De la revolución al desastre en Venezuela (11)
¡Si no se educa para la libertad … no
puede llamarse educación!
Amigo Juan Pueblo,
quise dividir este análisis en dos partes, ya que son muchas las cosas que no
se hicieron bien y se ufanaban de haber tenido éxito, sino todo lo contrario,
un rotundo fracaso. Esto es continuación de la exposición realizada en las
Naciones Unidas, septiembre de 2004, por el “Arañero de Sabaneta”.
Las
misiones sociales venezolanas, como experiencia inédita en el mapa social de
América Latina y el Caribe, surgieron en el segundo trimestre del pasado año,
precisamente como expresión del desarrollo de la Revolución bolivariana en la
búsqueda de soluciones verdaderas a los seculares problemas de la población
humilde del país, que abarca más del 65% de los 24 millones de habitantes de
Venezuela.
Estas misiones sociales son el núcleo de la ofensiva estratégica para
reducir progresivamente la pobreza dándole poder a los pobres. Ese es el reto,
solucionar los viejos males y de manera simultánea ir creando condiciones
estructurales que permitan construir una nueva sociedad, donde todos sean
miembros con iguales derechos y deberes, en contraste con las sociedades que
nos propone el neoliberalismo, donde los seres humanos pobres aparecen en los
datos estadísticos no como ciudadanos, sino como excluidos.
Para
los que asisten de lejos a esta fiesta de humanidad que hoy viven los olvidados
de Venezuela, es necesario aclarar que las misiones del proceso bolivariano no
son programas de beneficencia, aunque todas benefician a los pobres. Y no se
trata de que todas sean programas definitivos, aunque sí han probado en la
práctica que conducen a soluciones definitivas. Pero tratemos de direccionarlas
en un breve espacio, a partir de unos pocos ejemplos, y al final veremos cómo
es posible, con pocos recursos bien repartidos, obrar el milagro de remediar de
raíz los problemas seculares de la salud, la educación, el hambre, la tierra y
el empleo, entre otros.
Misión Robinson 1:
Yo, si puedo.
A través del conocimiento, estábamos
acercando el poder a la gente, y preparándolos para otras trascendentales
misiones. Robinson 1 se hizo posible gracias a la utilización del novedoso
método audiovisual “Yo, si puedo”, que en solo siete semanas permite
alfabetizar, lográndose una creativa adaptación por nuestra parte a la realidad
y las necesidades venezolanas.
Misión Robinson 2
En breve tiempo, utilizando también novedosos
medios audiovisuales, la Misión Robinson 2 garantizó que 1.200.000 ciudadanos,
mucho de los cuales se convirtieron en nuevos lectores con la alfabetización,
prosiguieran sus estudios a un sexto grado de lujo, que incluye la enseñanza
del idioma inglés y la computación.
Misión Ribas
En un tercer escalón, la Misión Ribas, con el
apoyo logístico y la rectoría del Ministerio de Energía y Minas y de la nueva PDVSA,
demostró que había muchas y necesarias formas de socializar los ingresos del
petróleo, al tiempo que cambió el destino de miles de personas que andaban como
pérdidas por el mundo, sin trabajo, sin posibilidad de estudiar ni esperanzas
de encontrar la forma de ser útiles. Cerca de 770.000 adultos podían así
recibir sus títulos de bachiller, con posibilidades reales de ingresar, en un
futuro cercano, a la Educación Superior.
Misión Sucre
El sueño de una carrera universitaria,
truncado para medio millón de jóvenes y adultos que quedaron sin cupo y
excluidos de las universidades, se hace ahora posible con la Misión Sucre,
proyecto que lleva la Educación Superior a todo el país, a través de la
municipalización de la enseñanza, y abre las puertas de la Universidad
Bolivariana de Venezuela, a varios miles de estudiantes que se forman como
comunicadores sociales, historiadores o abogados; en aulas que antes fueron
lujosos despachos de los oligarcas del petróleo, adornados con costosas
pinturas que ahora se exhiben en el Museo de Artes Contemporáneo de Caracas. Es
así como un gobierno puede entregarle más PODER al pueblo.
Becas para los más pobres
De igual forma, las 400.000 becas (con 100
dólares mensuales) asignadas a los estudiantes de estas misiones constituyen
otra novedosa forma de socializar los ingresos de la renta petrolera, al tiempo
que convierten al estudio en una novedosa opción de empleo y sirven de estímulo
a la incorporación y permanencia en las aulas de muchas personas excluidas,
percibiendo por aprender ingresos cercanos a un salario mínimo.
