De la revolución al desastre en Venezuela (6)
¿Venezuela rumbo a
la cubanización? (1)
¡Les contare una
historia (44)!
¡Venezuela hoy … dominada y sometida por
Cuba! Amigo Juan Pueblo,
quiero compartir contigo un extracto de un artículo de opinión de la politóloga
Grace Jaramillo, publicado el día domingo 20 de mayo de 2018, en el diario “El
Comercio” de Quito, bajo el título de: “Venezuela cubanizada”.
“Hoy, el día de unas elecciones
presidenciales decisivas para la consolidación en el poder de Nicolás Maduro,
quiero repetir las palabras de un amigo venezolano exilado: “nunca en la
historia un país más pequeño (Cuba) había dominado y sometido a un país más
rico y poderoso (Venezuela). Esta es nuestra triste historia”. La frase
lapidaria de este profesor universitario que no pertenece a ninguna élite
económica quedó rondando en mi cabeza. Y es que, mirando en retrospectiva, todo
parece indicar que el proceso de consolidación de una dictadura del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fue trazado hace rato. Por lo menos
desde aquél fatídico 12 de abril de 2012, cuando a un sector de la clase empresarial
venezolana se le ocurrió hacer un golpe de estado contra el entonces popular
presidente Hugo Chávez. Tal vez la idea de convertir a Venezuela en otra Cuba revolucionaria
estuvo mucho antes en su mente, pero no cabe duda que la
intentona golpista le dio los justificativos para imitar el experimento
socialista que Cuba había podido sostener incólume por tantas décadas”.
Amigo Juan Pueblo,
vamos con un tercer extracto del discurso verborreico del “Arañero de Sabaneta”
en la reunión de Jefes de Estado convocada por el presidente de Brasil Luiz
Inácio Lula Da Silva, en las Naciones Unidad, septiembre de 2004. La Revolución
Bolivariana y las Misiones Sociales: Poder para los Pobres. Aquí, nos hablaba “Del Desastre
a la Revolución”, dando a entender que la oligarquía de la cuarta
república era la responsable de todos los males que vivía Venezuela para ese
momento. Y, continuaba así:
“De ese modo, la Revolución Bolivariana
posibilitó que el pueblo alcanzara una conquista esencial, con lo cual se creó
el escenario idóneo para descifrar tres interrogantes claves: ¿Cuál debía ser
la nueva relación entre el Estado y su industria petrolera? ¿Cómo distribuir
los ingresos de la nueva PDVSA? ¿Qué hacer con la renta?
Todos estos logros y avances de la Revolución
Bolivariana, a partir de 1999, permitieron empezar a concretar el sueño
bolivariano de DAR PODER A LOS POBRES. Un concepto que lleva implícito, entre
otras cosas: la participación política popular en el control del Estado y la
toma de decisiones; la transformación de los poderes públicos a partir de la
Constitución Bolivariana; una distribución más justa de la renta petrolera y de
la tierra; la creación de una infraestructura económica, y la formulación de
políticas sociales revolucionarias que posibiliten el cambio hacia una sociedad
humanista, basada en el respeto pleno a los derechos de la ciudadanía: salud y
educación para todos, empleo digno, la tierra para el que la trabaja,
alimentación, deporte y cultura, y un verdadero protagonismo del pueblo en la
dinámica política nacional”.
¡Que suba el telón!
¡La seguridad de Venezuela, cada vez más
"cubanizada"! Venezuela, en problemas / Ante el descontento
social y la presencia de EE.UU. en Colombia. Por Leandro Uría <br/>
Enviado especial.
lanacion.com.ar, 1 de febrero de 2010.
La influencia del régimen crece en las fuerzas armadas y en la
vigilancia personal de
Chávez.
Sin embargo, Cuba y Venezuela se fusionan
cada vez más y las señales están por doquier, en momentos en que el presidente
Hugo Chávez se siente amenazado por la presencia de tropas norteamericanas en
Colombia y por el descontento a causa de la devaluación y los cortes de luz.
