Crónica de un país en crisis (I)

Quién observe la situación actual de Venezuela sin la emoción que genera la disputa política no tendrá mayores dificultades en admitir que el país se encuentra sumergido en una crisis de dimensiones desconocidas hasta ahora. Para hacer un análisis de la situación actual, voy a tomar como referencia varios trabajos; uno es el libro escrito por Miguel Ángel Núñez “El Reto al Hambre” (Universidad de los Andes, 1990), sobre todo el capítulo de “Para que criticamos al Estado Venezolano”. Al profesor Miguel Ángel Núñez lo conocí en la década de los 80; Profesor universitario, hombre de izquierda y para ese momento directivo del IPIAT (Instituto para la Producción e Investigación de la Agricultura Tropical). “Para el común venezolano, su Estado es ineficiente, despilfarrador, inconsecuente e improductivo, mal planificador y corrupto. Esta imagen reforzada por poderosos medios de comunicación empresarial, por asociaciones de vecinos, algunos gremios de trabajadores e intelectuales, profesores universitarios, cobra fuerza cuando el mismo Estado comienza a dejar de ser generoso por la merma de los precios del petróleo y las imposiciones financieras de los compromisos con el capital internacional”. La considerable riqueza del Estado Venezolano le permitió la generosidad de disponer de suficientes recursos, entre otras cosas para cubrir la demanda del sector privado, manteniendo por décadas un tipo de cambio (Bs. 4.30) permitiendo su capitalización. A partir de los inicios de la década de los 80, cuando se comenzó a sentir la crisis socio-económica integral venezolana, en la cual los recursos financieros del Estado descendieron, el mismo pierde el potencial económico dejando de ser generoso, botarate y populista. A raíz de todo esto; comienzan los análisis, estudios e investigaciones, donde se demuestra que el Estado Venezolano es: 1) Excesivamente centralista que concentra mucho poder en manos del Presidente; 2) mal administrador de los inmensos recursos que recibe no sólo en la justicia social, sino también en la equidad y eficiencia económica; 3) ineficiente, por cuanto no proporciona las “garantías económicas”, establecidas desde 1961; 4) ineficaz en el manejo de los recursos y no proyecta una distribución justa y equitativa de los ingresos-riqueza; 5) paternalista y clientelista (responsable de la corrupción); 6) exageradamente intervencionista en los mecanismos de regulación, lo cual hace ineficiente los sistemas productivos de los que el mismo Estado ha impulsado y consolidado: las empresas privadas. Todos estos estudios descubren que es necesario reformar el Estado integralmente tanto en lo político como lo económico. En el fondo se trata de aspirar una nueva formación social apegada, subordinada a la realidad social. Acabamos de analizar someramente la realidad de los 80; Tras la fuerte caída de los precios del petróleo en los 90, y con la llegada de Hugo Chávez al poder, la idea de la austeridad y la prudencia fiscal estaba bien instalada en la opinión pública. Ernesto J. Tovar/Universal, Enero 19 de 2014, publica algo interesante para los venezolanos “Venezuela falló en ahorrar los excedentes de la renta petrolera”, donde expresa que “A mediados de 1999, con Jorge Giordani como ministro de Planificación, se activó el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM) para ahorrar. En ese entonces Giordani dijo que el Gobierno de Chávez aplicaba "el criterio de ahorro de las ardillas, que guardan nueces para momentos en que no consiguen alimento". Ahora veamos, ¿Qué es el FIEM? El Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM) administrado por el Banco Central de Venezuela, con el único propósito de ser fondo receptor del exceso de los ingresos que recibe el país cuando el precio del barril de petróleo es mayor al precio que se estima (planifica) en el presupuesto nacional cada año. Su objeto “es contribuir a la estabilidad de los gastos del Estado, tanto nacional, estadal como municipal, frente a las fluctuaciones de los ingresos ordinarios”. Este Fondo fue creado en el año 1998 por el Ex Presidente Rafael Caldera (+). Éste fondo lo reforma el ex-presidente Hugo Chávez (†) en el año 2003, y el nuevo nombre es: Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM).
