Aquellos Años (2015–2019) … Soy migrante en tierras ecuatorianas
En la Venezuela pobre otrora saudita,
sus niños se mueren por falta
de comida y medicinas
Otra paradoja del Socialismo del Siglo XXI
(Reseña 1ra. Parte)
¡Les contaré una
historia (12)!
Pascal decía que el corazón tiene razones que
la razón no entiende. Tal vez sea verdad; tal vez no. Sin embargo, el ser
humano muchas veces se dejar envolver fácilmente por los impulsos insensatos de
la pasión. De otro modo, sería difícil explicar lo que pasa en Venezuela,
fanatismo, populismo o ignorancia. O todas juntas, será.
Sin salida. Es exactamente, así como se
sienten millones de venezolanos todos los días. Vivir es una aventura que puede
ser peligrosa, dependiendo de los rumbos que tomamos. Cuando somos acorralados
por las consecuencias de nuestras elecciones, sentimientos como el miedo, la
angustia y la soledad se apoderan de nosotros y, muchas veces, no sabemos qué
hacer.
Hagámonos juntos esta pregunta Juan Pueblo: ¿Por
qué se mueren los niños en Venezuela?,
el gobierno revolucionario quiere escurrir el bulto y, échale la culpa a las
sanciones, a los yanquis o a la oposición, pero ellos no. Carajo, cuándo vamos
a reaccionar, hasta cuándo vamos a seguir permitiendo esta desgracia.
Seguramente estarás de acuerdo conmigo Juan Pueblo en
que lo más importante y valioso para un niño es tener una alimentación
saludable, salud, cuidado, afecto, educación y oportunidades para
desarrollarse. ¿Está
en peligro el futuro de la nación? El pueblo
tiene derecho a decidir su futuro, pero sin trampas.
Venezuela vive una crisis humanitaria qué si
no es atendida urgentemente, se convertirá en una catástrofe. Los hospitales a
punto de un cierre técnico por la escasez de insumos médicos, la renuncia de
profesionales de la salud y deterioro de la infraestructura. Los niños son los
más afectados por esta crisis, niños enfermos ir a un hospital, lo más seguro
es la muerte, debido a que allí no hay nada para atender a los enfermos. ¡El derecho a la salud
es vulnerado a diario! La salud está en ruinas, aunque el gobierno
socialista intenta ocultarlo. ¡Quieren tapar el sol con un dedo! ¡Y ahora quién
podrá defendernos! Dios hasta cuándo. Creo que los esfuerzos que se hacen, no
son suficientes.
Desde épocas de nuestros abuelos, solíamos
escuchar “los niños son el futuro de nuestro país”, creo que
tenían razón, o la tenían parcialmente, porque los niños de hoy serán el futuro
quienes ejercerán la ciudadanía y, por supuesto, en sus manos estará la dirección
del país. Pero hoy en Venezuela el apoyo integral a la niñez es prácticamente
nulo, la inversión en recursos sociales, para la salud, nutrición y educación,
son escasos, en muchos aspectos no existen. ¡Triste realidad! Para llorar.
¡Que
suba el telón!
- ¿Existirá un sueño,
que un niño en Venezuela pueda cumplir? Caramba amigo Juan
Pueblo, cuando veo a un padre llorar incontroladamente, porque su hijo
murió y, escuchar sus expresiones ¡cómo puede ser esto! Abrazando el ataúd y
hablando en voz queda, ¡Tu papá nunca volverá a verte! ¡Me desgarra el alma!
Quiero compartir contigo caro amigo, un artículo aparecido en el portal web https://enlacejudio.com,
de fecha 21 de enero de 2018, escrito por Enlace Judío México, titulado: “Mueren niños de hambre en Venezuela”.
- ¡Un desamparo en el desamparo!
Así se sienten los niños que deambulan buscando que comer. Allí están negados
hijos de un sistema que prometió velar por ellos. ¡Compartir el dolor hace
menos íngrimas las noches! ¡Ay de tampoco!
