Aquellos Años (2015–2019) … Soy migrante en tierras ecuatorianas
La Amazonía está Ardiendo
¿Están los humanos abusando de este planeta?
¿Estamos luchando por las generaciones futuras?
¡El planeta te
necesita, Ahora (1)!
¡Y ahora un cafecito…! Cómo teníamos días sin
vernos, amigo Juan Pueblo,
te invito a deleitar un cafecito, tu sabes que como buen coriano, soy cafetero La
invitación amigo, es para conversar sobre la tragedia que se vive en la
Amazonía, del incendio que devora el pulmón del mundo. Los días, las semanas y
los meses continúan corriendo rumbo al futuro, como un río en dirección al mar,
y nadie o casi nadie le importa lo que sucede en la Amazonía del lado brasileño
y boliviano.
¿Será esto un apocalipsis? Trataremos de escudriñar
algunas informaciones y veremos si esto tiene dolientes.
Amigo Juan Pueblo, en Brasil, está sucediendo lo mismo
que pasa con el Arco Minero del Orinoco en Venezuela, esos territorios se han
convertido en un espacio de discordia y de exterminio de pueblos, culturas y
generaciones. “La
violencia, el caos y la corrupción son campantes”. A
estas alturas de la crisis ecológica que vive la humanidad, todavía no nos
damos cuenta del daño que estamos haciendo al planeta.
La contaminación del aire, del agua, de la
tierra, de los bosques, de la biodiversidad, de la destrucción de las especies
y de la contaminación de los mares, deberían de alertarnos y de posicionarnos
con enorme fuerza ética y política ante semejante desastre. No deja de ser curioso
que Estados Unidos, Rusia y China, los países del planeta que más contaminan,
abandonan el Encuentro de París. ¡Ver para creer!
El cambio climático es el mayor desafío de
nuestro tiempo y es responsabilidad de todos los habitantes del planeta, En la actualidad,
el futuro de la Tierra se encuentra en un momento decisivo; desde pautas
meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el
aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones
catastróficas, sus efectos son de alcance mundial y de una escala sin
precedentes. Si hoy no se toman medidas drásticas, será más difícil y costoso
adaptarse a sus efectos en el futuro.
“El
cambio climático es una realidad que ya tiene implicaciones inevitables, sin embargo, aún se pueden
minimizar sus consecuencias más severas”.
Y, para completar, los incendios que devastan
la Amazonía, principalmente en Bolivia y Brasil, pudieron encararse con el
Tratado de Cooperación Amazónica, pero ese cuarentón acuerdo de los ocho países
de la cuenca para proteger
el bioma que actúa como regulador del clima del planeta fue
dejado en el olvido.
Ese pacto de 1978 “se erigió como un
mecanismo de protección colectiva de la Amazonía, para concebir y coordinar las
políticas de los gobiernos, aun cuando no fuese un ente operativo”, señaló a IPS Arnoldo José Gabaldón, quien
estrenó el primer Ministerio de Ambiente establecido en América Latina, el de
Venezuela en 1976.
Los ocho Estados firmantes que comparten la
cuenca amazónica – Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y
Venezuela-, se comprometieron a “realizar esfuerzos y acciones conjuntas para promover el
desarrollo, la preservación ambiental y utilización racional de los
recursos naturales de la región”.
Veamos entonces, que es lo que está pasando
actualmente en la Amazonía, amigo Juan Pueblo,
parece ser, que el planeta no tiene dolientes. Triste realidad, pero cierta.
¡Que
suba el telón!
¡Desafío ambiental! Bueno amigo Juan Pueblo, la cosa no está fácil, tanto gobiernos de
derecha como de izquierda, no les interesa el planeta, las futuras
generaciones, ellos ven el hoy y punto. La tragedia que se vive actualmente en
la Amazonía, la están pagando los pueblos indígenas, que son asesinados y
desterrados de sus tierras, quien podrá parar esto, es la pregunta de las diez
mil lochas. La región del Amazonas es la selva tropical y el sistema fluvial
más grande del mundo, con una extensión de más de 6,7 millones de kilómetros
cuadrados.
- Amigo Juan Pueblo, en el portal web www.bbc.com, de
fecha 23 de agosto de 2019, aparece una información interesante, bajo el título
de: Incendios en el Amazonas: por qué
importa esta región natural y lo que
se sabe de cómo empezaron los incendios.
¡Lo que se sabe de cómo empezaron los
incendios que están causando estragos en la Amazonía!