Esta tendencia es especialmente evidente en
el rubro militar. "Cuadros de mando del sector capital de las milicias nacionales
bolivarianas han viajado a Cuba a formarse. También hubo observadores
venezolanos en Cuba, interesados en el esquema de resistencia de todo el pueblo que
emplean los cubanos", dijo a La Nación la experta venezolana
en defensa Rocío San Miguel.
Las milicias bolivarianas fueron creadas por
Chávez en 2008 para preparar a la población para la defensa militar del país,
en caso de un conflicto bélico.
También existe la versión, nunca confirmada
oficialmente, de que el coronel Ramón Carrizales, que renunció hace unos pocos
días a los cargos de vicepresidente y ministro de Defensa venezolano, se fue
porque Chávez habría querido nombrar generales cubanos en las fuerzas armadas
venezolanas.
Se desconoce si los nombramientos
efectivamente se concretarán. Sin embargo, el ejército local sí puede hoy
incorporar a sus filas a suboficiales cubanos al ejército venezolano si ellos
se formaron en un instituto militar venezolano.
También habría molestado a Carrizales, que
fue reemplazado por el polémico Elías Jaua (ver aparte), el intento de Chávez
de privilegiar cada vez más a las milicias bolivarianas y de convertir a las
fuerzas armadas, que custodiarán las urnas en las elecciones legislativas de
septiembre próximo, en el brazo armado de la revolución, por medio de "una
politización exacerbada", según San Miguel.
"La «cubanización» de las fuerzas
venezolanas comienza con la introducción imitativa del lema «Patria, socialismo o
muerte». Detrás de esa frase, hay un contenido de amalgama ideológica y
de unificación con las fuerzas cubanas", dijo a La Nación Omar Noria,
profesor de las universidades Simón Bolívar y Central.
La "cubanización" se complementa
"con un pacto de no agresión y la posibilidad de trabajar juntos" con
el ELN y las FARC, agregó.
El especialista dijo que el Departamento de
Seguridad del Estado cubano (G2) ya controla la inteligencia en el país,
los registros notariales, el sistema de documentos e identificación y los
registros civiles, situación que provoca una irritación inédita entre los jefes
militares venezolanos, cuya posición económica mejoró mucho durante los 11 años
de Chávez.
Los servicios cubanos incluso supervisan la seguridad
de Chávez, según dijo Noria. Es vox pópuli que los espías cubanos, famosos por
haber salvado a Fidel Castro de incontables atentados, recomendaron al
presidente venezolano que durmiera en un lugar distinto cada noche, lo que
sería respetado a rajatabla por él.
A esta altura, la relación parece trascender
mucho el entendimiento inicial por el cual Caracas le envía unos 100.000
barriles de petróleo diarios a Cuba, a cambio de médicos o maestros cubanos
para que trabajen en barrios pobres. Según cálculos extraoficiales, los cubanos
en Venezuela ya son 60.000. Y no sólo se los ve en la periferia, sino también
en el hotel del ALBA o en el Arauco Milton.
Mientras tanto, Chávez, que, según muchos, se
viste cada vez más de verde oliva, como Castro, se mostró ayer en su programa
Aló Presidente con Joaquín García Salabarría, viceministro de Salud de Cuba.
Pero no sólo la salud, la educación, o el
ejército son campos de "cubanización": los venezolanos se
quejan cada vez más de que las regulaciones sobre la herencia podrían seguir el
mismo camino que en Cuba o que en la desaparecida URSS...
Quizá no haya un ejemplo más elocuente de la
"cubanización" de Venezuela que la crisis energética. Quien
vaya de noche por la avenida Urdaneta, que pasa justo enfrente del Palacio de
Miraflores, la casa de gobierno, y mire a lo lejos los grandes edificios a
oscuras podría pensar que, en realidad, ve imágenes superpuestas de Caracas y
La Habana.
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-seguridad-de-venezuela-cada-vez-mas-cubanizada-nid1228110/
¡Cubanizar Venezuela!
Por Francisco Dorta Luque (Opinión),
lainformacion.com.do, 12/04/2010.