El hambre tiene años de acosar a Venezuela. Ahora, está matando a niños a una tasa alarmante,
dicen los médicos de hospitales públicos.
Venezuela se ha estado estremeciendo desde
que su economía empezó a colapsarse en el 2014. Las protestas por la falta de
alimentos a precios accesibles, las insoportablemente largas filas por víveres
básicos, los soldados apostados afuera de las panaderías y las multitudes
enojadas saqueando tiendas de abarrotes han sacudido a las ciudades.
Pero
las muertes a causa de desnutrición han sido un secreto cuidadosamente guardado por el
Gobierno venezolano. En una investigación de cinco meses realizada por
The New York Times, doctores de 21 hospitales públicos de todo el País dijeron
que sus salas de urgencias estaban rebasadas con niños con desnutrición severa,
condición con la que rara vez se toparon antes de que iniciara la crisis
económica.
“Están llegando niños con condiciones muy precarias de desnutrición”,
dijo Huníades Urbina Medina, presidente de la Sociedad Venezolana de
Puericultura y Pediatría. Añadió que los doctores incluso estaban viendo el
tipo de desnutrición extrema a menudo encontrada en campamentos de refugiados
-casos que eran altamente inusuales en la Venezuela rica en petróleo antes de
que su economía se cayera en pedazos.
Para muchas familias de bajos recursos, la
crisis ha redibujado por completo el paisaje social. Los bebés mueren porque es
difícil encontrar fórmula infantil o pagarla, incluso en las salas de
urgencias.
“A veces se mueren en tus brazos, simplemente de deshidratación”,
dijo Milagros Hernández, doctora en la sala de urgencias de un hospital
infantil en la ciudad de Barquisimeto. “Llegan niños con el mismo peso y estatura de un recién nacido”.
Antes de que la economía de Venezuela
iniciara su descenso en espiral, los médicos dicen que casi todos los casos de
desnutrición infantil que veían en los hospitales públicos se debían a
negligencia o abuso por parte de los padres. Pero a medida que la crisis
económica comenzó a intensificarse en el 2015 y 2016, el número de casos de
desnutrición severa en el principal centro de salud pediátrica de la Nación, en
la Capital, aumentó más del triple, dicen los doctores. El año pasado lució aún
peor.
Las estadísticas son impresionantes. En el informe anual 2015 del Ministerio del
Poder Popular para la Salud, la tasa de mortalidad para niños menores de 4
semanas de nacidos se multiplicó por 100, de 0.02 por ciento en el 2012 a poco
más del 2 por ciento. La mortalidad materna había aumentado casi cinco veces en
el mismo periodo.
Durante casi dos años, el Gobierno no publicó
un solo boletín epidemiológico que rastreara estadísticas como la mortalidad
infantil. Luego en abril del año pasado, de repente apareció un enlace en el
website oficial del Ministerio de Salud, que conducía a los boletines no
publicados. Éstos mostraban que 11 mil 446 niños menores de 1 año habían muerto
en el 2016 -un incremento del 30 por ciento en un año- a medida que la crisis
económica se aceleraba.
- ¡Derecho a la vida y al desarrollo
de los niños y niñas en Venezuela! Bueno Juan
Pueblo, esto va mucho más allá de satisfacer sus necesidades básicas, es
brindarles herramientas para que puedan alcanzar sus sueños, para que
construyan una vida saludable, llena de oportunidades y con la certeza de que
no existe nada que ellos no puedan lograr.
- Pero hay una pregunta
que hacer: ¿Qué
estamos haciendo para lograrlo? A lo mejor nada, o casi
nada o simplemente nos conformamos con denunciar. En el portal web www.elnuevoherald.com,
de fecha 9 de febrero de 2018, hay un artículo titulado: “Hambruna en Venezuela: los niños se mueren de hambre”, los créditos son del diputado William Barrientos.
- ¡La ciudad despertó! Pero también
los niños en los contenedores de basura buscando que comer. La ciudad despertó,
pero para él no hay despertar, así despierte. ¡Ni la basura les da nada
completo! ¡Ay de ellos!
