De la revolución al desastre en Venezuela (6)


 

¿Venezuela rumbo a la cubanización? (1)
Venecuba o Cubazuela, ¿Cuál te gusta más?
¡Les contare una historia (44)!

¡Venezuela hoy … dominada y sometida por Cuba! Amigo Juan Pueblo, quiero compartir contigo un extracto de un artículo de opinión de la politóloga Grace Jaramillo, publicado el día domingo 20 de mayo de 2018, en el diario “El Comercio” de Quito, bajo el título de: “Venezuela cubanizada”.
“Hoy, el día de unas elecciones presidenciales decisivas para la consolidación en el poder de Nicolás Maduro, quiero repetir las palabras de un amigo venezolano exilado: “nunca en la historia un país más pequeño (Cuba) había dominado y sometido a un país más rico y poderoso (Venezuela). Esta es nuestra triste historia”. La frase lapidaria de este profesor universitario que no pertenece a ninguna élite económica quedó rondando en mi cabeza. Y es que, mirando en retrospectiva, todo parece indicar que el proceso de consolidación de una dictadura del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fue trazado hace rato. Por lo menos desde aquél fatídico 12 de abril de 2012, cuando a un sector de la clase empresarial venezolana se le ocurrió hacer un golpe de estado contra el entonces popular presidente Hugo Chávez. Tal vez la idea de convertir a Venezuela en otra Cuba revolucionaria estuvo mucho antes en su mente, pero no cabe duda que la intentona golpista le dio los justificativos para imitar el experimento socialista que Cuba había podido sostener incólume por tantas décadas”.
Amigo Juan Pueblo, vamos con un tercer extracto del discurso verborreico del “Arañero de Sabaneta” en la reunión de Jefes de Estado convocada por el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva, en las Naciones Unidad, septiembre de 2004. La Revolución Bolivariana y las Misiones Sociales: Poder para los Pobres. Aquí, nos hablaba “Del Desastre a la Revolución”, dando a entender que la oligarquía de la cuarta república era la responsable de todos los males que vivía Venezuela para ese momento. Y, continuaba así:
“De ese modo, la Revolución Bolivariana posibilitó que el pueblo alcanzara una conquista esencial, con lo cual se creó el escenario idóneo para descifrar tres interrogantes claves: ¿Cuál debía ser la nueva relación entre el Estado y su industria petrolera? ¿Cómo distribuir los ingresos de la nueva PDVSA? ¿Qué hacer con la renta?
Todos estos logros y avances de la Revolución Bolivariana, a partir de 1999, permitieron empezar a concretar el sueño bolivariano de DAR PODER A LOS POBRES. Un concepto que lleva implícito, entre otras cosas: la participación política popular en el control del Estado y la toma de decisiones; la transformación de los poderes públicos a partir de la Constitución Bolivariana; una distribución más justa de la renta petrolera y de la tierra; la creación de una infraestructura económica, y la formulación de políticas sociales revolucionarias que posibiliten el cambio hacia una sociedad humanista, basada en el respeto pleno a los derechos de la ciudadanía: salud y educación para todos, empleo digno, la tierra para el que la trabaja, alimentación, deporte y cultura, y un verdadero protagonismo del pueblo en la dinámica política nacional”.
¡Que suba el telón!
¡La seguridad de Venezuela, cada vez más "cubanizada"! Venezuela, en problemas / Ante el descontento social y la presencia de EE.UU. en Colombia. Por Leandro Uría <br/> Enviado especial.
lanacion.com.ar, 1 de febrero de 2010.
La influencia del régimen crece en las fuerzas armadas y en la vigilancia personal de Chávez.
CARACAS. – "Bienvenidos a Cuba." El grafiti, pintado en una de las paredes del coqueto Paseo Las Mercedes, no puede parecer más extemporáneo. De hecho, es tapado por momentos por gigantes camionetas 4x4 y otros autos de gran porte que transitan raudamente por el paseo gracias a la nafta subsidiada por el gobierno venezolano.
Sin embargo, Cuba y Venezuela se fusionan cada vez más y las señales están por doquier, en momentos en que el presidente Hugo Chávez se siente amenazado por la presencia de tropas norteamericanas en Colombia y por el descontento a causa de la devaluación y los cortes de luz.
