Aquellos Años (1974-1977)…Adiós caminos del Llano, no sé si algún día los volveré a recorrer.
Como han pasado los años, las vueltas que daría
la vida, pero hoy tenía que recordar. En aquella época (año 73-74) para ir de San Fernando de Apure a Achaguas, la carretera un terraplén
de tierra polvoriento llena de huecos, que se tragaban los vehículos, teníamos
que transitar abajo por los costados, se levantaban unas nubes de polvo
horrible, hacia atrás no de veía nada. Pensar dos veces antes de tomar nuestro
rumbo, nos deteníamos en Biruaca o Biruaquita, debajo de un “Matapalos” nos tomábamos unas tres o
cuatro cervezas; y ahora sí, a transitar aquella carretera, sol y calor y que
más. No era fácil.
Son los momentos vividos los que no
regresan, pero vale la pena recordar. Mi
memoria viaja a través del tiempo, y trae como evocación dos personajes que
conocí en el Estado Apure. Uno su nombre no lo recuerdo por ahora, pero su
apellido era Galindo, lo conocí en el Proyecto MAC-FAO-VEN 17; y el otro era el
Dr. Valeriano Moreno, otorrinolaringólogo con sus estudios realizados en
Francia, lo conocí en la organización de la Feria Agropecuaria de San Fernando de Apure.
Del primero podemos decir que es un
personaje muy peculiar, llegó al Llano específicamente Achaguas, Mantecal y el
Gran Capanaparo y otras regiones del Estado Apure como fumigador de la Dirección de Mariología y Saneamiento Ambiental de los años
1950-1960. Hombre astuto, el Capanaparo era habitado por indígenas que tenían
su propio dialecto para comunicarse; pues bien Galindo aprendió el dialecto de
los residentes de la zona y él se podía comunicar tranquilamente con ellos.
Estos lugareños eran dueños de grandes extensiones de tierras, donde apacentaba
ganado y la agricultura que mantenían como el cambur topocho, la yuca, algunos
frijoles, etc. Sucedía en los hatos del Llano que las casas se hacían en
idéntica forma a como las hicieron hace varios siglos los primeros moradores de
la región, y salta a la vista que estas construcciones no libran al habitante
de la llanura de las enfermedades que, año tras año, habían venido diezmando la
población de esas históricas e historiadas regiones. Esto dio como resultado
para la época, que técnicos competentes y especializados en la materia estudiaran
cuidadosamente el problema, hasta crear un tipo de construcción adecuado a esas
regiones, fue de mucha importancia que las casas de los hatos llaneros se
organizaran convenientemente, con tela metálica que proteja a los que en ellas
se alojaban de la picadura de mosquitos, especialmente del Anofeles, trasmisor
del paludismo. Además, siendo la casa de palma, un gran fomentador de la
enfermedad de Chagas, la lucha era librar al llanero de esa calamidad, la
sugerencia era que “embarraran” la palma, la pinten y que usaran
sistemáticamente el D.D.T. contra los insectos. Con el pasar de los años se desatendieron importantes
programas como los
adelantados por la Dirección de
Mariología y Saneamiento Ambiental, vanguardia y referencia académica
internacional con su Escuela Internacional de Mariología, y cuyo progresivo
desmantelamiento ha llevado a la reaparición de algunas enfermedades que habían
sido erradicadas, como el dengue, que para el año 2010 aumentó en un 85% y la
malaria en 138%, según cifras oficiales. Y sigamos con nuestro personaje, mi
“amigo” Galindo, este señor enamoro y posteriormente se casó con la hija del
cacique de la tribu, nunca la quiso, me lo refirió la propia esposa con la cual
mantuve una bonita amistad, tuvieron varios hijos, fui amigo del hijo mayor. Todo fue interés por las extensiones de
tierra, a través de este matrimonio él se convirtió en un acaudalado ganadero
de la zona; los peones de campo eran indios que no hablaban el español, solo él
se entendía con ellos y los salarios que les tenía eran baratijas prácticamente
sin ningún valor, Galindo era un explotador. Triste realidad, cuando uno se
encuentra con estas situaciones, la pregunta es ¿seguirá pasando esto en el Llano?,
quien sabe.