Desde tiempo atrás "cubanizar a Venezuela"
era un clamor a voces que criticaba a Chávez por la contratación de expertos
"cubanos"
para regentear sectores del Gobierno venezolano.
Pero el grito subió al cuello cuando Chávez
nombró a un comandante cubano, Ramiro Valdez, al frente de una comisión técnica
que debe resolver el problema de los apagones debido a causas eléctricas. Hasta
ahora no ha resuelto nada.
Pero el término "cubanizar"
se toma ahora en sentido irónico. Es decir, que Chávez con su socialismo a la
criolla y la mayor dependencia del petróleo y destrucción de la empresa
privada, hunde, cada día más, la economía venezolana, de acuerdo a un reporte
de 18 expertos que publica El Universal de Caracas, el pasado sábado día 03 de
abril, con la firma de Víctor Salmeron. Mientras las economías de los países de
América Latina se sacuden de la crisis financiera mundial, Venezuela se embarca
en recesión mayor y alta inflación.
"En el cuarto trimestre de 2009, informa
el análisis, la economía colombiana creció 2,5%, Perú 2,4%, Argentina 2,6%,
Brazil 4,3%, Ecuador 0,3% y Urugüay 4,5%.
En el mismo lapso, continúa Venezuela, que se
desplomó 5,8%, más bajo incluso que México que declinó 2,3% justificable por su
alta dependencia en sus exportaciones a USA.
El análisis mencionado es cauteloso al
indicar que el descenso económico venezolano no se debió sólo a la caída de los
precios del petróleo en el primer trimestre de 2009 porque los precios actuales
del petróleo han ascendido vigorosamente y, en cambio, la economía venezolana
se hunde cada vez más.
El intento de Chávez de dar un giro hacia un socialismo,
que, a todas luces, es inconstitucional y referente a categorías del
marxismo-leninismo del siglo pasado, hoy en desuso, es la causa del desplome
económico inevitable. Además, de la improvisación, la política sistemática de
reducción, expropiación o destrucción del aparato productivo privado agudiza,
el deterioro económico.
En cuanto a la inflación, Venezuela acumula
ya en los dos primeros meses de este año, una inflación de 3.3%, mientras que
la inflación acumula un salto de 2,2% en Argentina, de 1,54% en Brazil, de
1,52% en Colombia, 1,76% en México y 0,8% en Chile.
The Economist indica que Venezuela es el
único país del mundo donde prevé contra acciones del PIB en 2010 y 2011.
Actualmente, ante este desastre persistente,
que se proyecta para el futuro, voceros venezolanos afirman que Chávez intenta
"cubanizar" la economía de Venezuela conduciéndola al
descalabro total como sucede lastimosamente en Cuba.
https://www.lainformacion.com.do/opinion/cubanizar-venezuela-502
¡Cuba y Venezuela, dos países unidos por
el socialismo!
Por Mauricio Vicent (Madrid), elpais.com, 6
marzo 2013.
El petróleo y los médicos, clave en las relaciones bilaterales entre
el gobierno de Raúl Castro y los herederos del chavismo.
Sobre aquella amistad, cimentada en la misma
vocación latinoamericanista y bolivariana y en menor medida en los principios
del socialismo ortodoxo, ambos líderes trabaron una relación profunda que
rápidamente fue espesándose en lo económico y en lo social — ni hablar de lo
político — hasta trenzar los destinos de ambos países con hilo de oro.
Los datos económicos son brutales, hablan por
sí solos: de unas decenas de millones de dólares antes de Chávez, los
intercambios comerciales bilaterales pasaron a más de 6.000 millones de dólares
el año pasado, a lo que se debe sumar el suministro de 105.000 barriles de
petróleo diarios a precios preferenciales y las millonarias
inversiones de Venezuela en múltiples proyectos, el más importante de ellos la
modernización y ampliación de la refinería de petróleo de Cienfuegos, con un
presupuesto estimado de 1.400 millones de dólares.