Esta tendencia es especialmente evidente en el rubro militar. "Cuadros de mando del sector capital de las milicias nacionales bolivarianas han viajado a Cuba a formarse. También hubo observadores venezolanos en Cuba, interesados en el esquema de resistencia de todo el pueblo que emplean los cubanos", dijo a La Nación la experta venezolana en defensa Rocío San Miguel.
Las milicias bolivarianas fueron creadas por Chávez en 2008 para preparar a la población para la defensa militar del país, en caso de un conflicto bélico.
También existe la versión, nunca confirmada oficialmente, de que el coronel Ramón Carrizales, que renunció hace unos pocos días a los cargos de vicepresidente y ministro de Defensa venezolano, se fue porque Chávez habría querido nombrar generales cubanos en las fuerzas armadas venezolanas.
Se desconoce si los nombramientos efectivamente se concretarán. Sin embargo, el ejército local sí puede hoy incorporar a sus filas a suboficiales cubanos al ejército venezolano si ellos se formaron en un instituto militar venezolano.
También habría molestado a Carrizales, que fue reemplazado por el polémico Elías Jaua (ver aparte), el intento de Chávez de privilegiar cada vez más a las milicias bolivarianas y de convertir a las fuerzas armadas, que custodiarán las urnas en las elecciones legislativas de septiembre próximo, en el brazo armado de la revolución, por medio de "una politización exacerbada", según San Miguel.
"La «cubanización» de las fuerzas venezolanas comienza con la introducción imitativa del lema «Patria, socialismo o muerte». Detrás de esa frase, hay un contenido de amalgama ideológica y de unificación con las fuerzas cubanas", dijo a La Nación Omar Noria, profesor de las universidades Simón Bolívar y Central.
La "cubanización" se complementa "con un pacto de no agresión y la posibilidad de trabajar juntos" con el ELN y las FARC, agregó.
El especialista dijo que el Departamento de Seguridad del Estado cubano (G2) ya controla la inteligencia en el país, los registros notariales, el sistema de documentos e identificación y los registros civiles, situación que provoca una irritación inédita entre los jefes militares venezolanos, cuya posición económica mejoró mucho durante los 11 años de Chávez.
Los servicios cubanos incluso supervisan la seguridad de Chávez, según dijo Noria. Es vox pópuli que los espías cubanos, famosos por haber salvado a Fidel Castro de incontables atentados, recomendaron al presidente venezolano que durmiera en un lugar distinto cada noche, lo que sería respetado a rajatabla por él.
A esta altura, la relación parece trascender mucho el entendimiento inicial por el cual Caracas le envía unos 100.000 barriles de petróleo diarios a Cuba, a cambio de médicos o maestros cubanos para que trabajen en barrios pobres. Según cálculos extraoficiales, los cubanos en Venezuela ya son 60.000. Y no sólo se los ve en la periferia, sino también en el hotel del ALBA o en el Arauco Milton.
Mientras tanto, Chávez, que, según muchos, se viste cada vez más de verde oliva, como Castro, se mostró ayer en su programa Aló Presidente con Joaquín García Salabarría, viceministro de Salud de Cuba.
Pero no sólo la salud, la educación, o el ejército son campos de "cubanización": los venezolanos se quejan cada vez más de que las regulaciones sobre la herencia podrían seguir el mismo camino que en Cuba o que en la desaparecida URSS...
Quizá no haya un ejemplo más elocuente de la "cubanización" de Venezuela que la crisis energética. Quien vaya de noche por la avenida Urdaneta, que pasa justo enfrente del Palacio de Miraflores, la casa de gobierno, y mire a lo lejos los grandes edificios a oscuras podría pensar que, en realidad, ve imágenes superpuestas de Caracas y La Habana.
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-seguridad-de-venezuela-cada-vez-mas-cubanizada-nid1228110/
¡Cubanizar Venezuela!
Por Francisco Dorta Luque (Opinión), lainformacion.com.do, 12/04/2010.
Desde tiempo atrás "cubanizar a Venezuela" era un clamor a voces que criticaba a Chávez por la contratación de expertos "cubanos" para regentear sectores del Gobierno venezolano.      
Pero el grito subió al cuello cuando Chávez nombró a un comandante cubano, Ramiro Valdez, al frente de una comisión técnica que debe resolver el problema de los apagones debido a causas eléctricas. Hasta ahora no ha resuelto nada.