Años de anécdotas y recuerdos, me contaron productores amigos de Galindo, que Galindo era “ave de mal agüero”, refieren que hubo
un accidente aéreo en el Capanaparo, se estrelló una avioneta donde viajaban
los PTJ que iban a realizar una investigación de un homicidio perpetrado en la
zona, Galindo como conocedor de la misma iba como baquiano. Sucede y acontece,
que todos los policías murieron en el accidente y Galindo quedo guindando en la
copa de un árbol. Posteriormente se nombra otra comisión, la avioneta sufre
fatal accidente, todos los ocupantes mueren y Galindo que viajaba como baquiano
salió ileso. Ahora viene lo llamativo de la historia, se disponen un grupo de
pasajeros a viajar desde San Fernando a Caracas, todo bien, no hay problema,
hasta que descubren que Galindo es uno de los pasajeros que viajaría.
Inmediatamente, la gente se dirige hacia la aerolínea, y les comunican que si
Galindo viaja ellos no. A este señor en cuestione de volar le tenían miedo,
pacto con quien, no sé. Ave de mal agüero: Persona que se considera como portadora de
desgracias.
En Latinoamérica, existen cabañas (Centros
de recría) que hacen publicidad de su sangre pura Guzerá; otras, como las que
crían el Red Brahman (Brahman
Colorado o Rojo) no ocultan la infusión de sangre Gir, y también las hay que
han recurrido públicamente al Indubrasil para aumentar el tamaño y la
rusticidad. Pues hablaremos del “Centro
de Recría” de Brahman Rojo que
tenía el Dr. Valeriano Moreno a las riberas del río Apure. Para llegar a dicho
centro, había que hacerlo a través del río navegando en una embarcación fuera
de borda o en avioneta. Les cuento la finca tenía su aeropuerto. Los Brahman
responden a un gran volumen corporal, con intenso desarrollo óseo y muscular,
sobre todo de sus cuartos posteriores, y dan la impresión de precocidad y
fortaleza física. Tiene cabeza ancha y corta, de perfil recto; orejas más
grandes y pendulosas que el Nelore; cuernos similares a los de esta raza; cuello
corto y musculoso, que sostiene alta la cabeza; cuerpo compacto, macizo, con
tendencia a ser ancho, profundo y corto, con líneas parejas y de gran barril;
giba voluminosa y semejante a la del Nelore; manos y patas cortas, con huesos
espesos; cola más gruesa, aunque de iguales características; cuero más suelto,
colgante, y con gran prepucio y ombligo; pelos corto, lacios y brillantes, de
tacto suave. Su apariencia es de mansedumbre; son tranquilos y hasta
linfáticos, pero conservan los instintos materno y gregario propios del Cebú.
El Brahman ofrece excelentes cualidades de resistencia y de adaptabilidad en
áreas tropicales, y prospera sin dificultad cuando las condiciones no son
extremas. Este bosquejo sobre la raza, fue extraído del libro “Ganadería Tropical”, Tomo I y II,
autor Mauricio B. Helman, primera edición, editorial El Ateneo, 1969, Buenos
Aires.
Dada la importancia de la industria
pecuaria en el país, el Ministerio de
Agricultura y Cría consideró una
necesidad indispensable, la reorganización del “Registro Genealógico Pecuario (Herd-Book) Venezolano”, con el objeto de llevar la relación detallada de la
ascendencia y descendencia de los ganados de pura raza y los de sangre mejorada
que se introduzcan al país, con el fin de fomentar nuestra ganadería en todas
las especies. El Despacho dictó la Resolución
Nº Gan-175 del 7 de julio de 1958,
por la cual promulgó el nuevo Reglamento de Servicio de Registros Genealógicos,
dependientes de la Dirección de Ganadería, División de Industria Animal,
Sección de Registros Ganaderos.
Los ganaderos poseedores de reproductores
nobles, pueden acreditar la pureza de sangre de éstos, así como la de su
progenie; al mismo tiempo valorizar los animales al presentar una documentación
Oficial. Esto permite la afiliación auténtica para casos en que ellos se
requiera, como: Exposiciones y Concursos Ganaderos y cualesquiera otros actos
en que se exija probar la identidad y ascendencia y en algunas ocasiones hasta
records individuales de producción. Para recurrir a las Exposiciones
Agropecuarias, que anualmente celebraba el Ministerio en diferentes localidades
del país, era indispensable que aquellos criadores que inscriban reproductores
puros o de sangre mejorada, presenten los correspondientes “Certificados de Registro”, que expedía el Ministerio y en los
cuales están contenidos los datos que acreditan la pureza de sangre de cada
animal. Para los efectos de que se conociera este Reglamento, el Ministerio de Agricultura y Cría pública en
1960, los “Requisitos de
Admisibilidad para Inscripción de Animales en los Registros Genealógicos”, que fue elaborado con la colaboración de
Walter Dubuc Marchiani, Héctor de Armas, Josué E. Rosales U., Miguel A.