El diputado opositor William Barrientos dio a
conocer este video en el que denuncia las condiciones de desnutrición de niños
venezolanos debido a la severa crisis económica que golpea al país, considerado
alguna vez como una de las más prósperas. Según denuncia el diputado, en Venezuela se gastaron 142 mil
millones de dólares en la Misión Alimentación. El nuevo Canal de Panamá costó 10 mil
millones de dólares. El ingreso de niños a los hospitales, por desnutrición
severa aumento 150% en el último año. 9 de cada 10 hogares venezolanos carecen
de recursos para una alimentación balanceada.
La canasta alimentaria para familias de 5
miembros es de 226.462 bolívares y el sueldo mínimo es de 33.636 bolívares
(2016). Escasez de medicinas y alimentos 85%. La inflación en alimentos en 2016 es de 700%. Todos estos
casos son de nuestro país. Es la triste y dolorosa realidad venezolana, uno de
los países más ricos del mundo, con niveles de pobreza y desnutrición muy
elevados, donde nuestros niños y ancianos se están muriendo de hambre.
- ¡Defender el derecho
legítimo de niños y niñas a tener alimentación y medicinas es irrenunciable e
indispensable para vivir! Carajo Juan
Pueblo, pero nuestros niños y niñas en Venezuela se están muriendo, y lo
más arrecho de esto, es que no estamos haciendo nada. Mira Juan Pueblo, en el interior del país, la falta de
suministro regular de alimentos genera complicaciones médicas derivadas
provocando la muerte de decenas de menores, tantos como en todo 2017. Revisemos
un artículo aparecido en el portal web www.elconfidencial.com, de
fecha 12 de marzo de 2019, escrito por Alicia Hernández/Puerto Ordaz, titulado:
“Un niño muerto al día: las víctimas de
la desnutrición en el interior de Venezuela”.
- ¡Bendito sea el niño
venezolano, que no muere porque logro comer algo! ¡Amado sea ese niño que aún
llora!
El centro, conocido como el hospital de
Guaiparo, está en San Félix, un sector de Ciudad Guayana, en el estado Bolívar,
al sur de Venezuela.
Allí, más que contabilizar los ingresos diarios, acumulan fallecimientos. En un fin de semana,
dieciséis niños. En una guardia, cinco. Otro día puede que haya suerte y no
haya ninguno. Sin haber terminado el primer trimestre de 2018, la mortandad
está cerca de las cifras totales de 2017.
Cuando El Confidencial hizo la primera visita
al hospital, a inicios de febrero, una doctora de Pediatría a la que llamaremos
Alexandra, contó que ya había alrededor de 30 niños muertos por desnutrición. Prefiere
mantener el anonimato para evitar represalias. Lleva un registro manual. Un mes
después nos dice que la cifra se ha duplicado. “No tengo totalizado lo último,
porque llevo unos días fuera del hospital, pero en apenas dos meses y medio ya
se deben haber superado
las muertes de todo
el año pasado, que fueron al menos 76”. Una media de un niño muerto al
día.
Alexandra, que lleva una década en el
hospital, dice que siempre
ha visto casos de
desnutrición, ya sea como patología principal o derivada de otras que
llevan al organismo a una mala absorción de nutrientes. “Pero de hace cuatro
años para acá, las cifras van en ascenso. Desde 2017 se ha incrementado
exponencialmente. 2018
será explosivo”, augura.
Susana Raffalli se ha convertido en una de
las voces de denuncia de la desnutrición en Venezuela. Estudió en Guatemala un
posgrado en Nutrición Pública, está especializada en gestión de seguridad
alimentaria, emergencias humanitarias y riesgo de desastres. Hace unos meses
visitó este centro. No
daba crédito. “Cómo es posible que viera tantos signos de desnutrición,
de libro, todos juntos en un solo pasillo de un hospital. Ni en Guatemala o en Haití
vi tanto déficit nutricional junto. Es infernal”.