Pero el término "cubanizar" se toma ahora en sentido irónico. Es decir, que Chávez con su socialismo a la criolla y la mayor dependencia del petróleo y destrucción de la empresa privada, hunde, cada día más, la economía venezolana, de acuerdo a un reporte de 18 expertos que publica El Universal de Caracas, el pasado sábado día 03 de abril, con la firma de Víctor Salmeron. Mientras las economías de los países de América Latina se sacuden de la crisis financiera mundial, Venezuela se embarca en recesión mayor y alta inflación.
"En el cuarto trimestre de 2009, informa el análisis, la economía colombiana creció 2,5%, Perú 2,4%, Argentina 2,6%, Brazil 4,3%, Ecuador 0,3% y Urugüay 4,5%.
En el mismo lapso, continúa Venezuela, que se desplomó 5,8%, más bajo incluso que México que declinó 2,3% justificable por su alta dependencia en sus exportaciones a USA.
El análisis mencionado es cauteloso al indicar que el descenso económico venezolano no se debió sólo a la caída de los precios del petróleo en el primer trimestre de 2009 porque los precios actuales del petróleo han ascendido vigorosamente y, en cambio, la economía venezolana se hunde cada vez más.      
El intento de Chávez de dar un giro hacia un socialismo, que, a todas luces, es inconstitucional y referente a categorías del marxismo-leninismo del siglo pasado, hoy en desuso, es la causa del desplome económico inevitable. Además, de la improvisación, la política sistemática de reducción, expropiación o destrucción del aparato productivo privado agudiza, el deterioro económico.
En cuanto a la inflación, Venezuela acumula ya en los dos primeros meses de este año, una inflación de 3.3%, mientras que la inflación acumula un salto de 2,2% en Argentina, de 1,54% en Brazil, de 1,52% en Colombia, 1,76% en México y 0,8% en Chile.
The Economist indica que Venezuela es el único país del mundo donde prevé contra acciones del PIB en 2010 y 2011. 
Actualmente, ante este desastre persistente, que se proyecta para el futuro, voceros venezolanos afirman que Chávez intenta "cubanizar" la economía de Venezuela conduciéndola al descalabro total como sucede lastimosamente en Cuba.
https://www.lainformacion.com.do/opinion/cubanizar-venezuela-502
¡Cuba y Venezuela, dos países unidos por el socialismo!
Por Mauricio Vicent (Madrid), elpais.com, 6 marzo 2013.
El petróleo y los médicos, clave en las relaciones bilaterales entre el gobierno de Raúl Castro y los herederos del chavismo.
Todavía Hugo Chávez era un simple ex teniente coronel derrotado y recién salido de la cárcel, cuando ya Fidel Castro vio en él madera de líder bolivariano y un futuro aliado y se plantó en el aeropuerto de La Habana a recibirle, un 13 de diciembre de 1994, en el que sería el primero de los muchos viajes que realizaría después a Cuba el presidente venezolano. Eran los tiempos del Periodo Especial, Cuba había perdido el 35 % del PIB en tres años debido a la debacle socialista, pero ni Castro ni Chávez podían suponer entonces hasta qué punto ambos países y ambos “socialismos” llegarían a ser interdependientes y se necesitarían el uno al otro en el siglo XXI. El propio Chávez habló en alguna ocasión en un discurso de “dos banderas y una sola revolución”, idea que rápidamente fue traducida humorísticamente en las calles de La Habana como el anuncio de la próxima fundación de la “República de Cuzuela”.
Sobre aquella amistad, cimentada en la misma vocación latinoamericanista y bolivariana y en menor medida en los principios del socialismo ortodoxo, ambos líderes trabaron una relación profunda que rápidamente fue espesándose en lo económico y en lo social — ni hablar de lo político — hasta trenzar los destinos de ambos países con hilo de oro.
Los datos económicos son brutales, hablan por sí solos: de unas decenas de millones de dólares antes de Chávez, los intercambios comerciales bilaterales pasaron a más de 6.000 millones de dólares el año pasado, a lo que se debe sumar el suministro de 105.000 barriles de petróleo diarios a precios preferenciales y las millonarias inversiones de Venezuela en múltiples proyectos, el más importante de ellos la modernización y ampliación de la refinería de petróleo de Cienfuegos, con un presupuesto estimado de 1.400 millones de dólares.
Según el economista Carmelo Mesa-Lago, si a ello se suma lo que Cuba recibe por concepto del trabajo de los cerca de 40.000 médicos, profesionales de la salud y colaboradores que apoyan diferentes proyectos sociales en Venezuela, estaríamos hablando de que en 2010 Venezuela representó entre el 20 % y el 22 % del PIB cubano.
