Crónica de un país en crisis (III)
Venezuela se quedó sin comida y medicinas, está es una de las crisis considerada la más grande de la historia
republicana, una crisis dramática para los venezolanos. Lo que paso el 27 y 28
de febrero de 1989, el mal llamado “Caracazo”; no se compara a lo que vive día
a día el país, protestas, saqueos y paremos de contar. El pueblo lleva 18 años
esperando un cambio, hoy hablamos de hambre estructural, se creía que esto se
había superado, pero no, hemos ido de “Guatemala” a “Guatepeor”. ¿Quién se
atreve a negar hoy que la cuarta era mejor?, yo creo que nadie, saben porque,
por la escasez que vivimos: no hay agua, no hay luz, no hay comida, no hay
medicinas, no hay, no hay, no hay.
Venezuela en los actuales momentos está sumida en una profunda crisis
económica, política y humanitaria. El estancamiento de la industria de
alimentos, por falta de divisas y de la producción nacional, ha hecho que la
población dependa de la bolsita de comida que vende el gobierno, produciendo así
una desnutrición en la población, sobre todo en los niños. Pero que dice
nuestra carta magna en relación a la “Seguridad
Alimentaria”; revisemos un poco lo
que contempla el artículo 305 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (CRBV), textualmente
establece que: “El
Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del
desarrollo rural integral, y en consecuencia garantizará la seguridad
alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y
estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a
éstos por parte del público consumidor. La seguridad alimentaria se alcanzará
desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose
como tal la proveniente de las actividades agrícolas, pecuaria, pesquera y
acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental al
desarrollo económico y social de la Nación”. En base a esto se promulgo la “Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria” (LOSSA), que en su artículo 4,
establece que: “La soberanía
agroalimentaria es el derecho inalienable de una nación a definir y
desarrollar políticas agrarias y alimentarias apropiadas a sus circunstancias
específicas, a partir de la producción local y nacional, respetando la
conservación de la biodiversidad productiva y cultural, así como la capacidad
de autoabastecimiento priorizado, garantizando el acceso oportuno y suficiente
de alimentos a toda la población”. Aquí estamos hablando de garantizar la
soberanía agroalimentaria y establece las acciones que hay que cumplir para poder
lograrlo. Esta misma ley, en su artículo
5 establece: “La seguridad
agroalimentaria es la capacidad efectiva que tiene el Estado, en
corresponsabilidad con el sector agroalimentario nacional, para garantizar a
toda la población, la disponibilidad, acceso, intercambio y distribución
equitativa de los alimentos de manera estable, que aseguren las condiciones
físicas y emocionales adecuadas para el desarrollo humano integral y
sustentable, considerando el intercambio, la complementariedad y la integración
económica entre los pueblos y naciones como elemento esencial que garantiza el
derecho a la alimentación”. Y establece los objetivos que hay que lograr para
garantizar la seguridad agroalimentaria. Este Decreto con Rango, Valor y Fuerza
de Ley Orgánica respondía además a precisas justificaciones desde todos los
ámbitos de acción del Estado venezolano: social, económico, jurídico y político
territorial. Que ha pasado con esto, no se ven los logros por ningún lado.
Habrá fracasado la política agroalimentaria del gobierno, analicemos pues esta
situación. La creación de “Empresas de
Producción Socialista (EPS)”,
fueron creadas con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de
alimentación, vivienda, salud y educación. Eran empresas de propiedad
colectiva, que buscaban ayudar en el abastecimiento de alimentos para el pueblo
venezolano, y así responder a la demanda del mercado con precios solidarios. La
organización del trabajo era de forma mancomunada, para incorporarse a la
producción social a través de los proyectos de los núcleos de desarrollo
endógeno. La idea era buena, pero, ¿por qué fracasaron estas empresas
socialistas? La periodista Grisell
Bolívar en su artículo “Empresas
Socialistas ¡Éxito o Fracaso!, (Aporrea, 09/03/2016), explica que tal vez,
su fracaso se deba, entre otras razones: 1) Gerencia ineficaz. 2) Falta de
supervisión 3) Falta de seguimiento en la otorgación de créditos. 3) Personas
colocadas en cargos gerenciales por tráfico de influencia, sin experiencia o
desconocimiento del desarrollo de la empresa. 4) La corrupción inminente de
algunos trabajadores públicos. 5) Sindicalismo con intereses contrario a la
revolución. 6) Impunidad para los compatriotas que han desviados su conducta
moral y principios socialistas. Puede ser, lo cierto es que fracasaron y ahora
el pueblo tiene hambre. Y pudiéramos citar y comentar, otras empresas e
instituciones que tienen que ver con la seguridad agroalimentaria, tal es el
caso de “Las empresas Pedro Camejo; El Fondo para el Desarrollo Agrario
Socialista (FONDAS); El Banco Agrícola; Misión Agro Venezuela; Las empresas
Mixtas del Alba (EMA) creadas para garantizar la soberanía agroalimentaria, de
estas se tiene: Avícola el Alba, Arroz el Alba, Porcinos el Alba, Leguminosas
el Alba, Lácteos del Alba, Pescalba entre otras. Todas estas empresas no han
producido lo que se esperaba.