En el hospital se ven muchos biberones, pero
ninguno de leche. Les dan crema
de arroz con azúcar, mezcla que funciona como complemento, pero no como
único alimento. Un salario mínimo que no alcanza para comprar un cartón de huevos y una hiperinflación
que hace que los precios aumenten cada semana han hecho que cada día se haga
casi imposible comprar una lata de leche de fórmula, si es que se encuentra en el mercado.
Es otra de las cosas que encontró Raffalli,
una emergencia pediátrica con abuelas al cargo. “Las mamás suelen ser trabajadoras sexuales
del Arco Minero. Se embarazan, vuelven a San Félix, paren y
regresan a la mina. Las llaman las baratijas. Ahí es cuando pienso que el Arco
Minero es extremadamente extractivo, que esa tierra está subvencionando con su
oro ese nivel de desnutrición
biológica, social y ética alrededor”.
Bolívar es el estado en el que se encuentra
la mayor parte del Arco Minero del Orinoco, una zona de más de 111 mil
kilómetros cuadrados (un territorio mayor que la isla de Cuba) rica en reservas de oro, cobre,
diamante, coltán o bauxita.
Desde hace años hay grandes extensiones de minería ilegal donde reina la
violencia, la corrupción, condiciones de trabajo en muchos casos de esclavitud
y enfermedades bajo el control de sindicatos del crimen.
- Hablamos de derechos,
pero me hago una pregunta Juan Pueblo, ¿Se están violando los
derechos humanos de los niños y niñas en Venezuela? Cuando
escucho informaciones como esta, en un artículo publicado en el portal web www.el-nacional.com,
de fecha 23 de julio de 2018, titulado: “En
Venezuela corremos el riesgo de perder
a 300.000 niños por hambre”. Carajo oír esto, ¡Desgarra el alma! Pero
¡Vamos bien!
- Fría es la vida, de
un niño que llora porque tiene hambre. Fría son sus noches, cuando se acuesta
sin comer. Podría caber una esperanza para estos niños, ¡Si alguien se lo abre!
¡Ay de tanto!
Leonardo Regnault, diputado de la Asamblea
Nacional, denunció que la desnutrición infantil se ha convertido en un problema
del país que hay que asumir.
"Cada semana perdemos a seis niños venezolanos por hambre
y corremos el riesgo que la muerte nos arrebate 300.000 infantes al cierre del año 2018”,
dijo.
Indicó que el gobierno de Nicolás Maduro
condenó a los niños al hambre y alertó que existen indicadores correspondientes
al año 2009 que ubicaban al problema alrededor de 3,2%, mientras que ahora
supera 16% del total de la población infantil venezolana.
El parlamentario aseveró que 16 de cada 100
niños no cuentan con una nutrición adecuada y explicó que existe una proyección
que revela que este patrón podría superar 26% al finalizar el año 2018.
Regnault instó al Ejecutivo a que haga
alianzas con organizaciones para rescatar a los jóvenes y ayudar a su
desarrollo físico e intelectual.
"A este gobierno le exigimos además que
acepte la ayuda internacional para superar esta terrible crisis y podamos
llevar alimentación a los infantes. La principal riqueza de un país es el capital humano y este debe estar acorde a las condiciones y
necesidades del mundo actual. Por ello debemos abocarnos a alimentar a los
niños y así alcanzar el país de científicos, novelistas, investigadores con que
soñamos”, añadió.
- Para mí, Juan Pueblo la ONU
es un organismo parcializado con el gobierno de Nicolás Maduro, creerle o no
resulta bastante difícil, pero hay que leer las informaciones. En el portal web
https://elpais.com,
de fecha 11 de noviembre de 2018, aparece un artículo escrito por Alonso
Moleiro/Caracas, titulado. “El hambre se
triplico en Venezuela, según la FAO”.
El país fue el que sufrió mayores aumentos en malnutrición en las Américas, de
acuerdo con el nuevo informe de la organización de la ONU para la alimentación.
- La ciudad ignora al
niño que come de la basura. El ignora la ciudad. En cualquier momento se
volverán a encontrar. Reacios, ciudad y niño aceptarán que se pertenecen más de
lo que creen.