El petróleo venezolano es clave para la Cuba de Raúl Castro, pues satisface más del 60 % de la demanda de la isla. En las actuales condiciones del mercado, una desestabilización en Venezuela sería desastrosa para el gobierno cubano pues sería imposible sustituir las condiciones y precios del crudo que ahora le garantiza Caracas — Cuba recibe el barril de petróleo a precios subsidiados y debe abonar el 50 % del crudo en 90 días y el 50 % restante en 25 años, con dos años de gracia y una tasa de interés del 1 %. El financiamiento aumenta según sube el precio del crudo.
Pero si el petróleo es clave para Cuba, los médicos cubanos son también vitales para el chavismo y sus herederos. En estos momentos trabajan en Venezuela cerca de 32.000 médicos y más 176.000 venezolanos han sido atendidos en la isla de diversas enfermedades. Otras 676.000 personas han sido operadas en el país suramericano gracias a la colaboración con Cuba, y esta cooperación, sin duda, se traduce en las urnas en votos bolivarianos. Quizás, los destinos de ambas revoluciones están ahora más unidos que nunca.
https://elpais.com/internacional/2013/03/06/actualidad/1362532191_768229.html
Tres exposiciones, y las tres no tienen desperdicios, pero ahora quiero comentarte y compartir contigo amigo Juan Pueblo, de varias citas: la primera de J. Milei que dice: “Cuando el socialismo se aplicó … fue un fracaso en lo económico, en lo social y en lo cultural, y además se cargó la vida de 150 millones de seres humanos, con lo cual, lo que diga un socialista o un izquierdista de mierda me lo paso por el culo”. La segunda de Lanata Forever (01/02/2020), que dice: ¡Peronismo, Castrismo, Chavismo! Peligroso virus, que causa pobreza extrema te destroza todo lo que está a su alrededor, ataca a todos los estratos sociales, es más maligno que todos los conocidos, destruye comunidades enteras y no tiene cura.
“La región está ahora mismo sufriendo el haber tolerado 60 años de Castrismo”. Siempre lo hemos dicho, mientras exista la organización criminal comunista de Cuba, las democracias de la región serán su objetivo. Hay que poner cada vez más esfuerzo para arrancar el problema de raíz. Y, la tercera de Jesús Casique, que dice: “Venezuela y Cuba: una misma ideología, una misma revolución, una misma demagogia, un mismo dogmatismo, un mismo populismo, una misma incompetencia, un mismo FRACASO”.
¡Las dificultades de EE.UU. con una Venezuelacubanizada”!
Por: John Paul Rathbone (LONDRES)/ Financial Times.
Elespectador.com, 14 junio 2014.
El embargo generó 50 años de debate sobre qué era preferible, el aislamiento o la confrontación, pero no motivó un cambio en La Habana. Entonces, ¿qué se debería hacer con una nación que está violando los derechos humanos?
Puede ser por los años de mutuo desinterés que América Latina rara vez es una prioridad en la política exterior de Estados Unidos. Siempre parece haber problemas más urgentes en otras latitudes. Ahora, sin embargo, hay que lidiar con el dolor de cabeza de Venezuela. Más de 40 personas han muerto en protestas callejeras este año. Las conversaciones de paz entre la oposición y un gobierno acusado de violaciones de derechos humanos se han paralizado. Entretanto, los venezolanos padecen una inflación fuera de control, escasez de bienes y niveles de criminalidad que hacen de Caracas una de las ciudades más letales del mundo.
Para los Estados Unidos, Venezuela supone el problema existencial de cómo responder a cualquier crisis que no tiene soluciones fáciles e implica un alto riesgo (Venezuela es el cuarto país que más petróleo envía a Estados Unidos). En ese sentido, Venezuela es una réplica de los problemas que tiene la política exterior estadounidense en otras partes; sólo que aquí hay un giro doméstico: el país se ha cubanizado”.
Dos leyes que están en el Congreso de EE.UU. buscan congelar los activos y prohibirles el acceso a visas a funcionarios venezolanos culpables de violaciones de derechos humanos. Ambas leyes también son apoyadas por importantes parlamentarios cubano-americanos, que consideran a Venezuela como la nueva Cuba y apoyan con firmeza el largo embargo comercial de Washington contra La Habana.
