Aquellos Años (2015–2019) … Soy migrante en tierras ecuatorianas


La Amazonía está Ardiendo
¿Están los humanos abusando de este planeta?
¿Estamos luchando por las generaciones futuras?
¡El planeta te necesita, Ahora (1)!


¡Y ahora un cafecito…! Cómo teníamos días sin vernos, amigo Juan Pueblo, te invito a deleitar un cafecito, tu sabes que como buen coriano, soy cafetero La invitación amigo, es para conversar sobre la tragedia que se vive en la Amazonía, del incendio que devora el pulmón del mundo. Los días, las semanas y los meses continúan corriendo rumbo al futuro, como un río en dirección al mar, y nadie o casi nadie le importa lo que sucede en la Amazonía del lado brasileño y boliviano.
¿Será esto un apocalipsis? Trataremos de escudriñar algunas informaciones y veremos si esto tiene dolientes.
Amigo Juan Pueblo, en Brasil, está sucediendo lo mismo que pasa con el Arco Minero del Orinoco en Venezuela, esos territorios se han convertido en un espacio de discordia y de exterminio de pueblos, culturas y generaciones. “La violencia, el caos y la corrupción son campantes”. A estas alturas de la crisis ecológica que vive la humanidad, todavía no nos damos cuenta del daño que estamos haciendo al planeta.
La contaminación del aire, del agua, de la tierra, de los bosques, de la biodiversidad, de la destrucción de las especies y de la contaminación de los mares, deberían de alertarnos y de posicionarnos con enorme fuerza ética y política ante semejante desastre. No deja de ser curioso que Estados Unidos, Rusia y China, los países del planeta que más contaminan, abandonan el Encuentro de París. ¡Ver para creer!
El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo y es responsabilidad de todos los habitantes del planeta, En la actualidad, el futuro de la Tierra se encuentra en un momento decisivo; desde pautas meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, sus efectos son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si hoy no se toman medidas drásticas, será más difícil y costoso adaptarse a sus efectos en el futuro.
El cambio climático es una realidad que ya tiene implicaciones inevitables, sin embargo, aún se pueden minimizar sus consecuencias más severas”.
Y, para completar, los incendios que devastan la Amazonía, principalmente en Bolivia y Brasil, pudieron encararse con el Tratado de Cooperación Amazónica, pero ese cuarentón acuerdo de los ocho países de la cuenca para proteger el bioma que actúa como regulador del clima del planeta fue dejado en el olvido.
Ese pacto de 1978 “se erigió como un mecanismo de protección colectiva de la Amazonía, para concebir y coordinar las políticas de los gobiernos, aun cuando no fuese un ente operativo”, señaló a IPS Arnoldo José Gabaldón, quien estrenó el primer Ministerio de Ambiente establecido en América Latina, el de Venezuela en 1976.
Los ocho Estados firmantes que comparten la cuenca amazónica – Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela-, se comprometieron a “realizar esfuerzos y acciones conjuntas para promover el desarrollo, la preservación ambiental y utilización racional de los recursos naturales de la región”.
Veamos entonces, que es lo que está pasando actualmente en la Amazonía, amigo Juan Pueblo, parece ser, que el planeta no tiene dolientes. Triste realidad, pero cierta.
¡Que suba el telón!
¡Desafío ambiental! Bueno amigo Juan Pueblo, la cosa no está fácil, tanto gobiernos de derecha como de izquierda, no les interesa el planeta, las futuras generaciones, ellos ven el hoy y punto. La tragedia que se vive actualmente en la Amazonía, la están pagando los pueblos indígenas, que son asesinados y desterrados de sus tierras, quien podrá parar esto, es la pregunta de las diez mil lochas. La región del Amazonas es la selva tropical y el sistema fluvial más grande del mundo, con una extensión de más de 6,7 millones de kilómetros cuadrados.
-      Amigo Juan Pueblo, en el portal web www.bbc.com, de fecha 23 de agosto de 2019, aparece una información interesante, bajo el título de: Incendios en el Amazonas: por qué importa esta región natural y lo que se sabe de cómo empezaron los incendios.
¡Lo que se sabe de cómo empezaron los incendios que están causando estragos en la Amazonía!