En su conjunto, las misiones educativas
constituyen una experiencia única, que conforma una suerte de escalera hacia el
conocimiento, por la que ascienden, en igualdad de condiciones, seres humanos
excluidos históricamente por los sistemas educativos de la IV República, y sus
hijos, que ahora pueden transitar con seguridad desde la enseñanza primaria
hasta la universidad.
¡Que suba el telón!
¡Lilian Garvett Marín se siente devastada!
Profesora de la Universidad del Zulia, Núcleo
Punto Fijo, Punto Fijo, Falcón, Venezuela.
Esta foto, para los que conocen el núcleo LUZ
Punto Fijo, corresponde al jardín que está por la entrada del cafetín. Mis
estudiantes saben que era mi lugar favorito para dar clases, trabajar teatro
infantil y aplicar estrategias innovadoras en la carrera de educación y taller
literario. Tantas vivencias hermosas en ese espacio, que, al verlo así, no pude
evitar llorar.
Porque se puede recuperar el jardín incluso,
pero...
¿Dónde
están mis estudiantes?
La mayoría en diversas partes del mundo,
esforzándose por progresar y ayudar a los suyos.
¿Dónde está nuestro querido personal administrativo
y obrero?
Dedicados a otras labores para subsistir o
también se fueron del país.
¿Dónde están los profesores?
La gran mayoría se jubiló, otros se fueron
huyendo de esta debacle y quedan unos pocos activos. Y cabe preguntarse si
regresarán por 3$ mensuales o menos.
Entonces esa foto no es solo de una profesora
triste porque el jardín de la universidad donde trabaja ya no está, o porque
todo el núcleo se encuentra abandonado...
Es la alegoría de cómo se encuentra la
universidad venezolana...
Estudiantes que quieren estudiar, pero no
pueden debido a un sistema vil y perverso que los acorrala en la miseria y
desnutrición.
Profesores con inmensas ganas de formar, pero
no tienen ni para comer. Así estamos.
#Fapuv #LUZ #NPF #UniversidadVe
Amigo Juan Pueblo,
quise compartir contigo lo publicado por la profesora Lilian Garvett, que
refleja el sentimiento de lo que estamos viviendo hoy en Venezuela. La
profesora Garvett es una luchadora social, mi amiga. Para ella mi respeto y
admiración.
Ahora, amigo Juan Pueblo,
voy a compartir lo publicado en “Realidad UNEFM… Sin censura” por Salomón
Rivero López, el 7 de mayo de 2021, cuya autoría es del “Observatorio de
Universidades”.
¡Núcleo de LUZ en Punto Fijo está sitiado
por el hampa y la desidia! Observatorio de Universidades.
El núcleo Punto Fijo de la Universidad del
Zulia (LUZ), es otro de los
muchos recintos académicos venezolanos que
languidece lentamente por falta de un presupuesto justo, la indolencia de los
responsables de sostenerla financieramente y el hampa que impunemente lo
lastima. Nacido hace más de medio siglo como una extensión de LUZ en una
escuela pública, este espacio académico brindó la oportunidad a miles de
bachilleres y técnicos que trabajaban en las empresas de esta zona petrolera
del estado Falcón para que se formaran como administradores y contadores
públicos. La Universidad arrancó con clases nocturnas en estas dos
especialidades.
Bilma López, presidenta de la Asociación de
Profesores de la Universidad del Zulia, núcleo Punto Fijo, ha dedicado 27 años
de su carrera profesional a la formación de estudiantes en las áreas de
computación, turismo y ciencias sociales. López recuerda la arquitectura del
edificio del núcleo como un elemento distintivo de los centros educativos del
estado Falcón. “Tenía muchos vidrios y unas áreas verdes bellísimas. La gente
se sentía a gusto allí”, así lo rememora.
En sus mejores años, el núcleo –ubicado en la
antigua avenida Táchira, al lado del hospital Calle Sierra de Punto Fijo-,
llegó a tener una matrícula de 2.800 estudiantes en sus cinco carreras:
Administración, Contaduría, Educación (menciones Integral, Biología y Química),
Turismo, y Ciencia y Tecnología. Hoy, calcula la profesora López, quizás son un
poco más de 150 los inscritos y las únicas especialidades que aún se mantienen
son Administración y Contaduría.
El edificio de LUZ está deteriorado y los
delincuentes, aprovechando el
desamparo, lo están desmantelando
progresivamente. La pandemia del coronavirus agrava la situación, porque no hay
presencia de profesores, estudiantes ni trabajadores. “Cuando empezaron a
recortar el presupuesto a las universidades hace unos 10 años, se
desencadenaron los problemas. Las autoridades se vieron obligadas a suprimir
pagos de servicios como el de vigilancia. Acá había cámaras de seguridad, el
personal contaba con radios y el sistema de comunicación con los organismos de
seguridad funcionaba”, afirma la
profesora López.