La Amazonía arde. Y tal es la extensión de
los incendios que afectan a esta región crucial para el planeta, que muchos
estados amazónicos como Amazonas y Acre en Brasil se han declarado en
emergencia o alerta ambiental.
Con más de 74.000 incendios registrados desde
enero, según datos del INPE (siglas
en portugués del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil),
Brasil muestra un aumento de incendios forestales de 83% entre enero y agosto
comparado con el mismo periodo de 2018.
Se trata del número de incendios más elevado
desde que comenzaron a tomarse registros en 2013.
Esto ha generado una emergencia ambiental que
ha elevado las preocupaciones alrededor del mundo.
¿Por qué es tan importante lo que ocurre en
la Amazonía? ¿Qué se sabe de cómo iniciaron los fuegos?
La Coordinadora de Organizaciones Indígenas
de la Cuenca Amazónica (COICA)
declaró “non gratos” a los presidentes de Brasil y Bolivia, Jair Bolsonaro y
Evo Morales, respectivamente, y pidió que se les sancione por el “genocidio y
ecocidio” que, dicen, han permitido en esa selva suramericana, ahora asediada
por varios incendios forestales.
- En el portal web www.dolartoday.com,
de fecha 26 de agosto de 2019, apareció un exclamación bastante preocupante, ¡Exterminio de la Humanidad! Indígenas acusan a Bolsanaro y Morales de “genocidio y ecocidio” en la
Amazonía. Como vez Juan Pueblo, hay una
reacción contra los mandatarios de estos países, ¿Por qué será?
La COICA,
que agrupa a organizaciones indígenas amazónicas de Bolivia, Brasil, Colombia
Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana y Surinam, pidió a la comunidad internacional
ayuda urgente para la Amazonía y condenó los intereses económicos que dice
están detrás de los incendios, destaca EFE.
En una carta abierta de esta organización
difundida en Quito, declaró en “emergencia ambiental y humanitaria” a la Amazonía
y advirtió del “riesgo
de extinción” de más de 506 pueblos indígenas que habitan en la cuenca,
así como de “miles
de especies de flora y fauna”.
Según la COICA,
son 73.408 focos de incendio los que han “incinerado más de 700.000 hectáreas
de bosques, después de casi 18 días de desatención” por parte de los gobiernos.
Asimismo, aseguró que, “según los datos
preliminares, hay más de 100.000 indígenas damnificados” por
los incendios, de lo que responsabilizó a los presidentes de Brasil y Bolivia.
Para la organización, es evidente la “incapacidad y falta de
voluntad” de los dos Gobiernos “para proteger a los pueblos indígenas y
a la biodiversidad, ante los incendios forestales en la Chiquitanía boliviana,
en Santa Cruz de la Sierra, y los Estados de Acre, Rondina, Mato Grosso y Mato
Grosso del Sur, en Brasil”.
¡Indígenas
acusan a Bolsonaro y Morales!
Por ello, aseguran que “los pueblos indígenas
ante un genocidio a los ojos del mundo” hacen “responsables a los gobiernos de Jair
Bolsonaro y Evo Morales por la desaparición y genocidio físico, ambiental y cultural”
en la Amazonía.
“Por lo tanto, sancionamos, condenamos y declaramos a
estos gobiernos No gratos para la Cuenca amazónica”, precisa el
manifiesto de la organización.
¡Piden
a la ONU que ejecute acciones!
Solicitó a la oficina del Alto Comisionado
para los Derechos Humanos y a la relatora especial sobre los derechos de los
pueblos indígenas de Naciones Unidas que “se pronuncien sobre la necesidad de
adoptar medidas inmediatas por parte de la comunidad internacional para atender
la emergencia y para formular medidas de carácter internacional para
prevenirlas en el futuro”.
Urgió a las entidades de la cooperación
internacional a atender las necesidades básicas de los pueblos afectados y que
se inicien de manera inmediata “las medidas de restauración de la biodiversidad afectada”.
“El equilibrio de la Madre Tierra depende de la cuenca
amazónica, permitir la devastación de la misma implica el exterminio de la humanidad”,
alertó la COICA en su declaración.
- ¡La crisis de la
Amazonía! ¡Incendios en el Amazonas! Caramba Juan Pueblo, esto es un show o
juego de pin pong, veamos que nos dice una noticia aparecida en el portal web www.cnnespanol.cnn.com,
de fecha 27 de agosto de 2019, bajo el título de: Bolsanaro se pregunta por qué la comunidad internacional “tiene los
ojos puestos en el Amazonas”.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro,
expresó escepticismo ante la idea de crear una alianza internacional para
salvar la selva amazónica: “¿Por qué tienen sus ojos en el Amazonas? ¿Qué
quieren allí?”, dijo a los periodistas en Brasilia este lunes.