Venezuela es el país latinoamericano que
experimentó mayores aumentos en materia de hambre y malnutrición durante el
bienio 2016-2018. Así lo establece el nuevo estudio que esta semana presentó la Organización de Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto al Programa Mundial de Alimentos y la Organización
Panamericana de la Salud. El informe señala además que el hambre en el país
caribeño se triplicó entre los trienios 2010-2012 (3,6%) y 2015-2017 (11,7%).
"Es importante señalar que estas son las mejores estimaciones que la FAO puede producir utilizando los datos
proporcionados por el Gobierno de Venezuela", precisa el documento sobre
la falta de cifras oficiales fiables en este país. "Por lo tanto, lo que
se desea enfatizar es la tendencia, en lugar de los valores absolutos
contenidos en el informe", agrega.
El
nuevo informe de la
FAO sobre la seguridad alimentaria
en Venezuela refleja una de las muchas paradojas de la crisis sistémica que
atraviesa el país caribeño. En 2012, con Hugo Chávez todavía vivo, la misma organización
había otorgado un reconocimiento público al gobierno venezolano por sus avances
en la cantidad y calidad de la ingesta diaria de calorías. La institución
felicitaba a Venezuela “por
haber alcanzado anticipadamente la meta número uno del Objetivo de Desarrollo
del Milenio: reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en 2015”.
Durante aquel año 2012, en el cual hubo unas
presidenciales en las que Chávez logró la reelección, el Gobierno bolivariano
orquestó con aquella certificación de la FAO
un poderoso despliegue propagandístico para alcanzar sus objetivos. Para
entonces, la economía venezolana, apuntalada por los altos precios petroleros,
seguía creciendo, la inflación no tocaba las brutales cotas de alza del momento
actual y el gobierno, apurado por los imperativos electorales, había diseñado
un ambicioso sistema de distribución de alimentos baratos, expresado, sobre
todo, en las bodegas estatales Mercal (Mercados de alimentos) y las Casas de
Alimentación. Ambos programas tuvieron, durante un tiempo, una indudable
penetración en las zonas populares y empobrecidas del país.
Algunas organizaciones especializadas, como
la Fundación Bengoa y el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad
Central de Venezuela, llevaban
tiempo cuestionando el pronunciamiento de
la FAO, alertando sobre
el violento deterioro de las condiciones sociales de la población y el crecimiento del hambre en
Venezuela, uno de los aspectos en los cuales el chavismo tradicionalmente
ha considerado que tiene logros concretos para mostrar. Ni los jerarcas del
oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela ni el gabinete de Maduro se
ha pronunciado sobre el nuevo informe de la FAO.
- ¡Vergacion Juan Pueblo! Los niños se mueren de hambre, existe
algún rechazo que sin duda debe existir, pero parece que nos acostumbramos a
ello, que es peor: al dolor que deambula, al desamparo que nos asalta, a la
inocencia maltratada que camina a nuestro lado, a los niños sin un sueño que puedan
cumplir, a una niñez moribunda, al pequeño sin futuro, al abandono y la
injusticia. Nos hemos
acostumbrado a ello y acostumbrarse es descubrirse insensibilizado. A veces
con sobresalto. A veces no. ¡Si, es un niño que muere! ¡si, es su inocencia vulnerada!
¡Ay de ellos!
- ¡Me desgarró el alma!
La rabia y la impotencia, me obligan a seguir denunciando casos como el que
sigue. Un artículo aparecido el 12 de febrero de 2019, en el portal web www.elobservador.com.uy,
escrito por Margioni Bermúdez/AFP, titulado: Crisis en Venezuela: “Los niños llegan al hospital con los huesitos forrados en piel”. El drama de
las familias que llegan con sus niños desnutridos a los hospitales venezolanos.
- Cuando no tuve que comer,
y moría de hambre en mi infancia … ¿fue infancia la mía?