Abrieron boquetes en las paredes Ante la
falta de respuestas del Ministerio de Educación Universitaria, el Decano del
núcleo y las demás autoridades optaron por buscar recursos para dar comida y
transporte a unos vigilantes, pero no pudieron mantener en el tiempo esta
estrategia. “En el año 2018 desvalijaron un salón completo, extrajeron 30 tarjetas
madre que había enviado la Opsu. Eso no lo hace cualquiera, sabían qué era y
cómo sacarlas”, asevera la presidenta de Apuz Punto Fijo.
La dirigente gremial se lamenta por el
progresivo ataque delictivo en contra del núcleo. “Luego de lo de las tarjetas.
vinieron por los cauchos y los repuestos de los autobuses. Teníamos ocho buses,
siempre estaban operativos cuatro de ellos. Ahora no funciona ninguno. Cuando
llegó la pandemia del coronavirus nos obligaron a abandonar todos los puestos
de trabajo y la Universidad quedó más vulnerable. Los ladrones han desvalijado
los laboratorios, se llevaron microscopios, equipos de medición y otros objetos
para las prácticas de química”.
La profesora Bilma López explica que los
delincuentes destrozaron los
techos para sustraer los equipos de los aires
integrales y los ductos. “Rompieron los vidrios de las puertas; en todas las
oficinas se llevaron las computadoras que servían y dejaron las que estaban
dañadas. Igual hicieron con los aires, dejaron los que no servían, tuvieron
tiempo para revisar. Además, entraron con transporte de carga, son equipos muy
pesados; sabían lo que tenía la Universidad”, dijo.
Al núcleo también le desmantelaron el sistema
de bombeo de agua. Los antisociales abrieron boquetes en las paredes que
separan las oficinas de Estudios Instruccionales y registro académico. El
encargado tuvo que sacar los archivos de los alumnos para trasladarlos a otro
lugar.
https://web.facebook.com/groups/1404612576465265/permalink/2846098758983299?_rdc=1&_rdr
Luis Stefanelli (@LuisStefanelli) twitteó:
EDUCACIÓN EN RUINAS Está es la realidad del Núcleo LUZ Punto Fijo, la
corrupción, impericia, desidia, la falta de políticas y salarios justos para
las universidades, acabaron con la educación en nuestro país. El régimen
destruyó la esperanza de jóvenes y educadores.
William Anseume:
¡Solo se salva a la universidad, salvando al país de este régimen!
lapatilla.com, setiembre 27, 2020.
“Hay quienes todavía desean aislar a nuestras
casas de estudios de la suerte que sufrimos absolutamente todos los
venezolanos. Por ello, esos colaboracionistas apuestan por un tal regreso a
clases calladamente, como si hubiesen las condiciones, humillados por el
régimen que le ha comprado su silencio”.
Expresó el líder gremial que el interinato y
todas las fuerzas de la oposición deben comprometerse realmente con la
universidad venezolana: “Nadie puede pretender alzar el teléfono y ordenar unas
acciones en la universidad con la que no se comprometen y sudan día por día sus
problemas. Pero hay algo mejor: es la universidad la que debe alzar la voz y
ofrecer sus pacíficas trincheras para que encuentre su norte la dirigencia de
un país con vocación de libertad. Sólo se salva la universidad, salvando al
país de este régimen”.
https://www.lapatilla.com/2020/09/27/william-anseume-solo-se-salva-a-la-universidad-salvando-al-pais-de-este-regimen/
Pedro Castro Guillén: ¡La postración de la universidad!
La Universidad venezolana hoy no es más que
el reflejo del profundo proceso de destrucción, una sociedad que ha visto
vaporizarse sus instituciones políticas, sociales económicas, toda norma moral
en la dirección pública; esto se simboliza en la destrucción de dos procesos
que sintetizan sociedad y economía: la destrucción de la educación y la
destrucción de la industria petrolera.
De aquí la pobreza material y moral del país, la hiperinflación que no
es más que el resultado de la destrucción hasta sus cimientos de todo el tejido
socio-productivo.
Este ha sido el trabajo del llamado
socialismo en el siglo xxi, y no podían ser menores sus consecuencias en la
educación superior en manos del estado. En su empeño por convertir y reducir a
las desobedientes universidades a un aparato más de propaganda del socialismo,
ha ido ahogando a las universidades autónomas a nivel presupuestario a
otorgarle fracciones mezquinas del presupuesto universitario realmente asignado
hasta llegar a las cifras ridículas del 8% y ahora para el año que viene el 2%.
Esta actitud es el índice del desprecio del régimen por las universidades, por
el saber, por la cultura.