La Amazonía arde. Y tal es la extensión de los incendios que afectan a esta región crucial para el planeta, que muchos estados amazónicos como Amazonas y Acre en Brasil se han declarado en emergencia o alerta ambiental.
Con más de 74.000 incendios registrados desde enero, según datos del INPE (siglas en portugués del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil), Brasil muestra un aumento de incendios forestales de 83% entre enero y agosto comparado con el mismo periodo de 2018.
Se trata del número de incendios más elevado desde que comenzaron a tomarse registros en 2013.
Esto ha generado una emergencia ambiental que ha elevado las preocupaciones alrededor del mundo.
¿Por qué es tan importante lo que ocurre en la Amazonía? ¿Qué se sabe de cómo iniciaron los fuegos?
La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) declaró “non gratos” a los presidentes de Brasil y Bolivia, Jair Bolsonaro y Evo Morales, respectivamente, y pidió que se les sancione por el “genocidio y ecocidio” que, dicen, han permitido en esa selva suramericana, ahora asediada por varios incendios forestales.
-      En el portal web www.dolartoday.com, de fecha 26 de agosto de 2019, apareció un exclamación bastante preocupante, ¡Exterminio de la Humanidad! Indígenas acusan a Bolsanaro y Morales de “genocidio y ecocidio” en la Amazonía. Como vez Juan Pueblo, hay una reacción contra los mandatarios de estos países, ¿Por qué será?
La COICA, que agrupa a organizaciones indígenas amazónicas de Bolivia, Brasil, Colombia Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana y Surinam, pidió a la comunidad internacional ayuda urgente para la Amazonía y condenó los intereses económicos que dice están detrás de los incendios, destaca EFE.
En una carta abierta de esta organización difundida en Quito, declaró en “emergencia ambiental y humanitaria” a la Amazonía y advirtió del “riesgo de extinción” de más de 506 pueblos indígenas que habitan en la cuenca, así como de “miles de especies de flora y fauna”.
Según la COICA, son 73.408 focos de incendio los que han “incinerado más de 700.000 hectáreas de bosques, después de casi 18 días de desatención” por parte de los gobiernos.
Asimismo, aseguró que, “según los datos preliminares, hay más de 100.000 indígenas damnificados” por los incendios, de lo que responsabilizó a los presidentes de Brasil y Bolivia.
Para la organización, es evidente la “incapacidad y falta de voluntad” de los dos Gobiernos “para proteger a los pueblos indígenas y a la biodiversidad, ante los incendios forestales en la Chiquitanía boliviana, en Santa Cruz de la Sierra, y los Estados de Acre, Rondina, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, en Brasil”.
¡Indígenas acusan a Bolsonaro y Morales!
Por ello, aseguran que “los pueblos indígenas ante un genocidio a los ojos del mundo” hacen “responsables a los gobiernos de Jair Bolsonaro y Evo Morales por la desaparición y genocidio físico, ambiental y cultural” en la Amazonía.
Por lo tanto, sancionamos, condenamos y declaramos a estos gobiernos No gratos para la Cuenca amazónica”, precisa el manifiesto de la organización.
¡Piden a la ONU que ejecute acciones!
Solicitó a la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y a la relatora especial sobre los derechos de los pueblos indígenas de Naciones Unidas que “se pronuncien sobre la necesidad de adoptar medidas inmediatas por parte de la comunidad internacional para atender la emergencia y para formular medidas de carácter internacional para prevenirlas en el futuro”.
Urgió a las entidades de la cooperación internacional a atender las necesidades básicas de los pueblos afectados y que se inicien de manera inmediata “las medidas de restauración de la biodiversidad afectada”.
El equilibrio de la Madre Tierra depende de la cuenca amazónica, permitir la devastación de la misma implica el exterminio de la humanidad”, alertó la COICA en su declaración.
-      ¡La crisis de la Amazonía! ¡Incendios en el Amazonas! Caramba Juan Pueblo, esto es un show o juego de pin pong, veamos que nos dice una noticia aparecida en el portal web www.cnnespanol.cnn.com, de fecha 27 de agosto de 2019, bajo el título de: Bolsanaro se pregunta por qué la comunidad internacionaltiene los ojos puestos en el Amazonas”.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó escepticismo ante la idea de crear una alianza internacional para salvar la selva amazónica: “¿Por qué tienen sus ojos en el Amazonas? ¿Qué quieren allí?”, dijo a los periodistas en Brasilia este lunes.
