Aquellos Años (2015–2019) … Soy migrante en tierras ecuatorianas
La Amazonía está Ardiendo
¿Están los humanos abusando de este planeta?
¿Estamos luchando por las generaciones futuras?
¡El planeta te
necesita, Ahora (2)!
¡Ambientalistas
apocalípticos…! A lo largo de los años, amigo Juan
Pueblo, desde mi llegada a Venezuela en 1972, alerte el desastre que se
produciría en las Sabanas de Coro, específicamente en el sector (El Cebollal”;
posteriormente cuando trabajaba en Carora, Estado Lara, alerte sobre las
deforestaciones que se estaban produciendo sin ningún control. En ese momento,
me tocó ser uno de los fundadores de la “Sociedad Conservacionista de Carora” y
su primer presidente. Siempre fuimos aplaudidos por unos y tildados de
exagerados y radicales por otros por defender las causas ambientalistas con vehemencia.
¿Tenían ellos la razón?
Flavia Broffoni, coordinadora
nacional de Extintion
Rebelion, un movimiento internacional que forma parte de la Alianza por
el Clima, organizadora de la marcha que se realizó frente a la Embajada de
Brasil en Argentina, advirtió hoy que los incendios del Amazonas nos enfrentan
a un "escenario apocalíptico".
¡Que
suba el telón!
- En el portal web www.nortecorrientes.com,
de fecha 22 de agosto de 2019, apareció un artículo, titulado: Ambientalistas alertan por un "escenario apocalíptico " por los
incendios en la Amazonia. Por ser interesantes estas declaraciones de Flavia, es que las voy a compartir con ustedes.
“Nos enfrentamos a un escenario apocalíptico porque las
consecuencias de estos incendios no estaban previstas científicamente en los escenarios
de calentamiento global que estaban planteados", dijo
Broffoni en diálogo con Télam.
Las organizaciones nucleadas en Alianzaxelclima,
que surgió a partir de las movilizaciones juveniles en más de 270 ciudades del
mundo, se sumaron a la convocatoria para manifestarse mañana ante las embajadas
de Brasil en el mundo, entre ellas la sede de Argentina, en protesta por los
incendios en la selva del Amazonas que avanzan a una velocidad que califican de
"alarmante".
"Nunca en la historia moderna hubo un
conflicto ambiental tan grave como lo que está pasando ahí, por fuera de
catástrofes nucleares como Chernóbil (accidente nuclear el 26 de abril de
1986). Teníamos una ventana de oportunidad de 10 años para acelerar la
transición hacia energías renovables y esto acorta muchísimo el tiempo",
afirmó Broffoni.
Al respecto, señaló que "estamos hace 15
días con 70.000 focos de incendios en el Amazonas, con una invisibilización
comunicacional impresionante y la AlianzaxelClima es un colectivo de organizaciones
que desde hace pocos meses trabajamos juntas en función de la declaración de
emergencia ecológica y climática".
"Desde que asumió (el presidente de Brasil) Jair Bolsonaro
desreguló la protección del Amazonas, desplazó a las comunidades de pueblos
originarios, protectores naturales de la selva, y arengó a todos los productores
agroindustriales a expandirse", señaló la activista.
"Lo que está pasando está fuera de
control, fue provocado por el Gobierno de Brasil y está arengado por
Bolsonaro", concluyó.
¿Podrá
la Amazonía minimizar sus impactos ambientales? Los incendios en la
Amazonía son un “verdadero
apocalipsis”, según un arzobispo brasileño que espera que el sínodo
papal del próximo mes en el Vaticano denuncie enérgicamente la destrucción de
la selva tropical.
Erwin Kräutler dice que espera que el sínodo
papal del próximo mes denuncie la destrucción de la selva tropical.
Los comentarios de Erwin Kräutler ejercerán
una nueva presión sobre el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, luego de las
críticas de los líderes del G7 el
mes pasado por el aumento de la deforestación en el sumidero de carbono terrestre
más grande del mundo.
- En el portal web www.ecoportal.net,
de fecha 5 de septiembre de 2019, apareció una interesante noticia, bajo el
título de: Los incendios en la Amazonía
son un “verdadero apocalipsis”, según un arzobispo brasileño. Si, los jerarcas de la iglesia católica, están alzando
su voz, es que la vaina no está fácil amigo Juan Pueblo.
Veamos cómo se desenrolla esto.