El socialismo en el siglo xxi marca dos décadas
de agresiones hacia las universidades, que es la respuesta a su no
sometimiento, a mantenerse en firme rebeldía frente a las pretensiones de
avalar o peor aún de cantar alabanzas ante el proceso de destrucción nacional.
La permanente voz de protesta de profesores y estudiantes frente a los desmanes
del desastre gubernamental, las violaciones de los derechos civiles, de los
DD.HH., los flagrantes crímenes de lesa humanidad, que ya hoy aparecen
abiertamente en los informes de la ONU no podían permanecer sin castigo por
parte de un régimen que tiene por el peor de los crímenes la disidencia, la
crítica, la intolerancia a la inmoralidad y la corrupción.
El castigo y la represión del régimen no ha
podido ser más brutal, reducir el salario de los profesores en la contratación
colectiva a cifras ridículamente insignificantes, desconociendo nuestro trabajo
intelectual como creadores y líderes en la transmisión de conocimiento,
reduciendo nuestras remuneraciones a niveles irrisorio, ya la hiperinflación no
nos deja saber si 10 o 4 dólares; la condena a la miseria de miles de
profesores activos y jubilados, que pierden sus posibilidades de conectividad
porque no tienen como pagar el INTERNET. Por supuesto, ni hablar de alimentos,
medicinas y otros servicios públicos y privados, aislados de los circuitos de
conocimiento, porque participar en las redes de información, Congresos,
Seminarios Internacionales requiere sufragar recursos del que estamos
desprovistos.
Pero, la cuestión es aún peor las
universidades llevan dos décadas de vandalización, cuestión que podemos fechar
con la famosa toma del rectorado de la UCV con respaldo gubernamental en el año
2001. Desde ese momento las Universidades que se han opuesto al régimen han
sido sometidas al más oprobioso saqueo material desde la reducción del
presupuesto hasta el despojo por las bandas delictivas de sus equipos frente a
la mirada impasible y porque no decir cómplice del régimen. En no pocas
universidades los colectivos rojos en las llamadas tomas para reducir a sus
profesores y estudiantes han destruidos las instalaciones universitarias sin
que se produjera un castigo por parte del régimen de una actividad fuera de la
ley.
Pero, el 18 de noviembre de este mes, se
produce un quiebre de este relato de resistencia universitaria, cuando el
Secretario y Vicerrector Administrativo encargado de la UCV Amalio Belmonte
acompañado por 9 decanos, realizó un acto de postración de la universidad,
cuando en el Auditórium de la Facultad de Farmacia con la presencia del
ministro de educación superior Trompiz y Yadira Córdoba como actores estelares
para recibir 2000 canaimitas que el régimen en modo de magnimidad le entrega a
la UCV. El secretario Belmonte, monta esta farsa, esta burla a los profesores y
estudiantes hundidos en la miseria sin posibilidades de acceder a alimentos y
medicinas mucho menos a INTERNET, para luego chantajear a los profesores para
que reanuden las actividades de docencia para lo cual no hay condiciones ni
materiales ni intelectuales para hacerlo por ser el nuestro un país sin energía
eléctrica, sin agua y con el peor internet de Latinoamérica todo por obra y
gracia del socialismo en el siglo xxi. Los profesores en múltiples comunicados
hemos condenado y rechazado este intento infeliz del secretario por congraciarse
con el régimen.
Me atrevería a pensar que el secretario
Belmonte al pretender ignorar todo este desastre de destrucción tiene el
propósito de satisfacer planes personales. Por lo tanto, no es de extrañar que
este diciembre aparezca investido como rector con la complacencia del régimen.
https://www.lapatilla.com/2020/11/27/pedro-castro-guillen-la-postracion-de-la-universidad/
Amigo Juan Pueblo,
quiero compartir una cita de José Ingenieros que dice: “Cuando las miserias
morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de
ideal no han sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de ella sin
trabajar para ella”.
Y, también quería compartir contigo amigo Juan Pueblo, lo que publicó Enrique Aristeguieta en su
cuenta de Twitter el día 22/11/2020 que dice: “Para mí una cosa esta clara,
estos salvajes odian profundamente a las verdaderas Universidades y a todo lo
que es cultura. Los ejemplos son elocuentes, comenzando por el sueldo de los
docentes”.
Pablo Aure:
¡Llegó la hora de replantear a la universidad venezolana! lapatilla.com,
noviembre 27, 2020.
“No podemos permitir que la decadencia que
arropa a todo el sector público acabe con la vida de las universidades
autónomas del país, somos nosotros los llamados no solo a rescatarlas, sino
también a construir un nuevo modelo de gestión que nos permita dejar de
depender del gobierno central, porque es esa dependencia la que hoy nos
asfixia”, aseguró Aure.