Bolsonaro cuestionó las intenciones detrás del impulso del presidente de Francia, Emmanuel Macron, para unir un esfuerzo internacional para ayudar a preservar la selva amazónica de los incendios, y lo llamó un ataque a la soberanía de Brasil.
“¿Crees que alguien ayuda a alguien a no ser pobre sin algo a cambio?”, preguntó.
En contraste, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, dio un tono más acogedor a los 20 millones que ofreció el G7: “Creo que es una medida excelente, es muy bienvenido”, dijo el lunes.
Sin embargo, Brasil rechazará la oferta. El jefe de gabinete del presidente de Brasil dijo que el país rechazará el dinero, sugiriendo que debería usarse en otro lugar.
“Estamos agradecidos, pero quizás esos recursos serían más relevantes para reforestar Europa”, dijo Onyx Lorenzoni, citado por G1 Globo el lunes por la noche.
Los incendios en el Amazonas han provocado una disputa entre Bolsonaro y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien ha expresado la necesidad de una respuesta internacional a los incendios.
El G7 es una agrupación informal compuesta por las siete economías más grandes del mundo. En la cumbre anual del grupo, en el centro turístico francés de Biarritz el lunes, Macron anunció que proporcionaría 20 millones de dólares en ayuda para ayudar a combatir los incendios.
Pero Bolsonaro dijo que la idea de crear una alianza internacional para salvar el Amazonas sería tratar a Brasil como “una colonia o tierra de nadie”, calificándolo de un ataque a la soberanía del país.
¡Alerta máxima! Los incendios de la Amazonía pueden dificultar que se logre limitar el aumento de la temperatura del planeta.
Los incendios que están afectando a la Amazonía harán que los objetivos del Acuerdo de París sean más difíciles de alcanzar.
-      En el portal web www.bbc.com, de fecha 29 de agosto de 2019, aparece una información publicada por el periodista Navin Singh Khadka, Corresponsal de Medio Ambiente, BBC World Service, bajo el título de: Incendios en el Amazonas: cómo el fuego pone en peligro las metas del Acuerdo de Paris.  Juan Pueblo esto es grave.
Este tratado busca que la temperatura mundial sea menos de 2°C superior a la que se tenía en la era preindustrial, con el fin de evitar impactos dañinos para el planeta.
Se estima que la pérdida del follaje de los bosques tropicales representa casi el 10% de las emisiones mundiales de carbono.
Los árboles no solo absorben dióxido de carbono de la atmósfera, sino que también atrapan ese carbono.
¡Cuánto puede tardar en regenerarse la selva amazónica consumida por los incendios!
En este momento, el planeta va rumbo a tener un aumento de 3°C o más en este siglo, según la Organización Meteorológica Mundial. Este aumento significa un gran desafío para los firmantes de París.
Un estudio de 2018 del Global Forest Watch mostró que, si la pérdida de la cubierta de los árboles tropicales continuaba al ritmo de entonces, sería casi imposible mantener el calentamiento por debajo de los 2°C.
"Los incendios en la Amazonía brasileña este año representan un desafío para el objetivo climático que nos hemos fijado", dice Doug Boucher, asesor científico de la Iniciativa de Bosques Tropicales y Clima de la Unión de Científicos Preocupados.
"La preocupación también se debe a que el nuevo gobierno de Brasil ha dado un vuelco a la política de gestión de los bosques y podría deshacer el significativo progreso que el país había visto en los últimos años".
Los satélites de la NASA han confirmado un aumento en los incendios en la Amazonía brasileña, convirtiendo a 2019 en el año de incendios más activo en esa región desde 2010.
El Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE) calcula que este año los incendios han aumentado un 85% respecto al mismo periodo del año pasado.
Más de 450 empleados públicos del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama), la principal estatal ambiental brasileña, han recomendado en una carta abierta una serie de medidas concretas para prevenir un «colapso de la gestión ambiental federal».