Las palabras del arzobispo también destacan
una división cada vez mayor entre la iglesia católica y el movimiento
pentecostal. El Papa Francisco ha defendido una relación más armoniosa con el
mundo natural por el bien de las generaciones futuras, en contraste con los
pentecostalistas del nuevo mundo de rápido crecimiento que forman la base de
apoyo para la explotación de recursos acelerada defendida por Bolsonaro y
Donald Trump.
La reunión de obispos condenaría todas las
formas de destrucción de la Amazonía y abogaría por una nueva visión de la
ecología basada en la fe cristiana en Dios como el creador de un “hogar común”,
dijo Kräutler en un intercambio de correos electrónicos con The Guardian.
Aunque se retiró como obispo de Xingu, es uno de los 18 miembros del consejo
preparatorio designado por Francisco antes del sínodo papal del próximo mes en
el Amazonas.
Después de la reunión, se espera que
Francisco refuerce este mensaje con una “exhortación apostólica”. Es probable que se
base en su influyente encíclica de 180 páginas sobre el cambio climático,
Laudato Si, publicada hace cuatro años, que pidió medidas concretas para
abordar la crisis ambiental.
Los preparativos para un sínodo de Amazon han
estado en marcha desde 2016, pero el problema se ha vuelto más urgente en los
últimos meses debido a incendios, amenazas y un gobierno hostil, dijo Kräutler.
“Siempre ha habido incendios en la Amazonía. Cuando son
más pequeños, la naturaleza se reconstruye en pocos años. Pero lo que está
viendo ahora es
un verdadero apocalipsis”, dijo el arzobispo, que ha pasado 54 años en
la región.
“Los incendios de este año superan cualquier
cosa que puedas imaginar. Sin lugar a dudas, es la consecuencia de los
comentarios de [Bolsonaro] sobre la apertura de la Amazonía a empresas
nacionales y multinacionales. Él entiende “abrir el Amazonas” como una licencia para
limpiar un bosque lluvioso y ganar espacio para que el ganado pueda pastar y
plantar monocultivos como la soja y la caña de azúcar”.
A principios de esta semana, el clero
católico en la Amazonía emitió una carta abierta condenando la violencia y la
intimidación que dicen que están experimentando como resultado de los esfuerzos
para proteger el bosque, los pueblos indígenas y las comunidades pobres de los
mineros y agricultores.
“Estamos profundamente decepcionados de que hoy, en lugar
de ser apoyados y alentados, nuestros líderes sean criminalizados como enemigos
de la patria”, escribieron.
“Hoy el Amazonas está herido, su belleza deformada, un lugar de dolor
y violencia”,
continúa. “La destrucción múltiple de la vida humana y ambiental, las
enfermedades y la contaminación de ríos y tierras, la tala y la quema de
árboles, la pérdida masiva de biodiversidad, la desaparición de especies (más
de 1 millón de los 8 millones de animales y plantas están en riesgo),
constituyen una realidad brutal que nos desafía a todos.
“La violencia, el caos y la corrupción son
rampantes. El territorio se ha convertido en un espacio de discordia y de
exterminio de pueblos, culturas y generaciones”.
¡La
Amazonía camina hacia su destrucción! Los gobiernos de Colombia, Perú,
Ecuador, Bolivia y Brasil suscribirán hoy el Pacto de Leticia por la Amazonia,
un documento que definirá las acciones que deben emprender tanto los países
amazónicos, como las demás naciones de la región y la comunidad internacional
para proteger este pulmón del mundo.
- En el portal web www.sostenibilidad.semana.com,
de fecha 5 de septiembre de 2019, nos trae una noticia, no sé cómo definirla Juan Pueblo, se trata
de otro Pacto más al firmado en 1978, pero bueno, esperemos que no sea otro
show para la foto. La referida noticia viene bajo el título de: Pacto de Leticia, ¿un salvavidas para la Amazonia?
La urgente necesidad de encontrar salidas que permitan proteger y hacer un uso sostenible de la
Amazonia,
llevaron a que los presidentes de Colombia, Iván Duque y de Perú, Martín
Vizcarra, tomaran la decisión de trabajar de forma coordinada para lograr este
objetivo.
Hoy se lleva a cabo la Cumbre Presidencial
por la Amazonia, evento en el que se suscribirá el Pacto de Leticia por la Amazonia,
el cual contendrá la hoja de ruta no solo para los países amazónicos, sino
también para las naciones de la región y la comunidad internacional, de lo que
se deberá hacer para salvar este "pulmón
del mundo".