Bolsonaro cuestionó las intenciones detrás
del impulso del presidente de Francia, Emmanuel Macron, para unir un esfuerzo
internacional para ayudar a preservar la selva amazónica de los incendios, y lo
llamó un ataque a la soberanía de Brasil.
“¿Crees que alguien ayuda a alguien a no ser
pobre sin algo a cambio?”, preguntó.
En contraste, el ministro de Medio Ambiente
de Brasil, Ricardo Salles, dio un tono más acogedor a los 20 millones que
ofreció el G7: “Creo que es
una medida excelente, es muy bienvenido”, dijo el lunes.
Sin embargo, Brasil rechazará la oferta. El jefe de gabinete del presidente
de Brasil dijo que el país rechazará el dinero, sugiriendo que debería usarse
en otro lugar.
“Estamos agradecidos, pero quizás esos recursos
serían más relevantes para reforestar Europa”, dijo Onyx Lorenzoni, citado por
G1 Globo el lunes por la noche.
Los incendios en el Amazonas han provocado una disputa entre Bolsonaro
y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ha expresado la necesidad de
una respuesta internacional a los incendios.
El G7
es una agrupación
informal compuesta por las siete economías más grandes del mundo.
En la cumbre anual del grupo, en el centro turístico francés de Biarritz el
lunes, Macron anunció que proporcionaría 20 millones de dólares en ayuda para
ayudar a combatir los incendios.
Pero Bolsonaro dijo que la idea de crear una
alianza internacional para salvar el Amazonas sería tratar a Brasil como “una colonia o tierra
de nadie”, calificándolo de un ataque a la soberanía del
país.
¡Alerta
máxima! Los
incendios de la Amazonía pueden
dificultar que se logre limitar el aumento de la temperatura del planeta.
Los incendios que están afectando a la
Amazonía harán que los objetivos del Acuerdo de París sean más difíciles de
alcanzar.
- En el portal web www.bbc.com, de
fecha 29 de agosto de 2019, aparece una información publicada por el periodista
Navin Singh Khadka, Corresponsal de Medio Ambiente, BBC World Service, bajo el
título de: Incendios en el Amazonas:
cómo el fuego pone en peligro las metas del Acuerdo de Paris. Juan Pueblo esto
es grave.
Este tratado busca que la temperatura mundial
sea menos de 2°C superior a la que se tenía en la era preindustrial, con el fin
de evitar impactos dañinos para el planeta.
Se estima que la pérdida del follaje de los
bosques tropicales representa casi el 10% de las emisiones mundiales de carbono.
Los árboles no solo absorben dióxido de
carbono de la atmósfera, sino que también atrapan ese carbono.
¡Cuánto puede tardar en regenerarse la selva amazónica
consumida por los incendios!
En este momento, el planeta va rumbo a tener
un aumento de 3°C o más en este siglo, según la Organización Meteorológica
Mundial. Este aumento significa un gran desafío
para los firmantes de París.
Un estudio de 2018 del Global Forest Watch
mostró que, si la pérdida de la cubierta de los árboles tropicales continuaba
al ritmo de entonces, sería casi imposible mantener el calentamiento por debajo
de los 2°C.
"Los incendios en la Amazonía brasileña este año
representan un desafío para el objetivo climático que nos hemos fijado",
dice Doug Boucher, asesor científico de la Iniciativa de Bosques Tropicales y
Clima de la Unión de Científicos Preocupados.
"La preocupación también se debe a que
el nuevo gobierno de Brasil ha dado un vuelco a la política de gestión de los
bosques y podría deshacer el significativo progreso que el país había visto en
los últimos años".
Los satélites de la NASA han confirmado un aumento en los incendios en la Amazonía
brasileña, convirtiendo a 2019 en el año de incendios más activo en esa región desde 2010.
El Instituto Nacional de Investigación
Espacial del Brasil (INPE) calcula
que este año los incendios han aumentado un 85% respecto al mismo periodo del
año pasado.
Más de 450 empleados públicos del Instituto Brasileño de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama), la principal estatal ambiental brasileña, han recomendado
en una carta abierta una serie de medidas concretas para prevenir un «colapso de la gestión
ambiental federal».