Hay una lógica detrás de esta opinión. Cada año Venezuela envía miles de barriles de petróleo subsidiado a Cuba. El país comunista, a su vez, envía doctores y asesores de inteligencia bien entrenados hacia la Caracas socialista. Si se castiga a Venezuela, se afecta a Cuba, su aliado más cercano.
Sin embargo, las leyes también cumplen otro propósito. El generar conciencia en torno al controversial papel que Cuba juega en Venezuela le hace contrapeso a un lobby interno que quiere abrir la política exterior de EE.UU. hacia Cuba, un país que, como dijo el exsecretario de Estado Cyrus Vance, “no logramos poner en la perspectiva adecuada”.
Más de 40 pesos pesados de la política exterior, entre ellos John Negroponte, el exdirector nacional de inteligencia bajo George W. Bush, le escribieron al presidente Barack Obama, urgiendo que profundizara el contacto de Estados Unidos con la sociedad cubana, para así fomentar un cambio en la isla. Incluso el candidato más opcionado para llegar a la gobernación de la Florida, Charlie Crist, ha dicho que quiere acabar con el embargo. Afirmar esto era algo políticamente impensable hace 10 años. No obstante, también es cierto que la política en la Florida ha cambiado desde que los cubano-americanos hacen casi 500.000 viajes al año a la isla y pueden generar lazos con mayor facilidad.
El levantar el tabú que había en torno a cuestionar el embargo ha generado una reacción inmediata por parte de quienes lo apoyan. De ahí, en parte, que exista la ley de sanciones contra Venezuela. Aunque es poco probable que el embargo cambie mientras el contratista de Usaid, Alan Gross, permanezca en una prisión de La Habana, y su eliminación absoluta requiera de una ley del Congreso, el peso de la prueba parece estar trasladándose hacia la orilla contraria.
En ese sentido, el debate sobre Cuba es similar al de la legalización de las drogas, que es otra enorme preocupación. Este tema ya no se presenta en términos de “a favor y en contra” o “blanco contra negro”. Asimismo, hay argumentos igual de matizados sobre lo que deberían hacer los Estados Unidos con respecto a Venezuela. Sí, publicitar la corrupción que hay en Venezuela. Sí, también fomentar que sus aliados en América Latina dejen de guardar silencio sobre abusos que no tolerarían en sus propios países.
¿Pero sanciones? Nadie está presentando un caso serio a favor de un embargo comercial al estilo cubano. Incluso las sanciones parciales podrían darle un grito de guerra antiimperialista a Caracas, sin hacer mella en sus funcionarios. Por eso es que la mayoría de la oposición venezolana es tibia. Es más, una acción unilateral de este tipo aislaría más a Estados Unidos en la región. Sea como fuere, la administración Obama se opone a las leyes que buscan imponer sanciones.
Algunos venezolanos y cubano-americanos pueden no estar de acuerdo. Esa opinión quizás les ayude a sobrellevar sus frustraciones, pero también olvida una lección central de la historia del exilio cubano. El embargo generó 50 años de debate sobre qué era preferible, el aislamiento o la confrontación, pero no motivó un cambio en La Habana. Así que se puede discutir a favor del castigo y de las sanciones por parte de EE.UU. pero también hay que considerar el prospecto de quedar exiliados para siempre, al estilo cubano.
https://www.elespectador.com/noticias/economia/las-dificultades-de-eeuu-con-una-venezuela-cubanizada/
¡Venezuela da otro paso más hacia lacubanizaciónde su economía! Por Alfredo Meza, elpais.com, 26 abril 2015.
El Gobierno de Nicolás Maduro regula la venta de medicamentos para enfermedades crónicas en el país sudamericano.
Mientras Cuba comienza a dar muestras concretas de avanzar hacia un sistema menos restrictivo en lo político y económico, Venezuela hereda la huella del castrismo y replica su modelo. El gobierno de Caracas implementará en los próximos días el Sistema Integrado de Acceso a los Medicamentos (Siamed), con el objetivo de regular la venta de las medicinas recetadas para las enfermedades crónicas.
Esta decisión se suma a medidas similares implementadas para vender alimentos básicos en los supermercados públicos y privados, donde la mayoría de los clientes debe colocar su huella dactilar para comprar productos regulados en cantidades limitadas, o acudir determinados días de la semana a abastecerse de estos según el número final de su documento de identidad. Ha sido la manera de administrar la escasez y el desabastecimiento que caracteriza a la economía local, que tiene la inflación más alta del mundo.