En la capital colombiana del Amazonas, además
de Duque y Vizcarra, los presidentes de Ecuador, Lenín Moreno, y de Bolivia,
Evo Morales, así como por el vicepresidente de Surinam, Michael Adhin, el
Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Henrique Fraga Araújo y el
propio Jair
Bolsonaro, presidente de este último país, quien hará presencia
a través de una videoconferencia, dialogarán y debatirán las
fórmulas que permitan avanzar en la protección de esta área, clave para el
futuro de la humanidad.
El encuentro será determinante, pues si bien
cada país toma sus propias acciones y determina la normatividad en cuanto al
manejo y uso de estas extensas áreas de bosques, lo cierto es que hay factores
comunes que están llevando a que hoy una importante parte de la Amazonia esté
en llamas. La
deforestación es, según los expertos, la principal problemática que ha causado
las conflagraciones. La extensión de la frontera agrícola, así como la
comercialización de madera y el desarrollo de otras actividades económicas
están poniendo también en peligro uno de los mayores patrimonios de bosques que tiene
en mundo.
Por estas razones, las conclusiones y los
compromisos que se establezcan en el marco de este espacio de diálogo serán
clave para el futuro de esta región, pues los últimos datos dados a conocer por
el Instituto
Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil
(Inpe), en ese país los
incendios en el bosque tropical más grande del mundo arrasaron 2,5 millones de
hectáreas solo en agosto de este año, cifra equivalente a 4,2 millones de
campos de fútbol. En Bolivia, la situación no es más halagadora. Allí, la cifra
supera los dos millones de hectáreas quemadas en lo corrido del año; mientras
en Colombia la Fundación Gaia
Amazonas, dice que en los últimos días se han registrado más de
200 focos de calor, siendo el departamento del Meta el más afectado.
El Gobierno Nacional había venido insistiendo en la necesidad de crear
un pacto, pues para el presidente Duque, los instrumentos de cooperación amazónicos
disponibles hoy
“se han quedado cortos”.
“Es cierto que en 1978 se firmó el Tratado de Cooperación
Amazónica (TCA) y después, en la década del 2000, se creó la Organización del Tratado
de Cooperación Amazónica (Otca),
pero lo cierto es que la Otca y el Tratado como tal se han quedado cortos y no
han tenido el suficiente liderazgo a nivel presidencial para entender cómo debemos
ejercer una protección armónica, confiable y basada en indicadores, de nuestra
Amazonía”, ha dicho el primer mandatario.
- La vaina en la
Amazonía, no está fácil, amigo Juan Pueblo, son
tantos intereses que se mueven allí, políticos como económicos, que esto
seguirá ardiendo. Fíjate amigo, en el portal web www.democracynow.org, de fecha 6
de septiembre de 2019, aparece una noticia que quiero compartir contigo, bajo
el título de: Arzobispos brasileños
denuncian incendios amazónicos. Espero la puedas rumiar.
En Brasil, los líderes católicos están
condenando una serie masiva de incendios en la Amazonia, que se suman a la
presión contra el presidente de extrema derecha de ese país, Jair Bolsonaro,
para que impida que los mineros, agricultores y ganaderos ilegales destruyan la
selva tropical, cuya existencia es fundamental para frenar la crisis climática.
Hablando con el periódico The Guardian, el arzobispo Erwin Kräutler calificó los incendios
como un “verdadero apocalipsis”,
mientras que el arzobispo Roque Paloschi advirtió sobre el riesgo de genocidio
contra los pueblos indígenas que defienden sus bosques contra los incendios
provocados por actividades ilegales.
¡Exterminio
de la humanidad! Los incendios que devastan la Amazonia, principalmente en
Bolivia y Brasil, pudieron encararse con el Tratado de Cooperación Amazónica,
pero ese cuarentón acuerdo de los ocho países de la cuenca para proteger el
bioma que actúa como gran regulador del clima del planeta fue dejado en el
olvido.
Ese pacto de 1978 “se erigió como un mecanismo de
protección colectiva de la Amazonía, para concebir y coordinar las políticas de
los gobiernos, aun cuando no fuese un ente operativo”, señaló
a IPS Arnoldo José Gabaldón, quien
estrenó el primer Ministerio de Ambiente establecido en América Latina, el de
Venezuela en 1976.
Los ocho Estados firmantes que comparten la
cuenca amazónica – Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Suriname y
Venezuela-, se comprometieron a “realizar esfuerzos y acciones conjuntas para
promover el desarrollo, la preservación ambiental y utilización racional de los
recursos naturales de la región”.