Según el economista Carmelo Mesa-Lago, si a
ello se suma lo que Cuba recibe por concepto del trabajo de los cerca de 40.000
médicos, profesionales de la salud y colaboradores que apoyan diferentes
proyectos sociales en Venezuela, estaríamos hablando de que en 2010 Venezuela
representó entre el 20 % y el 22 % del PIB cubano.
El petróleo venezolano es clave para la Cuba de Raúl Castro, pues satisface más
del 60 % de la demanda de la isla. En las actuales condiciones del mercado, una
desestabilización en Venezuela sería desastrosa para el gobierno cubano pues
sería imposible sustituir las condiciones y precios del crudo que ahora le
garantiza Caracas — Cuba recibe el barril de petróleo a precios subsidiados y
debe abonar el 50 % del crudo en 90 días y el 50 % restante en 25 años, con dos
años de gracia y una tasa de interés del 1 %. El financiamiento aumenta según
sube el precio del crudo.
Tres exposiciones, y las tres no tienen
desperdicios, pero ahora quiero comentarte y compartir contigo amigo Juan Pueblo, de varias citas: la primera de J. Milei
que dice: “Cuando el socialismo se aplicó … fue un fracaso en lo económico, en
lo social y en lo cultural, y además se cargó la vida de 150 millones de seres
humanos, con lo cual, lo que diga un socialista o un izquierdista de mierda me
lo paso por el culo”. La segunda de Lanata Forever (01/02/2020), que dice:
¡Peronismo, Castrismo, Chavismo! Peligroso virus, que causa pobreza extrema te
destroza todo lo que está a su alrededor, ataca a todos los estratos sociales,
es más maligno que todos los conocidos, destruye comunidades enteras y no tiene
cura.
“La región está ahora mismo sufriendo el
haber tolerado 60 años de Castrismo”. Siempre lo hemos dicho, mientras exista
la organización criminal comunista de Cuba, las democracias de la región serán
su objetivo. Hay que poner cada vez más esfuerzo para arrancar el problema de
raíz. Y, la tercera de Jesús Casique, que dice: “Venezuela y Cuba: una misma
ideología, una misma revolución, una misma demagogia, un mismo dogmatismo, un
mismo populismo, una misma incompetencia, un mismo FRACASO”.
¡Las dificultades de EE.UU. con una
Venezuela “cubanizada”!
Por: John Paul Rathbone (LONDRES)/ Financial
Times.
Elespectador.com, 14 junio 2014.
El embargo generó 50 años de debate sobre qué
era preferible, el aislamiento o la confrontación, pero no motivó un cambio en
La Habana. Entonces, ¿qué se debería hacer con una nación que está violando
los derechos humanos?
Puede ser por los años de mutuo desinterés
que América Latina rara vez es una prioridad en la política exterior de Estados
Unidos. Siempre parece haber problemas más urgentes en otras latitudes. Ahora,
sin embargo, hay que lidiar con el dolor de cabeza de Venezuela. Más de 40
personas han muerto en protestas callejeras este año. Las conversaciones de paz
entre la oposición y un gobierno acusado de violaciones de derechos humanos se
han paralizado. Entretanto, los venezolanos padecen una inflación fuera de
control, escasez de bienes y niveles de criminalidad que hacen de Caracas una
de las ciudades más letales del mundo.
Para los Estados Unidos, Venezuela supone el
problema existencial de cómo responder a cualquier crisis que no tiene
soluciones fáciles e implica un alto riesgo (Venezuela es el cuarto país que
más petróleo envía a Estados Unidos). En ese sentido, Venezuela es una réplica
de los problemas que tiene la política exterior estadounidense en otras partes;
sólo que aquí
hay un giro doméstico: el país se ha “cubanizado”.
Dos leyes que están en el Congreso de EE.UU.
buscan congelar los activos y prohibirles el acceso a visas a funcionarios
venezolanos culpables de violaciones de derechos humanos. Ambas leyes también
son apoyadas por importantes parlamentarios cubano-americanos, que consideran a
Venezuela como la nueva Cuba y apoyan con firmeza el largo embargo comercial de
Washington contra La Habana.