La carta, firmada por agentes ambientales, técnicos y jefes de unidades, advierte que la caída del 24% en el número de fiscales entre 2018 y 2019, contribuye a un «colapso de la gestión ambiental federal y estimulan los delitos ambientales dentro y fuera de la Amazonía».
En el portal web www.abc.es, de fecha 30 de agosto de 2019, aparece un artículo de la periodista Verónica Goyzueta, bajo el título de: Medio millar de ambientalistas advierten de un «colapso de la gestión ambiental» en Brasil. Es un interesante artículo, por eso quiero compartirlo con ustedes.
El documento sugiere seis medidas de «emergencia» para adoptar una política de «tolerancia cero» contra los delitos ambientales, y que el compromiso asumido en un discurso por el presidente Jair Bolsonaro el fin de semana, no caiga en el vacío.
Entre las medidas se destacan, el nombramiento con criterios técnicos y sin interferencia política; contrataciones urgentes; garantía de recursos para la prevención de incendios forestales y actividades de combate, y autonomía para fiscalizar y punir a quienes cometen crímenes. Los empleados también pidieron equipos y la autorización para usar armas.
Desde que el actual presidente y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, asumieron sus cargos en enero, iniciaron una política de recortes financieros y de despidos en el área ambiental y en el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). Empleados de ambas entidades fueron despedidos y acusados de tener vínculos ideológicos con la izquierda, así como por atender recomendaciones de ONGs internacionales.
Ambas instituciones también perdieron autonomía para fiscalizar y detener a los deforestadores, sin autorización previa del ministerio del medio ambiente. El presidente, por su parte, despidió públicamente importantes científicos que los cuestionaron sobre las nuevas políticas, entre ellos, el expresidente del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe), Ricardo Galvão, un respetado investigador Ricardo Galvão, despedido en el comienzo de enero por difundir los primeros datos que apuntaban la inminencia de un desastre la selva amazónica.
La deforestación de la Amazonía brasileña es la peor en 21 años, según datos oficiales, con más de 80 mil brotes de fuego desde enero, cuando Bolsonaro asumió la presidencia. ONGs y especialistas nacionales e internacionales atribuyen el empeoramiento al discurso y acciones del nuevo Gobierno. El presidente cortó fondos de control ambiental y despidió científicos que lo cuestionaron. Estimula, además plantaciones, ganadería y minería en la Amazonía como proyecto de desarrollo.
Al sur de la Amazonia, en el departamento boliviano de Santa Cruz, más de un millón de hectáreas sucumben ante las quemas estacionales, y el presidente Evo Morales tuvo que interrumpir su campaña electoral en medio de críticas por su flexible política a la habilitación de tierras para la agricultura.
En el país, la superficie destruida por el fuego al finalizar agosto alcanza a 2,1 millones de hectáreas, señala un informe elaborado mediante la observación de imágenes satelitales por la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) y entregada a IPS por Carlos Pinto.
En el portal web www.ipsnoticias.net, de fecha 31 de agosto de 2019, aparece un artículo escrito por el periodista Franz Chávez, cuyo título se denomina: “Bolivia, el rostro escondido del infierno de la Amazonia”. Es interesante escudriñar un poco, para ver qué conclusiones podemos sacar, atento amigo Juan Pueblo.
La región de la Chiquitania, en el departamento de Santa Cruz y colindante con Brasil, que posee una extensión de 231.577 kilómetros cuadrados es la más golpeada por los incendios y hasta allí se trasladaron los últimos días decenas de bomberos, militares, brigadistas de países vecinos y la ayuda solidaria de la gente para apoyar al personal de emergencia.
El informe de FAN destaca que hasta el 30 de agosto el departamento de Santa Cruz tenía 64 por ciento de superficie quemada, con una extensión de 1,4 millones de hectáreas, y dejaba en segundo lugar al de Beni, con 29 por ciento y 639.678 hectáreas destruidas por el fuego.
El dato histórico recuerda que, en 2010, la superficie quemada alcanzó “casi a 10 millones de hectáreas” en todo el país, pero aún queda por delante septiembre, otro mes de quemas de temporada, lo que hace temer que aún pudiera agravarse la crisis.