El ministro de Salud, Henry Ventura, ha justificado la medida con el argumento del alto consumo per cápita de medicamentos y por la dificultad de conseguirlos. “Eso hay que cambiarlo”, aseguró el viernes a través de su cuenta de Twitter. Los pacientes deberán inscribirse en la farmacia de su preferencia con el documento expedido por su médico tratante. El gobierno asegura que el Siamed notificará mediante un mensaje de texto la llegada del medicamento a la farmacia para que entonces puedan adquirirlo.
La prolongada escasez, la marca de fábrica del régimen de Nicolás Maduro, ha provocado un cambio de comportamiento de los consumidores. Muchos venezolanos están haciendo negocios revendiendo los artículos subsidiados por el Gobierno a precios que al menos duplican lo que invirtieron. Otros, con mayor poder adquisitivo, están acaparando medicinas y artículos de primera necesidad para evitar salir en procesión a buscarlos por todas las ciudades venezolanas.
El anuncio tomó por sorpresa a los representantes de los laboratorios, las droguerías y las farmacias. Aún no se sabe cómo funcionará el sistema y desde ya se anticipa que su entrada en vigencia aumentará la escasez de medicamentos. Los clientes, mientras, no saben si podrán inscribirse en varias farmacias, o si solo podrán anotarse en una sola y esperar por la llegada de su medicina. Lo único claro para las fuentes del sector es que esa medida no resolverá el problema de fondo: la falta de insumos médicos no es un asunto de distribución, sino de manufactura. El gobierno debe a los laboratorios unos 4.000 millones de dólares, lo que impide que estos importen materia prima para fabricarlos.
La firma venezolana Ecoanalítica calcula que el Gobierno adeuda unos 23.500 millones de dólares a la empresa privada (se incluyen no solo divisas para importaciones, sino dividendos, renta y servicios que fueron aprobados, pero no cancelados). Esta cantidad supera con creces el nivel de las reservas internacionales, que este viernes bajó a 19.339 millones de dólares, el marcador más bajo desde octubre de 2003. La prensa local se ha hecho eco del reclamo de los representantes de las compañías productoras de bienes, quienes claman por un mecanismo más expedito para poder adquirir los dólares necesarios para trabajar. Pero el Gobierno no tiene dinero para pagarles. Debido a la caída del precio del petróleo los ingresos del Estado, que siempre ha fracasado tratando de diversificar su economía, han caído hasta 50%.
En Venezuela rige un estricto control cambiario desde 2003. Si en un principio la medida buscaba evitar la fuga de capitales, hoy los altos cargos del Gobierno justifican su existencia con razones políticas.
https://elpais.com/internacional/2015/04/26/actualidad/1430072447_853681.html
¡Cuba, Venezuela y el socialismo derrotado! Por Jorge Hernández Fonseca (Opinión), radiotelevisionmarti.com, marzo 11, 2019.
Se respira en Latinoamérica un aire de libertad, mezclado con un fuerte olor de derrota del socialismo en sus dos manifestaciones más nocivas para Nuestra América: el socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez y el socialismo castrista del Siglo XX. Sucesivas victorias de la derecha en Argentina, Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Brasil, constituyen el telón de fondo de la debacle en Venezuela, la casi rendición de Nicaragua y el desastre socio-económico cubano.
Es sabido que el castrismo ha sido el origen de la fracasada ofensiva socializante, la que en un momento dado consiguió asentarse en los gobiernos de numerosas naciones latinoamericanas, con diversos grados de sumisión al castrismo, apoyado siempre en el dinero chavista. Hoy queda muy poco de esa época, derrotada en cada país por la propia ineficiencia socialista en unos casos, la corrupción rampante en otro y el matrerismo político izquierdista en los restantes.
En la Cuba castrista queda sólo una caricatura, donde el rey está cada vez más desnudo. El sucesor de la dinastía de los hermanos Castro, Miguel Díaz-Canel, se manifiesta cada vez más como enterrador del cadáver socialista, que como sucesor efectivo. En reciente reunión con el sector estatal gastronómico, les pidió a los administradores estatales que “copiaran los métodos de los restaurantes privados”, admitiendo sumariamente el fracaso socialista del castrismo.
Me cuesta trabajo imaginar a un Fidel Castro pidiéndoles a los administradores del INIT de su época, que copiaran los métodos de los restaurantes privados, como forma de ser eficientes cumplidores de la economía socialista. La admisión de Díaz-Canel es reflejo del profundo convencimiento subliminar de que sólo la iniciativa privada es capaz de trabajar con eficiencia.