- Es importante
señalar, que el primer Ministro de Ambiente en América Latina, lo nombró Venezuela,
esto Juan Pueblo, para que el mundo sepa los
atrasos que vive hoy el país en manos de un gobierno socialista. En el portal
web www.ipsnoticias.net,
de fecha 6 de septiembre de 2019, fue reseñada una importante noticia, escrita
por el periodista Humberto Márquez, bajo el título de: Incendios en la Amazonia:
OTCA, el bombero ignorado.
Para enfatizar “la protección, conservación y gestión
sustentable de los bosques y de la biodiversidad” en la vasta
región, los ocho se asumieron desde 1995 como intergubernamental Organización
del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA),
con una secretaría en Brasilia cuya titular desde enero es la boliviana
Alexandra Moreira López.
Pero el desdén por el tratado se exhibió con
los incendios que siguieron a las intensas deforestaciones de los años
2002-2004, las sequías de 2005 y 2010 y, nuevamente, la proliferación de focos
de fuego en 2019, sobre todo agosto, cuando acapararon la atención mundial.
Entre el 1 y el 27 de agosto, el brasileño Instituto Nacional de Investigaciones
Espaciales observó 42.719 puntos de fuego en el territorio
amazónico de su país, que representa más de 60 por ciento del total del bioma.
Esa cadena de fuegos fue 128 por ciento más
que en el mismo período de 2018, mientras que en Bolivia las llamas consumieron
2,1 millones de hectáreas.
Parecía servida la mesa para actuar con base
en el tratado amazónico y la cancillería venezolana solicitó una reunión
ministerial del pacto, pero en cambio los presidentes Iván Duque, de Colombia,
y Martín Vizcarra, de Perú, organizaron una cumbre ad-hoc para este viernes 6
en Leticia, en la triple frontera de Brasil, Colombia y Perú.
Venezuela, que enzarzada en las polémicas
entre gobiernos de izquierdas y de derechas en la región había apelado al
tratado, fue excluida de la cita, a la que acuden los presidentes Duque,
Vizcarra, el ecuatoriano Lenín Moreno, el boliviano Evo Morales y los
vicepresidentes de Brasil y Suriname, Hamilton Mourao y Michael Ashwin Adhin.
“La decisión de no utilizar la OTCA parece ser política”, dijo a IPS, desde Washington, Lisa Viscidi,
directora del programa de Energía y Cambio Climático en la organización Diálogo
Interamericano.
Duque justificó la reunión de Leticia porque
“el Tratado de Cooperación Amazónica se quedó corto y la OTCA no ha tenido suficiente liderazgo a nivel presidencial para
una protección armónica, confiable y basada en indicadores” de la Amazonia.
En el caso de la Amazonía, “la intensidad de
los problemas asociados al cambio climático deja poco margen para no cooperar
escudándose en razones de soberanía”, afirmó Gabaldón.
El exministro (1976-1979), quien también fue
uno de los coordinadores de la posición común de los países amazónicos en la Cumbre de la Tierra de 1992, recordó que negociar el Tratado de Cooperación,
hace cuatro décadas, “fue difícil ante la cautela en cuestiones de soberanía
que mostraban los gobiernos militares que entonces había en América del Sur, y
los problemas ambientales eran menos considerados que hoy día”.
Finalmente, vista la fuerte politización del
debate sobre los incendios, Gabaldón advirtió contra quienes “se rasgan las
vestiduras, como en Venezuela”, pues “mientras se
critica y denuncia la devastación de la Amazonía en otros países, en este se comete
un crimen ecológico, social e institucional en la Guayana (sureste) a partir
del llamado Arco Minero del Orinoco”.
Ese Arco es un territorio de 112.000
kilómetros cuadrados, donde el gobierno auspicia la explotación de oro y otros
minerales. En todo el sur venezolano, hábitat de pueblos indígenas, incluso en
áreas donde la minería está expresa y legalmente prohibida, se ha documentado
la presencia de centenares de explotaciones mineras que destrozan y contaminan
bosques y ríos.
¡Utopía
o realidad del Pacto! De cara a los efectos del cambio climático que ya se
hacen sentir (y se harán sentir con mayor fuerza), era necesario buscar la
forma de dotar a los Estados en los territorios de los cuales se ubica la
Amazonia de un mecanismo regional de respuesta a incendios de manera
permanente. La reunión en Leticia debió de ser el primer paso en esta dirección
precisa. Lejos de constituirse en una herramienta eficaz, pareciera que este
"Pacto" intenta sobre todo
responder a la presión internacional.