En este sentido hizo un llamado directo a los
profesores que hoy manifiestan que no se incorporarán a dar clases debido a los
bajos salarios. “Yo entiendo que bajo la realidad de devengar menos de 3
dólares al mes no se puede ver eso como un sueldo, porque entra en una nueva
categoría más allá de la pobreza extrema, pero abandonar el espacio
universitario tampoco traerá la solución, por eso mi mensaje es a que juntos
asumamos el compromiso de crear un nuevo modelo de Universidad que pueda
generar recursos propios para que puedan tener un sueldo digno”.
Bajo este contexto, Pablo Aure concluyó “la
Universidad de Carabobo ha sido una madre para todos que nunca nos cobró ni un
bolívar por darnos la educación que nos hizo grandes profesionales, es tiempo
de devolverle el favor, y la mejor manera es no dejarla morir, no podemos
seguir pidiéndole nada al régimen que odia la educación, la libertad y la vida,
tenemos que actuar ya”.
https://www.lapatilla.com/2020/11/27/pablo-aure-llego-la-hora-de-replantear-a-la-universidad-venezolana/
¿La universidad venezolana está a las
puertas del sepulcro? (I)
Por Lorena Fuentes. Pensar Educativo, abril
29, 2021.
Esa universidad plural donde nos formamos y
luego nos desempeñamos por tantos años, cumpliendo con gran satisfacción
aquellos roles como docentes, investigadores y extensionistas, tal como lo
estableció la Ley de Universidades (1970), lastimosamente, está dejando de ser
lo que era. La gran culpa recae sobre los enemigos de la educación, para
quienes las universidades representan un obstáculo en su propósito de eliminar
el espíritu crítico de la población fundamentalmente cuando expresó en el
artículo 4 lo siguiente: “La enseñanza universitaria se inspirará en un
definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y
estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se
expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica”.
Para eliminar el obstáculo señalado quisieron
implantar una nueva Ley de Universidades que no pudieron aprobar con cambios
estructurales, pero con la finalidad de destruir el país e igualmente socavar
los principios fundamentales de la universidad, los enemigos comenzaron a
instaurar un modelo político para aniquilarla de forma progresiva, y así, al
imponer un gobierno autocrático, sin justicia social y con una sola forma de
pensamiento, han pretendido desmantelar y extinguir las universidades.
En tal sentido, diversas acciones han ido
implementando para lograr tal cometido, entre las que destacan:
1) La reducción del presupuesto. El
presupuesto universitario se comienza a reducir drásticamente desde el año 2012
durante el cual se asignaron aproximadamente 1.300 millones de dólares, luego
en el año 2015 el presupuesto se estimó en 85 millones de dólares, y para el
año 2018 se redujo a 39 millones de dólares (Fuenmayor, 2020).
Finalmente, los autobuses no podían
repararse, los comedores dejaron de prestar su servicio y los proyectos de
investigación no recibieron más subvenciones, repercutiendo en la docencia, ya
que los materiales, reactivos, libros y otros insumos que se obtenían a través
de la investigación, no solamente se empleaban para esta función, sino que
facilitaban las actividades docentes. Fue así como nuestras universidades, al
ser sometidas a bajos presupuestos de manera continua durante muchos años, se
convirtieron en lo que hoy presenciamos: instalaciones deterioradas,
cementerios de autobuses, entierro de la investigación y sueldos miserables.
Para esto último solamente alcanza el presupuesto. No obstante, todavía muchos
investigadores y editores hacen grandes esfuerzos para lograr la periodicidad
de las revistas científicas e incluso algunas universidades se mantienen en un
alto nivel, gracias a la solidaridad que aún prevalece en muchos venezolanos,
quienes, siendo vecinos, amigos y familiares de docentes y empleados, colaboran
con ellos facilitándoles el servicio de internet y equipos de computación para
las actividades universitarias.
2) La fragmentación de los gremios. Con el
propósito de impedir la unidad, se fueron excluyendo gremios en la discusión de
las contrataciones colectivas y se fue fomentando la fragmentación,
favoreciendo supuestamente a quienes devengaban menores sueldos. Así fue como
caímos en la trampa de la división y hoy contemplamos con tristeza que no hay
equidad en la participación gremial. Además, independientemente de que seamos
empleados, obreros o profesores, no contamos con servicio médico ni funerario.