La inminente caída de Maduro en Venezuela, las consecuencias políticas y económicas que ese derrumbe tendrán en Cuba --acelerando el ya deteriorado panorama interno en la isla-- aunado a la derrota ideológica mental de los nuevos dirigentes cubanos --como Díaz-Canel-- junto a la presión de la administración actual de EUA, son el marco apropiado para un viraje definitivo en la política interna cubana, que ya no podrá continuar como hasta hoy con los caprichos de Raúl, la herencia de su hermano Fidel, o el mandato del partido comunista.
La posición de derrota virtual del chavismo-madurismo en Venezuela tiene muchos componentes asociados a la lucha de los demócratas venezolanos dentro del país, organizados en torno al Parlamento opositor democráticamente electo, que ha permitido un apoyo internacional, liderado por Estados Unidos. Dentro de Cuba no hay nada parecido; no sólo carecemos de Parlamento electo, ni siquiera hay una voz opositora única a la cual respaldar.
No hay dudas que la coalición encabezada por EUA que hoy rechaza a Maduro, potencialmente también rechace a Díaz-Canel. Además, es conocido que el ejército cubano ha sufrido fuerte deterioro en su parque de armas, por lo cual no representa un peligro militar para EUA. Sin embargo, los norteamericanos valoran esta fuerza para controlar a traficantes de drogas y para no permitir una grave desestabilización social al interior de la isla, que les haga temer una estampida balsera hacia la Florida, miedo permanente de la administración de EUA. Todo eso aunado a que en el caso Cuba, EUA tendrá una influencia mayor en las decisiones internas con vistas a una transición a la democracia, es difícil predecir qué papel jugará la oposición política cubana en un potencial colapso del castrismo, aspecto sin embargo muy claro en Venezuela.
https://www.radiotelevisionmarti.com/a/cuba-venezuela-y-el-socialismo-derrotado/231722.html
Amigo Juan Pueblo, alguien escribió esto y me pareció interesante compartirlo contigo: “Mientras el venezolano no reconozca su pasividad, apatía, falta de compromiso y determinación, miedo, cobardía e ignorancia ante la situación que vivimos hace 22 años, siempre buscaremos a alguien para echarle la culpa. ¿Son los venezolanos de hoy, unos cobardes?”. Quiero también compartir la cita que publicara en su cuenta de Twitter Alvaro Sánchez, que dice: “Hace 21 años, en diciembre de 1999, jóvenes venezolanos votaban por una nueva Constitución de tinte socialista y festejaban su triunfo en Venezuela. Hoy sus hijos piden caridad en los semáforos de América Latina. ¡Para pensar!”. Para cerrar está entrada amigo Juan Pueblo, una reflexión de Alexander Solzhenitsyn, que dice: “Los seres humanos nacen con distintas capacidades. Si son libres, no son iguales. Si son iguales, no son libres”.
¡Que baje el telón!
This story will continue.
¡Un apunte final…!
¡Cuba/Venezuela: lo que no debemos olvidar!
Por Haroldo Dilla (Opinión), Nueva Sociedad, nuro.org, febrero 2019.
El acercamiento de Cuba y Venezuela pareció reconciliar pasado y futuro. El socialismo del siglo XXI venía al rescate del del XX para, además, mejorarlo. Pero no fue así y hoy, a veinte años de la Revolución bolivariana, Venezuela se encuentra en una crisis de su modelo de populismo petrolero crecientemente autoritario. Y Cuba transita su propia forma de restauración capitalista. Pero Cuba y Venezuela comparten también una certeza: no hay paraísos adonde regresar. Ni la Cuba pre-59 ni la Venezuela pre-Chávez eran la panacea que hoy algunos creen.
Si queremos, como pretende este artículo, mirar a Venezuela desde Cuba, y junto a Cuba, hay que retroceder hasta diciembre de 1994, cuando Hugo Chávez, recién liberado de la prisión a la que fue condenado por su conato golpista, llegó a La Habana y fue recibido por Fidel Castro con un ritual a la altura de una promesa heroica. Chávez, quien no rebasaba los 40 años, hizo un discurso antimperialista encendido que anunciaba al caudillo de masas en ciernes, pero aún arrastraba la verticalidad adusta de los cuarteles. Su visita a Cuba, dijo, estaba dirigida a la formación de «un proyecto revolucionario latinoamericano mutuamente alimentado», lo que se conseguiría cuando él accediera al poder por la vía electoral para abrir otro período republicano que dejara atrás las muchas frustraciones acumuladas.