Hay una lógica detrás de esta opinión. Cada año Venezuela
envía miles de barriles de petróleo subsidiado a Cuba. El país comunista, a su
vez, envía doctores y asesores de inteligencia bien entrenados hacia la Caracas
socialista. Si se castiga a Venezuela, se afecta a Cuba, su
aliado más cercano.
Sin embargo, las leyes también cumplen otro
propósito. El generar conciencia en torno al controversial papel que Cuba juega
en Venezuela le hace contrapeso a un lobby interno que quiere abrir la política
exterior de EE.UU. hacia Cuba, un país que, como dijo el exsecretario de Estado
Cyrus Vance, “no
logramos poner en la perspectiva adecuada”.
Más de 40 pesos pesados de la política
exterior, entre ellos John Negroponte, el exdirector nacional de inteligencia
bajo George W. Bush, le escribieron al presidente Barack Obama, urgiendo que
profundizara el contacto de Estados Unidos con la sociedad cubana, para así
fomentar un cambio en la isla. Incluso el candidato más opcionado para llegar a
la gobernación de la Florida, Charlie Crist, ha dicho que quiere acabar con el
embargo. Afirmar esto era algo políticamente impensable hace 10 años. No
obstante, también es cierto que la política en la Florida ha cambiado desde que
los cubano-americanos hacen casi 500.000 viajes al año a la isla y pueden
generar lazos con mayor facilidad.
El levantar el tabú que había en torno a
cuestionar el embargo ha generado una reacción inmediata por parte de quienes
lo apoyan. De ahí, en parte, que exista la ley de sanciones contra Venezuela. Aunque
es poco probable que el embargo cambie mientras el contratista de Usaid, Alan
Gross, permanezca en una prisión de La Habana, y su eliminación absoluta
requiera de una ley del Congreso, el peso de la prueba parece estar
trasladándose hacia la orilla contraria.
En ese sentido, el debate sobre Cuba es
similar al de la legalización de las drogas, que es otra enorme preocupación.
Este tema ya no se presenta en términos de “a favor y en contra” o “blanco
contra negro”. Asimismo, hay argumentos igual de matizados sobre lo que
deberían hacer los Estados Unidos con respecto a Venezuela. Sí, publicitar la
corrupción que hay en Venezuela. Sí, también fomentar que sus aliados en
América Latina dejen de guardar silencio sobre abusos que no tolerarían en sus
propios países.
¿Pero sanciones? Nadie está presentando un caso
serio a favor de un embargo comercial al estilo cubano. Incluso las sanciones
parciales podrían darle un grito de guerra antiimperialista a Caracas, sin
hacer mella en sus funcionarios. Por eso es que la mayoría de la oposición venezolana
es tibia. Es más, una acción unilateral de este tipo aislaría más
a Estados Unidos en la región. Sea como fuere, la administración Obama se opone
a las leyes que buscan imponer sanciones.
Algunos venezolanos y cubano-americanos
pueden no estar de acuerdo. Esa opinión quizás les ayude a sobrellevar sus
frustraciones, pero también olvida una lección central de la historia del
exilio cubano. El
embargo generó 50 años de debate sobre qué era preferible, el aislamiento o la
confrontación, pero no motivó un cambio en La Habana. Así que se
puede discutir a favor del castigo y de las sanciones por parte de EE.UU. pero
también hay que considerar el prospecto de quedar exiliados para siempre, al
estilo cubano.
https://www.elespectador.com/noticias/economia/las-dificultades-de-eeuu-con-una-venezuela-cubanizada/
¡Venezuela da otro paso más hacia la “cubanización”
de su economía! Por Alfredo Meza, elpais.com, 26 abril 2015.
El Gobierno de Nicolás Maduro regula la venta
de medicamentos para enfermedades crónicas en el país sudamericano.
Mientras Cuba comienza a dar muestras concretas de avanzar hacia un
sistema menos restrictivo en lo político y económico, Venezuela hereda la huella del castrismo y
replica su modelo.