Tanto es así, que al fallecer un familiar tenemos que apelar a la caridad de
los amigos y familiares para poder brindarle cristiana sepultura. A pesar de
esto, la solidaridad como un valor trascendental y un gran fin de la educación
venezolana, se pone de manifiesto cuando se desarrollan campañas por la salud
de compañeros o para colaborar con los servicios funerarios de ellos o de sus
familiares. También es notorio el alto espíritu de solidaridad de estudiantes
que estando en Venezuela o fuera de ella, colaboran con algunos profesores o
empleados para superar tantas vicisitudes.
La reducción del salario a limosna. Durante los últimos 47 años, el sueldo
básico mensual del personal académico universitario presentó su mayor valor
(3.472 dólares) en el año 1982 para un profesor con la categoría de titular. El
mismo empezó a reducirse paulatinamente desde 1983 hasta 1988 cuando alcanzó un
valor de 667 dólares, luego en 1992 se incrementó a 1.121 dólares, en 2001
aumentó a la cifra de 2.573 dólares y nuevamente desciende en el año 2003 hasta
un monto de 1.392 dólares, en 2010 pasa a 924 dólares, llegando a sumas
irrisorias para los años 2015 (56 dólares) y 2019 (5 dólares) (Fuenmayor,
2020).
https://www.elnacional.com/opinion/la-universidad-venezolana-esta-a-las-puertas-del-sepulcro-i/?fbclid=IwAR0l9vGdFFCp2y2EAdo4zPFpgj_nCF6q4vtNTxmROZU_gNboVDPpY6L_7NE
Amigo Juan Pueblo,
FAPUV @FAPUV twitteó el 18 de marzo de 2021 lo siguiente: “En la administración
pública venezolana, el ejecutivo nacional impone los ajustes salariales. En las
universidades acaban de decretar nuevas tablas salariales cuyo sueldo más bajo
es de menos de un (1) $ AL MES y el más alto, $3,65 AL MES”.
Quiero compartir también, amigo Juan Pueblo, lo siguiente: Pablo Aure @pabloaure
twitteó el 17 de marzo de 2021: “Grado de riqueza de los países se mide por la
educación de sus habitantes. Mientras más educada sea su gente más rica será.
Por esa razón la verdadera arma contra estos salvajes que oprimen a Venezuela
es la educación. Ellos lo saben, por eso destruyen escuelas y Universidades”.
¿La universidad venezolana está a las
puertas del sepulcro? (II)
Por Lorena Fuentes. Pensar Educativo, mayo 6,
2021.
En nuestra anterior entrega señalábamos los
tres primeros puntos que desde esta perspectiva han llevado a las universidades
del país a las puertas del sepulcro institucional¹, siendo estos: 1) La reducción del presupuesto – 2) La
fragmentación de los gremios – 3) La reducción de las escalas salariales,
hechos que han venido deteriorando aceleradamente la educación venezolana.
En la actualidad los sueldos de los
trabajadores universitarios no sobrepasan un monto de 10 dólares mensuales para
quienes se encuentran en los niveles más altos de las escalas y de 3 dólares o
menos para el personal que se desempeña en cargos de obreros calificados.
Semejante realidad ha sometido a los
trabajadores a situaciones que parecen no cruzarse por la mente de quienes sí
pueden satisfacer todas sus necesidades y les sobra. Personalmente, vi bajar de
peso drásticamente a mis compañeros, llegándome a confiar que lo poco que
devengaban de sueldo lo distribuían para que sus hijos pudieran comer algo. Me
tocaron tantas experiencias de cerca con mis amigos de tantos años: estrés,
depresión, enfermedades cardíacas y muertes por no tener medicinas ni recibir
atención médica, entre otras situaciones verdaderamente calamitosas y
dolorosas, como profesores que han fallecido por hambre.
Lo señalado evidencia la clara violación del
artículo 91 de la Constitución que establece: “Todo trabajador o trabajadora
tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y
cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e
intelectuales”. En consecuencia, los otros puntos que han afectado severamente
las universidades son:
4) El amedrentamiento en los espacios universitarios.
Esta estrategia fue aplicada en varias universidades. Ocurría el ingreso de
personas ajenas a las universidades que portaban armas, quienes sometían a
estudiantes y al personal, incluso agredían físicamente a algunos. En diversos
casos, se reportaron heridos y las personas se veían obligadas a refugiarse en
oficinas, departamentos y laboratorios, mientras escuchaban las motos
acelerando por los pasillos. En otras ocasiones, algunos profesores y empleados
fueron privados de libertad sin otro motivo que el de estar en desacuerdo con
la postura de los enemigos del país y de la educación, o simplemente por pasar
casualmente durante saqueos que se produjeron a causa de los famosos apagones
de varios días. Se ha infundido un miedo que están tratando de instaurar en el
colectivo. Tal vez, el propósito es que el miedo se convierta en un modelo
mental.