Ernesto J. Tovar (2014) continúa analizando la situación del FIEM ahora convertido en FEM; fue así como en diciembre de 2001 el FIEM contaba con 7.100 millones de dólares. Pero en 2003, tras la huelga general de dos meses de duración, el Gobierno utilizó el FIEM para cubrir el presupuesto. Se retiraron más de $6.000 millones y el FIEM quedó con $700 millones. En los años sucesivos, mientras el FIEM pasó a llamarse FEM (Fondo de Estabilización Macroeconómica), el Gobierno incumplió los aportes de ahorro a la par que creaba otros fondos para gasto. En 2005 la Ley del BCV fue reformada y por esa vía se creó el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN), que desde ese año ha recibido 110.000 millones de dólares, recibidos del ingreso petrolero de PDVSA y el BCV (que también obtiene los dólares de PDVSA).
Durante esos 10 años de bonanza petrolera (2004-2014), nuestro período de “vacas gordas”, se hizo poco por diversificar la economía o ahorrar, al contrario, una de las principales políticas de la revolución fue atacar al sector privado, echar mano indiscriminadamente a las expropiaciones, estatizar empresas y profundizar la dependencia del extranjero mediante un aumento descontrolado de importaciones de todo tipo, sobre todo alimentos. En un ambiente económico cerrado, con control de cambio, amenazas al empresariado, control de precios e inseguridad jurídica, es poco lo que puede hacerse para dinamizar la economía (Jonathan Planchart L/Diálogo Político Magazine, junio 16 de 2015).
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) su artículo 321 reza textualmente así: "Se establecerá por ley un fondo de estabilización macroeconómica destinado a garantizar la estabilidad de los gastos del Estado en los niveles municipal, regional y nacional, ante las fluctuaciones de los ingresos ordinarios. Las reglas de funcionamiento del fondo tendrán como principios básicos la eficiencia, la equidad y la no discriminación entre las entidades públicas que aporten recursos al mismo."
Y llego el momento que no deseábamos, la falta de liquidez y precio del barril de petróleo por debajo de $ 40.00. Jonathan Planchart L (2015), continúa expresando: Ahora, cuando empiezan la época de las “vacas flacas”, el país que durante 10 años iba por el mundo financiando hospitales, carreteras y vendiendo petróleo barato en otros países ahora se encuentra en una situación comprometida con la baja de los precios del crudo. La prudencia y la sabiduría en el manejo de la economía se hicieron a un lado durante el período de las “vacas gordas”.
Jonathan Planchart hace una interesante pregunta, que jamás tendrá una respuesta sensata por los vientos que soplan actualmente en nuestro país, ¿Qué hubiese pasado en Venezuela si se hubiese usado la bonanza petrolera para incentivar el agro, la inversión extranjera, la producción de bienes y servicios, la hotelería y el turismo como fuentes alternativas para la obtención de divisas?.
Finalmente, Yoskira Cordero (2016) hace una interesante pregunta: ¿Dónde están los dólares del FEM, fondo petrolero de Venezuela?; agrega además que: ¡El mal uso del FONDO está perjudicando el Bienestar actual de los venezolanos y el de la generación siguiente! Porque el reglamento del FEM también destaca que las transferencias del FEM debería ser un porcentaje para el Fondo de Ahorro intergeneracional. Según la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP), en su (art. 155) El fondo estará destinado a garantizar la sostenibilidad intergeneracional de las políticas públicas de desarrollo, especialmente la inversión real reproductiva, la educación, la salud, así como promover la competitividad de las actividades productivas no petroleras. Para finalizar la autora de este interesante artículo concluye de esta forma “En suma, es evidente y lamentable que el FEM como FONDO NO HA CUMPLIDO SU FUNCIÓN. Para leer el artículo completo de Yoskira Cordero entrar a:
(www.monedasdevenezuela.net)
La pregunta que debemos hacernos todos los venezolanos es la siguiente: ¿Estábamos preparados para asumir el reto que significaban unos ingresos petroleros fuera de toda proporción, sobre todo cómo administrar la cosa pública? Pero, ¿no es que estamos en crisis?
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