El gobierno de Caracas implementará en los próximos días el Sistema Integrado
de Acceso a los Medicamentos (Siamed), con el objetivo de regular la
venta de las medicinas recetadas para las enfermedades crónicas.
El ministro de Salud, Henry Ventura, ha
justificado la medida con el argumento del alto consumo per cápita de
medicamentos y por la dificultad de conseguirlos. “Eso hay que cambiarlo”, aseguró
el viernes a través de su cuenta de Twitter. Los pacientes deberán inscribirse
en la farmacia de su preferencia con el documento expedido por su médico
tratante. El gobierno asegura que el Siamed notificará mediante un mensaje de
texto la llegada del medicamento a la farmacia para que entonces puedan
adquirirlo.
La prolongada escasez, la marca de fábrica del régimen de Nicolás Maduro, ha
provocado un cambio de comportamiento de los consumidores. Muchos venezolanos
están haciendo negocios revendiendo los artículos subsidiados por el Gobierno a
precios que al menos duplican lo que invirtieron. Otros, con mayor poder
adquisitivo, están acaparando medicinas y artículos de primera necesidad para
evitar salir en procesión a buscarlos por todas las ciudades venezolanas.
La firma venezolana Ecoanalítica calcula que el
Gobierno adeuda
unos 23.500 millones de dólares a la empresa privada (se
incluyen no solo divisas para importaciones, sino dividendos, renta y servicios
que fueron aprobados, pero no cancelados). Esta cantidad supera con creces el
nivel de las reservas internacionales, que este viernes bajó a 19.339 millones
de dólares, el marcador más bajo desde octubre de 2003. La prensa local se ha
hecho eco del reclamo de los representantes de las compañías productoras de
bienes, quienes claman por un mecanismo más expedito para poder adquirir los
dólares necesarios para trabajar. Pero el Gobierno no tiene dinero para pagarles.
Debido a la caída del precio del petróleo los ingresos del Estado, que siempre
ha fracasado tratando de diversificar su economía, han caído hasta 50%.
En Venezuela rige un estricto control cambiario desde
2003. Si en un principio la medida buscaba evitar la fuga de capitales, hoy los
altos cargos del Gobierno justifican su existencia con razones políticas.
https://elpais.com/internacional/2015/04/26/actualidad/1430072447_853681.html
¡Cuba, Venezuela y el socialismo derrotado!
Por Jorge Hernández Fonseca (Opinión), radiotelevisionmarti.com, marzo 11,
2019.
Se respira en Latinoamérica un aire de
libertad, mezclado con un fuerte olor de derrota del socialismo en sus dos
manifestaciones más nocivas para Nuestra América: el socialismo del Siglo XXI de Hugo
Chávez y el socialismo castrista del Siglo XX.
Sucesivas victorias de la derecha en Argentina, Chile, Perú, Colombia, Ecuador
y Brasil, constituyen el telón de fondo de la debacle en Venezuela, la casi
rendición de Nicaragua y el desastre socio-económico cubano.
Es sabido que el castrismo ha sido el origen de la fracasada ofensiva socializante, la que en un
momento dado consiguió asentarse en los gobiernos de numerosas naciones
latinoamericanas, con diversos grados de sumisión al castrismo, apoyado siempre
en el dinero chavista. Hoy queda muy poco de esa época, derrotada en cada país
por la propia ineficiencia socialista en unos casos, la corrupción rampante en
otro y el matrerismo político izquierdista en los restantes.
La inminente caída de Maduro en Venezuela,
las consecuencias políticas y económicas que ese derrumbe tendrán en Cuba
--acelerando el ya deteriorado panorama interno en la isla-- aunado a la
derrota ideológica mental de los nuevos dirigentes cubanos --como Díaz-Canel--
junto a la presión de la administración actual de EUA, son el marco apropiado
para un viraje definitivo en la política interna cubana, que ya no podrá
continuar como hasta hoy con los caprichos de Raúl, la herencia de su hermano
Fidel, o el mandato del partido comunista.