La carta, firmada por agentes ambientales,
técnicos y jefes de unidades, advierte que la caída del 24% en el número de fiscales entre 2018 y 2019, contribuye a un «colapso de la
gestión ambiental federal y estimulan los delitos ambientales dentro y fuera de
la Amazonía».
En el portal web www.abc.es, de fecha 30 de agosto de 2019,
aparece un artículo de la periodista Verónica Goyzueta, bajo el título de: Medio millar de ambientalistas advierten de
un «colapso de la gestión ambiental»
en Brasil. Es un interesante artículo, por eso quiero compartirlo con
ustedes.
El documento sugiere seis medidas de «emergencia» para adoptar una política de «tolerancia cero» contra los
delitos ambientales, y que el compromiso asumido en un discurso por el
presidente Jair Bolsonaro el fin de semana, no caiga en el vacío.
Entre las medidas se destacan, el
nombramiento con criterios técnicos y sin interferencia política;
contrataciones urgentes; garantía de recursos para la prevención de incendios
forestales y actividades de combate, y autonomía para fiscalizar y punir a quienes
cometen crímenes. Los empleados también pidieron equipos y la autorización para
usar armas.
Desde que el actual presidente y su ministro
de Medio Ambiente, Ricardo Salles, asumieron sus cargos en enero, iniciaron una
política de recortes financieros y de despidos en el área ambiental y en el Instituto Chico Mendes
para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). Empleados de ambas entidades
fueron despedidos y acusados de tener vínculos ideológicos con la izquierda, así como
por atender recomendaciones de ONGs
internacionales.
Ambas instituciones también perdieron
autonomía para fiscalizar y detener a los deforestadores, sin autorización
previa del ministerio del medio ambiente. El presidente, por su parte, despidió
públicamente importantes científicos que los cuestionaron sobre las nuevas
políticas, entre ellos, el expresidente del Instituto Nacional de Investigación Espacial
(Inpe), Ricardo Galvão, un respetado
investigador Ricardo Galvão, despedido en el comienzo de enero por difundir los
primeros datos que apuntaban la inminencia de un desastre la selva amazónica.
La deforestación de la Amazonía brasileña es la peor en 21 años, según datos
oficiales, con más de 80 mil brotes de fuego desde enero, cuando Bolsonaro
asumió la presidencia. ONGs y especialistas nacionales e internacionales
atribuyen el empeoramiento al discurso y acciones del nuevo Gobierno. El
presidente cortó fondos de control ambiental y despidió científicos que lo
cuestionaron. Estimula, además plantaciones, ganadería y minería en la Amazonía
como proyecto de desarrollo.
Al sur de la Amazonia, en el departamento
boliviano de Santa Cruz, más de un millón de hectáreas sucumben ante las quemas
estacionales, y el presidente Evo Morales tuvo que interrumpir su campaña
electoral en medio de críticas por su flexible política a la habilitación de
tierras para la agricultura.
En el país, la superficie destruida por el fuego al
finalizar agosto alcanza a 2,1 millones de hectáreas, señala
un informe elaborado mediante la observación de imágenes satelitales por la Fundación Amigos de la Naturaleza
(FAN) y entregada a IPS por Carlos Pinto.
En el portal web www.ipsnoticias.net, de fecha 31
de agosto de 2019, aparece un artículo escrito por el periodista Franz Chávez,
cuyo título se denomina: “Bolivia, el
rostro escondido del infierno de la Amazonia”. Es interesante escudriñar un
poco, para ver qué conclusiones podemos sacar, atento amigo Juan Pueblo.
La región de la Chiquitania, en el
departamento de Santa Cruz y colindante con Brasil, que posee una extensión de
231.577 kilómetros cuadrados es la más golpeada por los incendios y hasta allí
se trasladaron los últimos días decenas de bomberos, militares, brigadistas de
países vecinos y la ayuda solidaria de la gente para apoyar al personal de
emergencia.
El informe de FAN destaca que hasta el 30 de agosto el departamento de Santa Cruz
tenía 64 por ciento de superficie quemada, con una extensión de 1,4 millones de
hectáreas, y dejaba en segundo lugar al de Beni, con 29 por ciento y 639.678
hectáreas destruidas por el fuego.
El dato histórico recuerda que, en 2010, la
superficie quemada alcanzó “casi a 10 millones de hectáreas” en todo el país,
pero aún queda por delante septiembre, otro mes de quemas de temporada, lo que
hace temer que aún pudiera agravarse la crisis.