Con el transcurrir del tiempo, varios
empleados, obreros y profesores renunciaron o se jubilaron para dedicarse a
otras actividades laborales en el país o para transitar un camino fuera de
Venezuela a fin de tratar de subsistir y ayudar a sus familias. Fue así como el
futuro de Venezuela comenzó a cruzar las fronteras y lo sigue haciendo. No
obstante, en la actualidad se maneja una matrícula de 71.680 estudiantes de
pregrado y postgrado, así como 5.800 profesores (activos y jubilados) para LUZ,
en tanto que, la ULA para 2016 posee 2.072 profesores activos, 42.122
estudiantes de pregrado y 5.443 estudiantes de postgrado. El personal
universitario hace los máximos esfuerzos y sacrificios para que las
universidades sigan funcionando y cumpliendo la misión que les fue encomendada.
Con salarios cada vez más bajos, carencia de
gasolina y escaso transporte, la universidad estaba colapsando. Pero, luego nos
sorprende la pandemia, amplificando la crisis que veníamos arrastrando.
Ante ello, deben estar muy satisfechos los
aniquiladores de la educación en Venezuela con los logros obtenidos, aunado a
que, ahora hasta confiscaron la potestad que tenían las universidades para
administrar los recursos financieros, posiblemente, con el propósito de
ideologizar a la población y la privatización de la educación. Sabemos que la
confiscación del sueldo afecta gravemente a los universitarios, pero si creen
que humillándonos y dándonos migajas, destruyendo libros, robando o
deteriorando equipos, incendiando bibliotecas o aplicando cualquier otra
estrategia propia del Holocausto, los enemigos de la educación acabarán con la
universidad, déjenme decirles que no podrán, porque las ideas perdurarán por
siempre. La universidad seguirá contribuyendo a la transformación de nuestra
sociedad, porque la dejarán sin infraestructura, sin presupuesto para
funcionar, ni salarios, pero el capricho de destruir las universidades les va a
costar, van a tener que borrarle la memoria a todo un pueblo.
En consonancia con lo expuesto y debido a que
aplica para todas las universidades, las instituciones educativas y el pueblo
venezolano en general, rescato el significativo lema inscrito en el escudo de
mi universidad: Post nubila phoebus (Después de las nubes, el Sol).
https://www.elnacional.com/opinion/la-universidad-venezolana-esta-a-las-puertas-del-sepulcro-ii/?fbclid=IwAR1n9nt4cP42un4PdKlCXSChPnyCT2P4MHDO_KZBQwTk6gIBuLYpGCktlgY
Quiero cerrar está entrada, amigo Juan Pueblo, FAPUV @FAPUV twitteó el 8 de marzo de
2021, lo siguiente: “Las universidades han dejado de recibir los recursos para
funcionar. Pretender llevarse la nómina, es la CONFISCACIÓN DEFINITIVA del
presupuesto, un paso más hacia el CIERRE DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA VENEZOLANA”.
#FAPUVNoAceptaElSistemaPatria
#NOMásSalariosDeHambre
¡Que baje el telón!
¡Un apunte final…!
¡Profesores Universitarios están
literalmente muriéndose de hambre por lo precario de sus sueldos!
@DolarToday / abril 17, 2021. Efecto cocuyo.
Dedicaron su vida a la docencia y la
investigación, a la producción de conocimiento, pero hoy cientos de profesores
universitarios en Venezuela enfrentan dificultades para satisfacer sus
necesidades básicas, incluyendo la alimentación.
“Me llegan tres casos de profesores que están
pidiendo apoyo para comprar comida. Uno, jubilado “vive” de su salario, la otra
toda la familia cayó con COVID-19 y su esposo está hospitalizado, la tercera
jubilada que medio la ayuda una ahijada. Si alguno puede colaborar, escríbame”,
compartió en Twitter el 14 de abril la licenciada Nashla Báez.
Historias similares se conocen cada vez con
más frecuencia en el gremio, aseguró el gerente de Protección Social del
Instituto de Previsión del Profesor de la Universidad Central de Venezuela
(IPP-UCV), Manuel García.
“Es sumamente doloroso y cruel”, dijo a Efecto
Cocuyo sobre las condiciones en las que viven muchos docentes universitarios.
Estimó que, de unos 6.900 profesores de la UCV, “el 10 % se encuentra en una
situación precaria” y añadió: “nos estamos encontrando casos de
profesores con desnutrición severa”.
Refirió que, durante los años 60, 70, 80 y
90, no era común que los profesores tuviesen otra fuente de ingreso fuera de la
academia, porque podían tener calidad de vida con sus salarios.