La posición de derrota virtual del
chavismo-madurismo en Venezuela tiene muchos componentes asociados a la lucha
de los demócratas venezolanos dentro del país, organizados en torno al
Parlamento opositor democráticamente electo, que ha permitido un apoyo
internacional, liderado por Estados Unidos. Dentro de Cuba no hay nada
parecido; no sólo carecemos de Parlamento electo, ni siquiera hay una voz
opositora única a la cual respaldar.
No hay dudas que la coalición encabezada por
EUA que hoy rechaza a Maduro, potencialmente también rechace a Díaz-Canel.
Además, es conocido que el ejército cubano ha sufrido fuerte deterioro en su
parque de armas, por lo cual no representa un peligro militar para EUA. Sin
embargo, los norteamericanos valoran esta fuerza para controlar a traficantes
de drogas y para no permitir una grave desestabilización social al interior de
la isla, que les haga temer una estampida balsera hacia la Florida, miedo
permanente de la administración de EUA. Todo eso aunado a que en el caso Cuba, EUA tendrá una
influencia mayor en las decisiones internas con vistas a una transición a la
democracia, es difícil predecir qué papel jugará la oposición política cubana
en un potencial colapso del castrismo, aspecto sin embargo muy claro en Venezuela.
https://www.radiotelevisionmarti.com/a/cuba-venezuela-y-el-socialismo-derrotado/231722.html
Amigo Juan Pueblo,
alguien escribió esto y me pareció interesante compartirlo contigo: “Mientras
el venezolano no reconozca su pasividad, apatía, falta de compromiso y
determinación, miedo, cobardía e ignorancia ante la situación que vivimos hace
22 años, siempre buscaremos a alguien para echarle la culpa. ¿Son los
venezolanos de hoy, unos cobardes?”. Quiero también compartir la cita que
publicara en su cuenta de Twitter Alvaro Sánchez, que dice: “Hace 21 años, en
diciembre de 1999, jóvenes venezolanos votaban por una nueva Constitución de
tinte socialista y festejaban su triunfo en Venezuela. Hoy sus hijos piden
caridad en los semáforos de América Latina. ¡Para pensar!”. Para cerrar está
entrada amigo Juan Pueblo, una reflexión de
Alexander Solzhenitsyn, que dice: “Los seres humanos nacen con distintas
capacidades. Si son libres, no son iguales. Si son iguales, no son libres”.
¡Que baje el telón!
This story will continue.
¡Cuba/Venezuela: lo que no debemos
olvidar!
Por Haroldo Dilla (Opinión), Nueva Sociedad,
nuro.org, febrero 2019.
El acercamiento de Cuba y Venezuela pareció
reconciliar pasado y futuro. El socialismo del siglo XXI venía al rescate del del XX
para, además, mejorarlo. Pero no fue así y hoy, a veinte años de la
Revolución bolivariana, Venezuela se encuentra en una crisis de su modelo de
populismo petrolero crecientemente autoritario. Y Cuba transita su propia forma
de restauración capitalista. Pero Cuba y Venezuela comparten también una certeza: no
hay paraísos adonde regresar. Ni la Cuba pre-59 ni la
Venezuela pre-Chávez eran la panacea que hoy algunos creen.
Si queremos, como pretende este artículo,
mirar a Venezuela desde Cuba, y junto a Cuba, hay que retroceder hasta
diciembre de 1994, cuando Hugo Chávez, recién liberado de la prisión a la que
fue condenado por su conato golpista, llegó a La Habana y fue recibido por
Fidel Castro con un ritual a la altura de una promesa heroica. Chávez, quien no
rebasaba los 40 años, hizo un discurso antimperialista encendido que anunciaba
al caudillo de masas en ciernes, pero aún arrastraba la verticalidad adusta de
los cuarteles. Su visita a Cuba, dijo, estaba dirigida a la formación de «un proyecto
revolucionario latinoamericano mutuamente alimentado», lo
que se conseguiría cuando él accediera al poder por la vía electoral para abrir
otro período republicano que dejara atrás las muchas frustraciones acumuladas.