Pero así no haya este año un récord de
incendios en la Amazonia boliviana, las críticas se concentran en que buena
parte pudieron evitarse si el gobierno hubiese atendido a tiempo la emergencia
y no mantuviera una política que alienta la expansión agropecuaria en la
región.
La tragedia de incendios en este país
megadiverso del centro occidental sudamericano, con 1.098.561 kilómetros
cuadrados y sin salida al mar, ha permanecido prácticamente escondido ante una
atención mundial que se concentró en las llamas del vecino Brasil, pese a que hubo
errores comunes de gestión.
Llanuras, tierras onduladas cubiertas de
maleza, bosques tupidos y árboles son devorados por las llamas que se desplazan
descontroladas y apenas contenidas por el personal que trata de evitar su
expansión a zonas pobladas, en este país donde 48 por ciento de su territorio
está cubierto por seis tipos diferentes de capa forestal.
Pero tan solo en cinco años, entre 2012 y
2017, y únicamente en el departamento de Santa Cruz se deforestaron un millón
de hectáreas de bosque, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques
y Tierra, que subraya que 64 por ciento se hizo en forma ilegal,
sin contar con permiso alguno.
De hecho, estudios de organizaciones
ambientales internacionales sitúan a Bolivia como el país de los ocho
sudamericanos que conforman la cuenca amazónica, que proporcionalmente más
territorio deforestado tiene en el bioma que opera como un gran regulador del
clima planetario.
¿Por
qué se registran los incendios en la región? Pinto, de la FAN, habló a IPS de condiciones
extremas como la sequía y las elevadas temperaturas que bordean los 40 grados
centígrados.
Sobre el uso del fuego como herramienta de
desbosque, explicó que la quema de vegetación es “una práctica usada en las comunidades campesinas
para habilitar tierras” destinadas a la ganadería.
Los defensores del ambiente aseguran que la
quema de maleza se salió de control aupada por la decisión de Morales de promulgar,
el 9 de julio, el decreto 3973 que, en su artículo 5, “autoriza el desmonte para actividades
agropecuarias en tierras privadas y comunitarias…”.
“Los medios, a raíz de informaciones sesgadas
manejadas políticamente, han señalado que el culpable es el decreto 3973, pero
lo único que se ha hecho es ampliar (los beneficios) al departamento del Beni”,
declaró el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, para defenderse de las
críticas al manejo de la crisis.
La ola de incendios todavía sin control se
produjo en plena campaña para las elecciones generales del 20 de octubre, en
que Morales, un indígena aymara y en el poder desde 2006, será candidato por
cuarta vez consecutiva, tras polémicas decisiones legales para que ello sea
posible, y es favorito, según los sondeos.
El decreto fue aplaudido y defendido, el
jueves 29 de agosto, por la influyente Federación de Ganaderos del Beni, poco antes del
inicio de la exportación de 24 toneladas de carne bovina a China. El presidente
de la Confederación de Ganaderos de Bolivia, Óscar Pereyra, estima que las
ventas permitirán ingresos por 800 millones de dólares.
“Por la dimensión e intensidad de los incendios, podemos
hablar de una catástrofe ambiental”, resumió a IPS el investigador del Centro de Documentación
e Información Bolivia, Marco Gandarillas.
Ha sido “afectado una gran parte del bosque
seco chiquitano (departamento de Santa Cruz) y fue duramente afectado el
Pantanal, la sabana y el chaco, y por supuesto la Amazonia” localizada en
territorio boliviano, opinó Gandarillas.
“Los daños a la naturaleza son incontables y a lo mejor
algunos hasta irrecuperables porque contiene a su interior una gran
biodiversidad y está representada por más de 10 ecosistemas de vida”,
comentó a IPS el integrante de la Coordinadora Nacional
de Defensa de Territorios Indígenas y Áreas Protegidas de
Bolivia, Rubén Darío Ortiz, desde el municipio de Roboré, en
Santa Cruz.
¡Que
baje el telón!
This
story will continue.
¡Un
apunte final…!
Hoy no solo la selva amazónica arde, sino que
la casa de 400 pueblos está en llamas. Son cientos de conocimientos y
sabidurías para la sostenibilidad de la madre tierra, abocadas a desaparecer.
Son cientos de miles de personas en riesgo de ser expulsadas de su casa para
engrosar la miseria de los barrios marginales de Sao Paulo, Río de Janeiro,
Lima o Bogotá.