Granados M., Alí López B. y la compilación y preparación de Rafael Salom.
Terminada la feria de San Fernando,
inmediatamente comencé a trabajar como asesor del “Centro de Recría” en cuanto al manejo de la finca ganadera y el
programa de inseminación artificial. Observar las vacas que fallan en llenar su
cometido, encontramos unas que necesitan varios servicios del semental para
quedar preñadas; otras que abortan y otras que vienen en celo cuando se está
esperando que empiecen a llenar ubre. Para evitar estos serios problemas y
garantizar una alta eficiencia en el Centro, se recomendó implementar un
programa de “Inseminación Artificial”.
El Centro contaba con un práctico inseminador que había sido adiestrado
cuidadosamente, la eficiencia del práctico se determinaba a base del por ciento
de vacas preñadas. Las vacas eran observadas tres veces al día para síntomas de
celo.
El semen era adquirido en “Protinal Valencia”, que estaba ubicada
en la Zona Industrial Valencia, Estado Carabobo. El termo para el
almacenamiento de semen tenía una capacidad de 18 o 20 litros no recuerdo bien;
el llenado del termo de nitrógeno líquido lo hacía en Caracas; luego venía a
Protinal a comprar las pajuelas de semen importado de Brahman Rojo. El vehículo
de trabajo que yo tenía era un Volkswagen
“escarabajo” en el que me trasladaba desde Caracas donde residía a San Fernando
de Apure; el termo lo colocaba en el asiento trasero bien amarrado. Pero
sucedió algo inesperado en uno de los viajes que transportaba el termo con el
semen, un vehículo que venía en contra mano me quito la derecha y tuve que
virar hacia el cerro, el vehículo quedo muy afectado, pero pude regresar a
Caracas. Hasta allí me acompaño mi escarabajo. Dado que las travesías eran muy
largas y las ganancias muy pocas, opte por aceptar el trabajo que me ofrecían
en BANDAGRO.
Años de anécdotas y recuerdos, periódicamente visitaba el Centro en compañía del Dr. Moreno, ya que
teníamos que ir en la avioneta. En el último viaje recuerdo yo, estábamos por
despegar y observo que él aceleraba la avioneta y la movía hacia los lados; eso
comenzó a preocuparme y le pregunto, está pasando algo, y me dice si, tenemos
un caucho vacío, no podemos despegar así. Inmediatamente por radio se comunico
con el “Aeroclub de San Fernando” y
al rato llegaba una avioneta a auxiliarnos, traía otra llanta de repuesto. Se
la colocaron y pudimos despegar tranquilamente. Una vez que aterrizamos en el
aeropuerto de San Fernando, le pregunte, qué hubiera pasado si hubiéramos
despegado en esas condiciones, me contestó, la avioneta derrapa sobre la pista
o sea se desvía lateralmente de la dirección que lleva, sin saber las
consecuencias. Allí, me asuste un poco, pero dije seguiré viajando en avioneta,
total como decía mi abuelo “uno no se
muere la víspera”. Ni a mi “amigo”
Galindo, ni al Dr. Valeriano Moreno los volví a ver, los recordaré siempre como
parte de mi vivencia en el Llano.
Años de anécdotas y recuerdos, bueno es recordar,
viajar en el tiempo, poner a prueba mi memoria. Cuando probé por primera vez el
“Sancocho de Curito”, sudé frío. No
sabía que el Curito que es un pez, tiene propiedades afrodisiacas. De esta
experiencia, tengo una anécdota, fuimos invitados a una reunión en una finca,
el esposo era médico y ella era la inspectora de tránsito para ese momento en
San Fernando de Apure, la señora cuando se prendía o sea los tragos comenzaban
hacerle efecto, la señora se enamoraba; y esa noche la agarro conmigo. Me
invitaba a comer el sancocho, y me decía que comiera más, etc., mis amigos que andaban
conmigo al darse cuenta me explicaron la situación, inmediatamente abandonamos
la finca. Nunca más supe de ellos. Y un día me despedí sabiendo que jamás
volvería a pisar esas tierras, de Achaguas
guardo recuerdos imborrables.
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Hoja 036
Curiosas anécdotas, es bueno paseare por la historia de un país por mediocde sus curiosidades las costumbres y tradiciones de la gente que lo habitaban
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