Huniades Urbina, Presidente de la Sociedad de
Pediatría, afirma que “78%
de la población infantil venezolana está en riesgo de algún tipo de desnutrición”, antes
por la escasez de alimentos y ahora por la voraz hiperinflación. Una lata de
leche para recién nacidos cuesta el equivalente a 21 dólares, casi cuatro
salarios mínimos.
Elder, una pediatra con 32 años de ejercicio,
no recuerda una precariedad semejante. “Los niños vienen (al hospital) con los huesitos forrados en piel, me quedo
espantada”, dice a la AFP.
Abrazando a su bebita, Yamilay, de 29 años,
cuenta avergonzada que pasó su embarazo comiendo arroz o granos regalados.
Asistió a la consulta de médicos cubanos, en un programa del gobierno, pero no
le daban “nada de
vitaminas”.
Su drama, como el de muchos otros, está ahora
en el centro del pulso entre el opositor Juan Guaidó, reconocido como
presidente interino por medio centenar de países, y el mandatario socialista
Nicolás Maduro.
Para Guaidó, es urgente que ingresen
medicinas y alimentos estadounidenses almacenados en Colombia. Pero Maduro lo
rechaza alegando que es el inicio de una intervención militar.
En el hospital de diez pisos donde tratan a
estos niños, la mugre cubre los pisos, el ascensor no funciona y en muchas
habitaciones carteles advierten que “no hay agua”.
“Hay médicos que se han desmayado porque no comen”, cuentan a la
AFP una anestesióloga con 20 años de trabajo en ese hospital.
Maduro niega que haya una “crisis humanitaria” y
sostiene que seis millones de familias pobres reciben el “CLAP”, alimentos que el gobierno vende a precios subsidiados en
medio de la debacle económica.
De los 15 a 20 niños atendidos a diario en el
Central, entre 60% y 70%
llegan con algún tipo de
desnutrición, revelaron a la AFP fuentes hospitalarias.
Un estudio de la organización católica
Cáritas, de noviembre de 2018, estableció que un 57% de 4.103 menores de 5 años evaluados tenían
algún tipo de desnutrición
y 7,3% desnutrición severa. El gobierno no publica indicadores de salud
desde 2017.
- ¡Coño Juan Pueblo! Estoy arrecho y, perdona mi francés, pero
no queda otra, al expresar mi malestar, mi rabia, ante las promesas que nos
hicieran los que proclamaron la “Quinta República”. Nos hablaron en nombre de
nuestros niños, en nombre del futuro, utilizando la palabra poderosa de Carlos
Cerda: “Para eso tenemos
ilusiones, (…). Para
tratar de vivir por encima de lo que seríamos sin ellas”. Han pasado 20 años y estas
expresiones se las llevó el viento. ¡Nuestros niños se mueren! ¡Ilusiones! Coño
cuáles ilusiones. ¡Si se mueren de hambre!
- ¡Caracha negro por
fin! Te fijas Juan Pueblo, la vaina en Venezuela
está grave, y esto lo refleja una entrevista realizada al Cardenal Baltazar
Porras por responsables italianos de Ayuda a la Iglesia Necesitada y publicada
el 23 de marzo de 2019, en el portal web
www.religionenlibertad.com,
titulada: “En Venezuela los niños mueren de hambre como en Siria, aunque aún
no haya guerra”.
El cardenal Baltazar Porras ha denunciado la grave situación
que está pasando la
población venezolana a los delegados italianos de Ayuda a la Iglesia
Necesitada que acaban de visitar el país. Para ello, el prelado basa su
información en el último informe de Cáritas sobre la crisis alimentaria en el
referido país sudamericano.
El 80%
de las familias viven con insuficiencia alimentaria. El 12% de los niños
menores de 5 años están gravemente desnutridos. El consumo de alimentos se ha
reducido a la mitad, al igual que el PIB. La inflación alcanzó el 1.698.488% y
la tasa de desempleo el 27%. Los sistemas de salud y educación se redujeron en
un 60% y un 70%, respectivamente.