Principalmente enfocaban su tiempo en cumplir
con los requisitos necesarios para escalar dentro de la academia, incluyendo la
realización de múltiples investigaciones en sus campos y los estudios de
maestrías y doctorados. Las jubilaciones, por aquella época, también permitían
tener una vejez digna.
En la actualidad, el salario mensual de un
profesor titular a dedicación exclusiva en la administración pública (el máximo
escalafón) es de unos 5 dólares, monto equivalente al costo de un kilo de carne
en Caracas.
¡Dificultad de nuevo empleo!
García explicó que, alrededor del 55 % de los
docentes universitarios de la UCV tienen entre 65 y 90 años de edad; es decir,
son personas de la tercera edad a las que se les dificulta más conseguir otro
empleo para subsistir.
Durante la pandemia del COVID-19, dijo el
gerente, ha sido más complejo hacer seguimiento a las dificultades que
enfrentan en el gremio, “tenemos muchísimo tiempo que no vemos a los
compañeros, aun así, te vas enterando…un profesor cuenta que conoce a otro que
tiene más de dos días sin comer… que no tiene para comprar sus medicamentos,
que no tiene para pagar un pasaje”.
A muchos, aun cuando pasan necesidad, les
cuesta pedir ayuda. “Cuando llegaron a tener un nivel socioeconómico alto, a
muchos les cuesta trabajo reconocer que se han empobrecido”, agregó García.
Muchos han quedado solos en el país producto del fenómeno migratorio, pero no
todos reciben remesas. Aun así, señaló, el gremio se ha fortalecido y se han
creado redes de ayudas.
El gerente de Protección Social del IPP-UCV
está convencido de que la precarización de los salarios de los docentes es
parte de un plan orquestado por la administración de Nicolás Maduro para acabar
con la academia: “le llamamos el holocausto universitario… porque tú
sabes que con un salario de 5 dólares no sobrevive ningún venezolano”.
¡Sin seguridad social!
El profesor Samuel Pérez, integrante de la
junta directiva de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv), coincidió en
señalar que el gremio se encuentra desasistido: “ve golpeados sus ingresos
salariales y desaparecida su seguridad social y no tiene alternativa en el
sistema de salud público”.
Calculó que hay día en los que pueden recibir
unas 20 llamadas diarias de colegas que piden apoyo, incluyendo aquellos a los
que no los aceptaron en servicios de salud porque la cobertura del seguro
médico no es suficiente. La póliza actual es de unos 350 dólares, según indicó
el IPP.
Pérez recordó que, además, este viernes 16 de
abril se cumplen tres quincenas desde que el Ejecutivo nacional decidió
ejecutar el pago de los trabajadores universitarios del país a través del
sistema patria, lo que se traduce en que “la universidad perdió la
gobernabilidad en la gestión de sus recursos”.
El seguimiento que ha realizado la Apucv del
proceso reveló que se han presentado varias irregularidades en cuanto a los
pagos, “estamos documentando muchos casos de gente que no está recibiendo lo
que deberían recibir, primas que no se están pagando, se están violando las
actas convenio”.
Por otro lado, el profesor señaló que se
cumple un año desde que las autoridades universitarias de la UCV han dejado de
enviar al IPP los recursos que les corresponden como contribución el patrono al
sistema de seguridad social de los trabajadores.
¡Proyecto piloto!
Ante estas carencias, desde el IPP-UCV y
junto a un grupo de profesores, ha surgido la idea de replicar algunos
elementos de las iniciativas conocidas como “bancos de alimentos”, para que la
institución pueda triangular ayudas a los agremiados que más la necesiten.
Para ello, explicaron García y Pérez, se
prevé que en las próximas semanas el Instituto realice una encuesta en línea
que permita caracterizar y mapear las condiciones en las que se encuentran los
docentes universitarios de la UCV.
En paralelo han comenzado gestiones con
algunas empresas privadas que se mostraron dispuestas a colaborar con la
iniciativa de crear y sostener una red de distribución de ayuda solidaria
https://dolartoday.com/profesores-universitarios-estan-literalmente-muriendose-de-hambre-por-lo-precario-de-sus-sueldos/
Amigo Juan Pueblo,
lo que voy a compartir es muy lamentable, pero tengo que hacerlo para que se
conozca la verdad de lo que viven los profesores universitarios en Venezuela. MariJó
Bendito publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Alarmante cifra de
profesores de la #ULA fallecidos entre años 20-21. Según datos del Vice
Académico, en el 2020 murieron al menos 40 profesores; y al 28 de este mes de
enero 5. #QEPD Lamentable noticia, en su mayoría muere por no tener con qué
adquirir medicamentos 🙏🏻😓 #SOS”.
¡Citas celebres…!
“La desobediencia es el verdadero fundamento
de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos" (Henry David Thoreau).
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