueden recibir unas 20 llamadas diarias de colegas que piden apoyo, incluyendo aquellos a los que no los aceptaron en servicios de salud porque la cobertura del seguro médico no es suficiente. La póliza actual es de unos 350 dólares, según indicó el IPP.
Pérez recordó que, además, este viernes 16 de abril se cumplen tres quincenas desde que el Ejecutivo nacional decidió ejecutar el pago de los trabajadores universitarios del país a través del sistema patria, lo que se traduce en que “la universidad perdió la gobernabilidad en la gestión de sus recursos”.
El seguimiento que ha realizado la Apucv del proceso reveló que se han presentado varias irregularidades en cuanto a los pagos, “estamos documentando muchos casos de gente que no está recibiendo lo que deberían recibir, primas que no se están pagando, se están violando las actas convenio”.
Por otro lado, el profesor señaló que se cumple un año desde que las autoridades universitarias de la UCV han dejado de enviar al IPP los recursos que les corresponden como contribución el patrono al sistema de seguridad social de los trabajadores.
¡Proyecto piloto!
Ante estas carencias, desde el IPP-UCV y junto a un grupo de profesores, ha surgido la idea de replicar algunos elementos de las iniciativas conocidas como “bancos de alimentos”, para que la institución pueda triangular ayudas a los agremiados que más la necesiten.
Para ello, explicaron García y Pérez, se prevé que en las próximas semanas el Instituto realice una encuesta en línea que permita caracterizar y mapear las condiciones en las que se encuentran los docentes universitarios de la UCV.
En paralelo han comenzado gestiones con algunas empresas privadas que se mostraron dispuestas a colaborar con la iniciativa de crear y sostener una red de distribución de ayuda solidaria
https://dolartoday.com/profesores-universitarios-estan-literalmente-muriendose-de-hambre-por-lo-precario-de-sus-sueldos/
Amigo Juan Pueblo, lo que voy a compartir es muy lamentable, pero tengo que hacerlo para que se conozca la verdad de lo que viven los profesores universitarios en Venezuela. MariJó Bendito publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Alarmante cifra de profesores de la #ULA fallecidos entre años 20-21. Según datos del Vice Académico, en el 2020 murieron al menos 40 profesores; y al 28 de este mes de enero 5. #QEPD Lamentable noticia, en su mayoría muere por no tener con qué adquirir medicamentos 🙏🏻😓 #SOS”.
Otro testimonio desgarrador, amigo Juan Pueblo, de lo que vive el profesor universitario día a día. Leyla González publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Soy profesora universitaria, agregado, dedicación exclusiva mi sueldo mensual 3.52 $ más la cesta ticket un total de 4.19 $ Ayer en el mercado una muchacha decía "no sé si aceptar el trabajo solo pagan 50 $ el mes" La destrucción de la academia es evidente. ¿Quién estudia?”
¡Citas celebres…!
“La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos" (Henry David Thoreau).
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