Amigo Juan Pueblo,
esto es grave y pica y se extiende, los organismos internacionales hablan y
hablan, pero no dicen nada; en el portal web www.biodiversidad.org, de fecha
30 de septiembre de 2019, aparece una publicación por Jesús González Pazos,
bajo el título de: “Amazonía, cuando los pueblos arden”.
Hicieron falta dos semanas de agosto para que
los medios de comunicación occidentales empezaran tímidamente a hacerse eco de
los incendios en la Amazonía; aún hoy, ya en pleno septiembre, siguen negándose
a informar sobre los aún mayores en el África ecuatorial (Congo, Angola…). Ya
ha pasado más de un mes desde que los primeros se declararon y tras unos pocos
días en los informativos, la Amazonía ha desaparecido de nuevo de portadas y
primeras noticias, aunque la situación persiste en su gravedad y el fuego abre
nuevos espacios de vaciamiento del bosque.
Un dato que nos ilustra con absoluta claridad
esta visión y el desinterés verdadero por lo que allá ocurra es el que nos
dieron los gobiernos que se autodenominan como los más poderos del planeta, el G-7, durante su reunión en Biarritz.
Coincidente ésta con el fuego que consumía miles y miles de hectáreas, y a fin
de no parecer del todo insensibles y tener cierto protagonismo en los medios
apareciendo como preocupados, se dignaron aprobar casi veinte millones para
apagar el incendio; dinero que, posiblemente, nunca llegará a hacerse realidad.
El ridículo fue escandaloso, cuando las redes
sociales les recordaron que el año anterior el compromiso internacional para
recuperar el techo de Notre Dame en París había ascendido en escasas horas a
varios cientos de millones. Resulta ser una evidencia triste del hecho de que
hay destrucciones de ciertas “catedrales naturales” que nuestras poderosas e
“inteligentes” autoridades siguen sin comprender; evidencia también de la
hipocresía absoluta de estas élites.
Otra cuestión claramente mostrada en esos
días fue la preocupación por la defensa de los ecosistemas en peligro. Primaron
los análisis sobre el riesgo de acabar con el “pulmón del mundo”, sobre lo que
eso supondría para el cambio climático, sobre las lluvias y sequías que
vendrían, etc. Grave y preocupante situación, desde luego, y los análisis más o
menos acertados haciendo un llamado a la conciencia de nuestras sociedades
sobre el futuro que estamos definiendo para nuestro planeta y las generaciones
que vendrán.
Pero, a pesar de lo encomiable del
llamamiento y de la necesidad de todas esas reflexiones para la conciencia
humana primó, una vez más, en la inmensa mayoría de las crónicas, de las
imágenes televisivas, la siempre presente invisibilización de quienes durante
siglos han cuidado, vivido y respetado la Amazonía.
Las informaciones tienden a trasladarnos una
imagen de selva idílica donde habita en absoluta libertad y armonía solo fauna
salvaje y flora endémica. Sin embargo, son más de 400 los diferentes pueblos
indígenas, sobrepasando el millón las personas, que viven en este territorio.
De alguna forma, es cómo si ardiera en dos semanas una de nuestras grandes
ciudades y los medios de comunicación y la clase política solo nos hablase,
solo se preocuparán por el estado en el que quedarían edificios, calles y
parques de la misma.
Lo cierto es que, una vez más, los intereses
económicos de las élites han primado en los escasos, pero unidireccionales
análisis, declaraciones y reflexiones. Cierto es también que ha habido honrosas
excepciones en esta visión, pero es innegable que cuando los medios y la clase
política nos hablan de la Amazonía solo nos transmiten la idea de un paraíso o
infierno verde y vacío. Y posiblemente, es en esto último donde una vez más
está el quid de la cuestión.
Límpiense sus lágrimas de cocodrilo, dejen de
ver la Amazonía como un mercado de beneficios económicos para las élites
locales y transnacionales y respeten la existencia de quienes han sabido
construir modelos de vida respetuosos con la naturaleza. Saquen unos y otros
sus manos de la Amazonía y ésta nos sobrevivirá. De lo contrario, no ya las
generaciones venideras, sino nuestros inmediatos hijos e hijas verán morir y
desaparecer ese espacio de rica diversidad humana y natural. (Fuente: El Salto
Diario).
Pensamiento
“Los daños a la naturaleza son incontables y
a lo mejor algunos hasta irrecuperables porque contiene a su interior una gran
biodiversidad y está representada por más de 10 ecosistemas de vida” (Rubén Darío Ortiz).
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