Pero así no haya este año un récord de incendios en la Amazonia boliviana, las críticas se concentran en que buena parte pudieron evitarse si el gobierno hubiese atendido a tiempo la emergencia y no mantuviera una política que alienta la expansión agropecuaria en la región.
La tragedia de incendios en este país megadiverso del centro occidental sudamericano, con 1.098.561 kilómetros cuadrados y sin salida al mar, ha permanecido prácticamente escondido ante una atención mundial que se concentró en las llamas del vecino Brasil, pese a que hubo errores comunes de gestión.
Llanuras, tierras onduladas cubiertas de maleza, bosques tupidos y árboles son devorados por las llamas que se desplazan descontroladas y apenas contenidas por el personal que trata de evitar su expansión a zonas pobladas, en este país donde 48 por ciento de su territorio está cubierto por seis tipos diferentes de capa forestal.
Pero tan solo en cinco años, entre 2012 y 2017, y únicamente en el departamento de Santa Cruz se deforestaron un millón de hectáreas de bosque, según la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra, que subraya que 64 por ciento se hizo en forma ilegal, sin contar con permiso alguno.
De hecho, estudios de organizaciones ambientales internacionales sitúan a Bolivia como el país de los ocho sudamericanos que conforman la cuenca amazónica, que proporcionalmente más territorio deforestado tiene en el bioma que opera como un gran regulador del clima planetario.
¿Por qué se registran los incendios en la región? Pinto, de la FAN, habló a IPS de condiciones extremas como la sequía y las elevadas temperaturas que bordean los 40 grados centígrados.
Sobre el uso del fuego como herramienta de desbosque, explicó que la quema de vegetación es “una práctica usada en las comunidades campesinas para habilitar tierras” destinadas a la ganadería.
Los defensores del ambiente aseguran que la quema de maleza se salió de control aupada por la decisión de Morales de promulgar, el 9 de julio, el decreto 3973 que, en su artículo 5, “autoriza el desmonte para actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias…”.
“Los medios, a raíz de informaciones sesgadas manejadas políticamente, han señalado que el culpable es el decreto 3973, pero lo único que se ha hecho es ampliar (los beneficios) al departamento del Beni”, declaró el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, para defenderse de las críticas al manejo de la crisis.
La ola de incendios todavía sin control se produjo en plena campaña para las elecciones generales del 20 de octubre, en que Morales, un indígena aymara y en el poder desde 2006, será candidato por cuarta vez consecutiva, tras polémicas decisiones legales para que ello sea posible, y es favorito, según los sondeos.
El decreto fue aplaudido y defendido, el jueves 29 de agosto, por la influyente Federación de Ganaderos del Beni, poco antes del inicio de la exportación de 24 toneladas de carne bovina a China. El presidente de la Confederación de Ganaderos de Bolivia, Óscar Pereyra, estima que las ventas permitirán ingresos por 800 millones de dólares.
Por la dimensión e intensidad de los incendios, podemos hablar de una catástrofe ambiental”, resumió a IPS el investigador del Centro de Documentación e Información Bolivia, Marco Gandarillas.
Ha sido “afectado una gran parte del bosque seco chiquitano (departamento de Santa Cruz) y fue duramente afectado el Pantanal, la sabana y el chaco, y por supuesto la Amazonia” localizada en territorio boliviano, opinó Gandarillas.
Los daños a la naturaleza son incontables y a lo mejor algunos hasta irrecuperables porque contiene a su interior una gran biodiversidad y está representada por más de 10 ecosistemas de vida”, comentó a IPS el integrante de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas y Áreas Protegidas de Bolivia, Rubén Darío Ortiz, desde el municipio de Roboré, en Santa Cruz.
¡Que baje el telón!
This story will continue.
¡Un apunte final…!
Hoy no solo la selva amazónica arde, sino que la casa de 400 pueblos está en llamas. Son cientos de conocimientos y sabidurías para la sostenibilidad de la madre tierra, abocadas a desaparecer. Son cientos de miles de personas en riesgo de ser expulsadas de su casa para engrosar la miseria de los barrios marginales de Sao Paulo, Río de Janeiro, Lima o Bogotá.
Amigo Juan Pueblo, esto es grave y pica y se extiende, los organismos internacionales hablan y hablan, pero no dicen nada; en el portal web www.biodiversidad.org, de fecha 30 de septiembre de 2019, aparece una publicación por Jesús González Pazos, bajo el título de: “Amazonía, cuando los pueblos arden”.
