Aquellos Años (2000-2009)…Relatos cortos de gente de mi pueblo (V)
Los sueños
de un pescador
Pausides es un campesino pescador de Codore de
la Playa, fue de los primeros amigos que logramos hacer, Felicia su esposa una
mujer morena, delgada, piel canela y un cutis de envidia parece que la sal y el
sol se confundieran en ella. Siempre preocupada por atendernos, a veces no tenía
ni café para invitarnos, situación difícil para esa gente que lucha en el
desierto. La pesca a veces buena a veces dura, no hay y si hoy no pesca la
gente no come. Pausides es un pescador que pudiéramos llamar independiente, tiene
su lancha y con él trabajan dos o tres campesinos más de allí de la comunidad,
la faena es dura, porque el intermediario es el que al final tiene la última
palabra, compra cómo le da la gana, aplica él toma o lo dejas, jodete. Pausides
es un hombre inquieto, no conformista, lo he visto trabajar la mecánica en su
motor fuera de borda, andariego cuando se trata de buscar un repuesto; Y,
colaborador en lo que puede ayudar. Tiene con Felicia cinco hijos, la mayor una
señorita estudia bachillerato y participa con nosotros en los trabajos
comunitarios que realizamos. Desde el 15 de julio de 2005, debido a los embates
del huracán Emily, Pausides y Felicia son damnificados, junto a su familia
habitan en condiciones precarias en una escuela de la comunidad. Quedaron sin
parte de la vivienda a consecuencia de los fuertes vientos que azotaron a
Codore de la Playa, la casa quedo sin techo y la base de la estructura
compuesta por listones de madera se dañó completamente. Nuestra preocupación,
es que duermen en el piso sobre todo los niños, no tienen recursos ni ayuda
manifiesta de las autoridades municipales. Mi sueño es que podamos ayudar a una
persona que queda en la indigencia, un llamado de solidaridad no solamente al
gobierno municipal sino a los amigos. ¡Qué vida queremos vivir los
venezolanos!, cuando oímos hablar sobre, ¿Queremos acabar con la pobreza?,
demos poder a los pobres; Yo digo, ¡Es esto un sueño!, van a aliviar la pobreza
y el hambre, poder para los pobres, que ironía, si los pobres no participan en
las decisiones que modela la vida social, ¡Cuál vida!, ¡Ah!, el intermediario
rico, gordo, forraos en cadenas de oro que le da de bofetadas al pobre, y nadie
dice nada. Esa es la vida en estos pueblitos campesinos, pero seguimos soñando,
que algún día podamos tener una Cooperativa
de pescadores, no de papel o dirigida por grupos que lo que buscan es para
ellos, sino una Cooperativa donde podamos trabajar todos buscando protección
social para las familias de esos pescadores, donde así veríamos coronadas todas
esas aspiraciones de justicia social. ¡Unidos
todos por el bien común! Les seguiré echando cuentos de gente de mi pueblo.
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