Los
niños son las primeras víctimas de esta grave crisis, como consecuencia
del deterioro constante de las condiciones de la población venezolana desde
2016 y especialmente en los últimos meses. "La emergencia más grave la
padecen los niños menores de 5 años - informa Janeth Márquez, Directora
Ejecutiva de Cáritas Venezuela, reunida en Caracas con una delegación de Ayuda
a la Iglesia Necesitada encabezada por el Director Alessandro Monteduro, el 12%
de ellos están gravemente desnutridos y en algunas zonas el porcentaje aumenta
al 18%. Las últimas estadísticas disponibles muestran un aumento de la
mortalidad infantil del 33% entre 2015 y 2016".
Ante esta dramática situación, el Cardenal
Porras ha lanzado una llamada: "Es importante que la situación en Venezuela, percibida por muchos como
un país rico por la presencia del petróleo, sea conocida en todo el mundo.
Porque sólo el gobierno se beneficia de esta riqueza, no el pueblo. Es hora de
que los estados europeos se den cuenta de que la situación aquí es tan grave
como en Siria, aunque aún no haya guerra".
- ¡Dramático y trágico Juan Pueblo! En la Venezuela que sobrevive a veinte
años de expoliación y saqueo socialista, los niños se mueren de hambre. Los
“Herodes” de la pobreza, la enfermedad, la ignorancia y la inseguridad siguen
haciendo estragos entre los más pequeños, los más débiles, mientras los gorilas
chavistas se aferran aun al poder para frenar los cambios que traigan justicia,
paz y bienestar a los niños venezolanos.
¡Que
baje el telón!
This
story will continue.
¡Un
apunte final…!
El lapso que comprendió la enfermedad y
muerte de Chávez, y la llegada al poder de Nicolás Maduro, vino acompañado de
una grave crisis cambiaria que produjo una costosa sangría de divisas al país.
Los programas sociales expresados en las bodegas de Mercal se derrumbaron y
desaparecieron entre las coimas y la corrupción desenfrenada. Muchos alimentos
importados comenzaron a descomponerse en las aduanas y puertos. La decisión de
Maduro de radicalizar el modelo político chavista produjo el histórico derrumbe
de la economía venezolana, que se ha expresado en una contracción del 44 % del
Producto Interno Bruto entre 2014 y 2018.
Aunque jamás ha dejado de ser un problema que
genera inquietudes y polémicas, la desnutrición y el hambre no habían ocupado,
en términos históricos, un lugar especialmente protagónico en el radar de
preocupaciones inmediatas del venezolano promedio en los estudios de opinión.
En los mejores tiempos de Chávez este punto incluso había desaparecido del
listado de preocupaciones inmediatas de la ciudadanía, aquejada
tradicionalmente por otros asuntos, como la seguridad ciudadana, los servicios
públicos y el desempleo. (Fuente: Alonso
Moleiro/Caracas, 11 de noviembre de 2018).
Pensamiento
Cuando el Estado se hace dueño de la
principal riqueza de un país, corresponde preguntarse quién es el dueño del
Estado (Eduardo
Galeano).
Blog
Hoja 109
Las cifras son tan atroces que ni siquiera pueden ser maquilladas por el régimen.
ResponderEliminarEsa comparación que usted hace acerca del costo del nuevo tramo del canal de Panamá (10 mil millones de dólares comparado con los 142 mil millones de la Misión Alimentación) revela que ese dinero ha ido a parar a los bolsillos de la nomenclatura del régimen...¡Terrible!
En otro orden Profe ¿Por qué es que nunca visita el blog tigrero? Recuerde que estoy a la orden por allá y que cada mes subo una entrada...Dios lo bendiga y en contacto
Gracias por tus comentarios. Es terrible la situación de nuestro país, cada vez que profundizo las investigaciones, quedo perplejo ante el daño que se le ha causado. Siempre visito tu blog, disculpa por el tiempo. En este momento estoy haciendo un curso de "Cómo escribir un libro", interesante. Tengo un libro casi terminado sobre mi autobiografía, su titulo: "Destino de un niño negro", espero pronto enviarte una copia para oir tus sugerencias. Cordial saludo amigo.
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