Hicieron falta dos semanas de agosto para que los medios de comunicación occidentales empezaran tímidamente a hacerse eco de los incendios en la Amazonía; aún hoy, ya en pleno septiembre, siguen negándose a informar sobre los aún mayores en el África ecuatorial (Congo, Angola…). Ya ha pasado más de un mes desde que los primeros se declararon y tras unos pocos días en los informativos, la Amazonía ha desaparecido de nuevo de portadas y primeras noticias, aunque la situación persiste en su gravedad y el fuego abre nuevos espacios de vaciamiento del bosque.
Un dato que nos ilustra con absoluta claridad esta visión y el desinterés verdadero por lo que allá ocurra es el que nos dieron los gobiernos que se autodenominan como los más poderos del planeta, el G-7, durante su reunión en Biarritz. Coincidente ésta con el fuego que consumía miles y miles de hectáreas, y a fin de no parecer del todo insensibles y tener cierto protagonismo en los medios apareciendo como preocupados, se dignaron aprobar casi veinte millones para apagar el incendio; dinero que, posiblemente, nunca llegará a hacerse realidad.
El ridículo fue escandaloso, cuando las redes sociales les recordaron que el año anterior el compromiso internacional para recuperar el techo de Notre Dame en París había ascendido en escasas horas a varios cientos de millones. Resulta ser una evidencia triste del hecho de que hay destrucciones de ciertas “catedrales naturales” que nuestras poderosas e “inteligentes” autoridades siguen sin comprender; evidencia también de la hipocresía absoluta de estas élites.
Otra cuestión claramente mostrada en esos días fue la preocupación por la defensa de los ecosistemas en peligro. Primaron los análisis sobre el riesgo de acabar con el “pulmón del mundo”, sobre lo que eso supondría para el cambio climático, sobre las lluvias y sequías que vendrían, etc. Grave y preocupante situación, desde luego, y los análisis más o menos acertados haciendo un llamado a la conciencia de nuestras sociedades sobre el futuro que estamos definiendo para nuestro planeta y las generaciones que vendrán.
Pero, a pesar de lo encomiable del llamamiento y de la necesidad de todas esas reflexiones para la conciencia humana primó, una vez más, en la inmensa mayoría de las crónicas, de las imágenes televisivas, la siempre presente invisibilización de quienes durante siglos han cuidado, vivido y respetado la Amazonía.
Las informaciones tienden a trasladarnos una imagen de selva idílica donde habita en absoluta libertad y armonía solo fauna salvaje y flora endémica. Sin embargo, son más de 400 los diferentes pueblos indígenas, sobrepasando el millón las personas, que viven en este territorio. De alguna forma, es cómo si ardiera en dos semanas una de nuestras grandes ciudades y los medios de comunicación y la clase política solo nos hablase, solo se preocuparán por el estado en el que quedarían edificios, calles y parques de la misma.
Lo cierto es que, una vez más, los intereses económicos de las élites han primado en los escasos, pero unidireccionales análisis, declaraciones y reflexiones. Cierto es también que ha habido honrosas excepciones en esta visión, pero es innegable que cuando los medios y la clase política nos hablan de la Amazonía solo nos transmiten la idea de un paraíso o infierno verde y vacío. Y posiblemente, es en esto último donde una vez más está el quid de la cuestión.
Límpiense sus lágrimas de cocodrilo, dejen de ver la Amazonía como un mercado de beneficios económicos para las élites locales y transnacionales y respeten la existencia de quienes han sabido construir modelos de vida respetuosos con la naturaleza. Saquen unos y otros sus manos de la Amazonía y ésta nos sobrevivirá. De lo contrario, no ya las generaciones venideras, sino nuestros inmediatos hijos e hijas verán morir y desaparecer ese espacio de rica diversidad humana y natural. (Fuente: El Salto Diario).
Pensamiento
“Los daños a la naturaleza son incontables y a lo mejor algunos hasta irrecuperables porque contiene a su interior una gran biodiversidad y está representada por más de 10 ecosistemas de vida” (Rubén Darío Ortiz).
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