Por supuesto que esto no era el comienzo de
las relaciones entre ambas sociedades. Desde que los comerciantes de La Guaira
comenzaron a rellenar sus botes en La Habana en el siglo XVI, Venezuela y Cuba
han estado compartiendo economía, cultura y política, en una relación agitada
de encuentros y desencuentros. Pero a partir de ese momento, y sobre todo de
1998 cuando Chávez logró una holgada victoria electoral sobre los escombros de
la república montada sobre el pacto de Punto Fijo, Cuba se hizo imprescindible
en el análisis del paisaje venezolano. En ocasiones para denostar sus asesores
militares y de seguridad o para ensalzar sus profesionales de la salud.
Para los cubanos comunes, Venezuela dejó de
ser buena música salsa, para devenir una suerte de reverdecimiento
revolucionario en momentos en que la revolución propia había perdido todo sex
appeal y en que la persistente mediocridad económica demandaba a gritos otro
apoyo financiero solvente. La relación fue tan cercana que algunos líderes
chavistas -convirtiendo, como decía Umberto Eco, el exceso de virtud en
desenfreno del pecado- hablaron de una federación política que los dirigentes
cubanos se ocuparon de desechar, como recordando precavidamente que una cosa
era andar juntos y otra pernoctar revueltos.
Es por estas razones que, para hablar de Cuba, hay que hablar de Venezuela y viceversa. No hacerlo es una
omisión imperdonable. Pero hacerlo sencillamente puede conducir a ilusiones,
usuales en el escenario cubano, sobre todo si el tema cae en el campo de las
pasiones políticas. Cuando, desde Cuba, se homologan las experiencias de ambas
sociedades, se tiende a ver a Venezuela a veces como pasado, y otras veces como
futuro. En el primer sentido, dirían los partidarios de la teleología
castrista, Venezuela atraviesa ahora un momento de clivaje y ruptura conducente
a la consolidación de un régimen político revolucionario, tal y como Cuba lo
vivió en los lejanos años 60. En el segundo sentido, dirían los siempre
inflamados opositores, Venezuela muestra un camino de insurgencia cívica que
Cuba no tardará en remontar para conseguir la restauración de un orden
democrático-liberal.
El chavismo, en cambio, no fue una revolución
–no cambió la estructura de propiedad y poderes sociales, ni destruyó al viejo
sistema político– sino una briosa (y estridente) experiencia populista de
izquierda llamada a convivir con la burguesía y la propiedad privada
capitalista. Y cuando afectó a unos u otros con medidas radicales, ello fue más
el resultado de fugas hacia adelante que de planeamientos para el futuro.
Pero, saltando las coyunturas, lo que puede
resultar verdaderamente importante es que ambas sociedades y sus elites
emergentes entiendan que no hay paraísos a donde regresar. Cuba no era –como
imaginan los emigrados cuando desempolvan fotos amarillas– un lugar a envidiar
por su pulcritud, desarrollo y libertad. Cuba era una república siempre
frustrada, con niveles angustiantes de corrupción, desigualdad y exclusión
sociales y una permanente injerencia estadounidense. Tampoco Venezuela lo era,
cuando a pesar de su riqueza petrolera y de la opulencia de su clase media,
convivía con niveles altos de pobreza y desigualdad, una corrupción alarmante y
una erosión política que se expresó con fuerzas en los años 90.
Las masas populares que apoyaron a la
revolución cubana en 1959 y al desafío chavista en 1998 no eran sujetos
desorientados y carentes de discernimiento. Eran personas, eso sí, que buscaban la esperanza
–como anotaba Bertolt Brecht– en callejones sin salida. Y lo hicieron
rompiendo lo que fuese necesario para acceder a la dignidad. Ello podría seguir
sucediendo si no entendiéramos que, como anotaba Ernesto Laclau, el capitalismo
neoliberal puede ser un enemigo peor de la democracia que el populismo.
https://nuso.org/articulo/cuba-venezuela-lo-Castro-Chavez-Maduro/
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