Por supuesto que esto no era el comienzo de las relaciones entre ambas sociedades. Desde que los comerciantes de La Guaira comenzaron a rellenar sus botes en La Habana en el siglo XVI, Venezuela y Cuba han estado compartiendo economía, cultura y política, en una relación agitada de encuentros y desencuentros. Pero a partir de ese momento, y sobre todo de 1998 cuando Chávez logró una holgada victoria electoral sobre los escombros de la república montada sobre el pacto de Punto Fijo, Cuba se hizo imprescindible en el análisis del paisaje venezolano. En ocasiones para denostar sus asesores militares y de seguridad o para ensalzar sus profesionales de la salud.
Para los cubanos comunes, Venezuela dejó de ser buena música salsa, para devenir una suerte de reverdecimiento revolucionario en momentos en que la revolución propia había perdido todo sex appeal y en que la persistente mediocridad económica demandaba a gritos otro apoyo financiero solvente. La relación fue tan cercana que algunos líderes chavistas -convirtiendo, como decía Umberto Eco, el exceso de virtud en desenfreno del pecado- hablaron de una federación política que los dirigentes cubanos se ocuparon de desechar, como recordando precavidamente que una cosa era andar juntos y otra pernoctar revueltos.
Es por estas razones que, para hablar de Cuba, hay que hablar de Venezuela y viceversa. No hacerlo es una omisión imperdonable. Pero hacerlo sencillamente puede conducir a ilusiones, usuales en el escenario cubano, sobre todo si el tema cae en el campo de las pasiones políticas. Cuando, desde Cuba, se homologan las experiencias de ambas sociedades, se tiende a ver a Venezuela a veces como pasado, y otras veces como futuro. En el primer sentido, dirían los partidarios de la teleología castrista, Venezuela atraviesa ahora un momento de clivaje y ruptura conducente a la consolidación de un régimen político revolucionario, tal y como Cuba lo vivió en los lejanos años 60. En el segundo sentido, dirían los siempre inflamados opositores, Venezuela muestra un camino de insurgencia cívica que Cuba no tardará en remontar para conseguir la restauración de un orden democrático-liberal.
Cuba vivió una auténtica revolución social –que finalizó básicamente a mediados de los años 60– y dio lugar a un largo período postrevolucionario que ha atravesado diferentes fases. Al erigirse sobre los escombros de una dictadura militar (aunque también de una república devaluada por la corrupción y la inequidad) pudo maniobrar exitosamente en función de un sistema político totalitario que reprimió y exportó la disidencia con el invaluable apoyo de la injerencia imperialista estadounidense.
El chavismo, en cambio, no fue una revolución –no cambió la estructura de propiedad y poderes sociales, ni destruyó al viejo sistema político– sino una briosa (y estridente) experiencia populista de izquierda llamada a convivir con la burguesía y la propiedad privada capitalista. Y cuando afectó a unos u otros con medidas radicales, ello fue más el resultado de fugas hacia adelante que de planeamientos para el futuro.
Pero, saltando las coyunturas, lo que puede resultar verdaderamente importante es que ambas sociedades y sus elites emergentes entiendan que no hay paraísos a donde regresar. Cuba no era –como imaginan los emigrados cuando desempolvan fotos amarillas– un lugar a envidiar por su pulcritud, desarrollo y libertad. Cuba era una república siempre frustrada, con niveles angustiantes de corrupción, desigualdad y exclusión sociales y una permanente injerencia estadounidense. Tampoco Venezuela lo era, cuando a pesar de su riqueza petrolera y de la opulencia de su clase media, convivía con niveles altos de pobreza y desigualdad, una corrupción alarmante y una erosión política que se expresó con fuerzas en los años 90.
Las masas populares que apoyaron a la revolución cubana en 1959 y al desafío chavista en 1998 no eran sujetos desorientados y carentes de discernimiento. Eran personas, eso sí, que buscaban la esperanza –como anotaba Bertolt Brecht– en callejones sin salida. Y lo hicieron rompiendo lo que fuese necesario para acceder a la dignidad. Ello podría seguir sucediendo si no entendiéramos que, como anotaba Ernesto Laclau, el capitalismo neoliberal puede ser un enemigo peor de la democracia que el populismo.
https://nuso.org/articulo/cuba-venezuela-lo-Castro-Chavez-Maduro/
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