Angie
Contreras C.
en su artículo “Modelo agroalimentario
socialista sin resultados exitosos”,
El Universal, 28 de abril de 2014, expresa lo siguiente: “El Ejecutivo nacional
sostiene que el modelo económico y productivo que ha desarrollado en los
últimos 11 años es exitoso. En materia alimentaria son escasos los logros que
hasta ahora puede exhibir. Desde 2004 el Gobierno ha tejido una enorme
infraestructura agrícola e industrial que poco aporta al mercado nacional”. “Ante
los altos niveles de inflación y escasez que registra el país desde el año
pasado, la presión por estabilizar el abastecimiento ha recaído sobre el sector
privado, sin considerar que las empresas públicas son igual de responsables.
Según datos oficiales, el Gobierno atiende las necesidades alimentarias de 64%
de la población”. “La importación de alimentos y materias primas, a través de
CASA creció 51,4% en 2013. En contraposición, la producción de las empresas
socialistas estuvo afectada por escasez de insumos, materiales y equipos;
déficit de financiamiento; exceso de personal en nómina; conflictividad laboral
y, en algunos casos, corrupción”. Hay una gran diferencia entre “tratar” y “lograrlo”, con todo lo que hemos visualizado hasta ahora podemos
decir que trataron, pero, que vaina que siempre hay un pero, no lo han logrado
y ni lo lograran nunca mientras mantengan el modelo económico vigente.
En una entrevista realizada al economista
británico Etephen Devereux por el “The Huffington Post” y publicada en
parte por el “Diario La Razón” con fecha 2 de julio de 2016; El experto compara la situación
nacional con lo que ocurrió con países como Corea del Norte, que tenía una gran
escasez en los años 90, debido a la intervención excesiva del gobierno
en la economía. “Venezuela parece haber pasado de ser una economía de libre
mercado a una economía controlada. Hay una grave crisis alimentaria en
Venezuela porque el gobierno interfirió en la producción agrícola y el
comercio, además del racionamiento de electricidad y agua”.
Todas estas intervenciones hacen que sea
difícil acceder a los alimentos, no haya suficiente producción y la gente
no pueda comprar comida, añade Devereux. “Se importa a precios de mercado
negro exorbitantes que las personas no pueden permitirse, por lo que ahora hay
mucho desorden por conseguir alimentos”.
El economista asegura que, a corto plazo, “la situación parece bastante mala”. La solución estaría en las
decisiones políticas, como permitir a las empresas cobrar precios por encima de
sus costos de producción y así potenciar los incentivos. “El gobierno tiene que admitir que necesitan ayuda”.
Devereux afirma que “Venezuela puede
tener que pasar por un proceso de ayuda de emergencia y de recuperación
hasta que la economía se estabilice y los cambios de política necesarios
pueden realizarse”.
Sobre el tema de la escasez de alimentos y
medicina, hay bastante tela para cortar, por lo tanto en una próxima entrada
sobre “Crónica de un país en crisis” estaremos analizando la situación real de
lo que se vive en Venezuela. Quiero terminar, haciendo énfasis en una
publicación de “Noticiero Digital”
de fecha 26 de julio de 2016, del periodista Vladimir Villegas ¡El
Socialismo “llegó a su llegadero”!, se refiere a las colas, el
desabastecimiento y el empobrecimiento colectivo que afecta al país y aseguró
que “en Venezuela se evidencia una realidad que se pensaba que era una
leyenda”. A través de un artículo titulado “El muro de San Antonio” publicado
en su página en Facebook, el periodista aseguró que “el liderazgo convirtió al
socialismo en una mala palabra, en sinónimo de limitaciones, privaciones,
carencias de bienes fundamentales”.
“El
socialismo del siglo XXI llegó a su llegadero. Se transformó en frustración
para los ciudadanos”, enfatizó.
Villegas expresó en su artículo que el
socialismo “se volvió un caos, una inmensa frustración”.
“Murió de mengua en las colas, en la
desesperada búsqueda de alimentos y medicinas. En el profesional que busca en
otras tierras las oportunidades que aquí se les niega. En el niño que va a la
escuela sin su desayuno. En el paciente que clama por un tratamiento médico que
no encontrará”, concluyó.
Y me despido con esta reflexión, “Mirar
atrás, no para volver, sino para observar que tanto hemos avanzado en el
camino”.
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Hoja 030
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