Este 6 de setiembre del 2019, reunidos en la
localidad de Leticia, ubicada en la frontera de Colombia con Brasil y Perú, los
representantes de siete Estados adoptaron el siguiente texto que decidieron
titular "Pacto de Leticia por la
Amazonía".
- En el portal web www.biodiversidad.org,
de fecha 13 de septiembre de 2019, se publica una información bastante
interesante, por Derecho Internacional Público, bajo el título de: Pacto por la Amazonía: ¿herramienta eficaz o show mediático?.
Esto Juan Pueblo, trata de escudriñar si esto
sirve o no sirve, o para que digan, estamos haciendo algo.
A la cita concurrieron los Jefes de Estado de
cuatro Estados, a saber, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Brasil fue
representado por su Ministro de Relaciones Exteriores, mientras que asistieron
por parte de Surinam su Vice Presidente, y por parte de Guyana, su Ministro de
Ambiente.
Es probable que el repudio internacional
generalizado a la acción errática de Brasil para contener los incendios y al
discurso (incendiario) de su Presidente no sean ajenos a la idea de convocar
esta reunión inter-estatal, la cual fue celebrada en el interior de una
construcción indígena en Leticia, con presencia de integrantes de comunidades
indígenas (que asistieron a la reunión ubicados detrás de las delegaciones
oficiales).
Esta reunión se dio dos semanas después de
una profunda crisis diplomática originada en la reacción tardía de Brasil en
contener los fuegos en la Amazonía pese al llamado hecho por varios miembros de
la comunidad internacional (véase al respecto nuestra breve nota titulada
"Crisis diplomática a raíz de los incendios en la Amazonía brasileña:
breves apuntes sobre discursos incendiarios").
Es de notar que, a diferencia de otros
Estados, los Estados de América Latina han mantenido extremadamente reservados
con relación a valorar la forma en que Brasil ha permitido un avance tan
decisivo de las llamas desde finales del mes de julio. Por alguna razón, ni
Venezuela, ni Francia (Estado que colinda en la selva amazónica con Brasil al
igual que Suriname y Guyana, a través de su departamento de ultra mar -
"La Guyane"), participaron a esta reunión.
De cara a los efectos del cambio climático que ya se hacen sentir (y se
harán sentir con mayor fuerza), era necesario buscar la forma de dotar a los
Estados en los territorios de los cuales se ubica la Amazonia de un mecanismo regional de
respuesta a incendios de manera permanente. La reunión en Leticia debió de ser el
primer paso en esta dirección precisa.
La tragedia que se vive en la Amazonia
debería a su vez inspirar a otros Estados en otras latitudes en aras de dotarse
de mecanismos conjuntos eficaces de lucha contra los incendios forestales, en
particular cuando compartan extensos bosques en sus zonas fronterizas.
¡Tragedia
ecológica! El incendio que ha arrasado gran parte de la Amazonía este mes
de agosto de 2019 tardó varias semanas en llamar la atención regional y
mundial. Sin embargo, una vez conocido el hecho, se ha desatado una importante
discusión sobre sus consecuencias y una significativa movilización
internacional. Tachados de alarmistas durante mucho tiempo, vale decir de
locos, nunca antes habían sido escuchados con tanta atención quienes auguran un
cercano colapso civilizatorio de mantenerse las tendencias destructivas
actualmente en marcha, como las que convergieron en el desencadenamiento de
esta calamidad monumental.
- No hay palabras con
que describir la tragedia ecológica que vive la Amazonía, lo que está pasando
no es fácil de digerir, Juan Pueblo amigo, en el
portal web www.biodiversidad.org,
de fecha 13 de septiembre de 2019, aparece un artículo escrito por el
periodista Francisco Javier Velazco Páez, bajo el título de: A propósito del pavoroso incendio de la Amazonía: el colapso ronda al planeta.
La terrible tragedia ecológica que, en el macizo amazónico, se abate
sobre sus habitantes vegetales, animales y humanos, va a vigorizar el debate ya
en curso de un posible fin abrupto del orden global social dominante en proceso de caos. Nos referimos a un
escenario asociado a una crisis ecológica mayor caracterizado por un
hundimiento brutal de los ecosistemas que se expresa tanto localmente, a la
escala de un mar interior, de un río, de un lago, etc., como biosféricamente,
es decir a la escala del planeta entero, sobrepasando las posibilidades de
resiliencia de la trama de la vida a corto, mediano y largo plazo. Se trataría
de una situación en la que la capacidad de la biósfera de renovarse y perpetuarse
es destruida de manera definitiva.
Los signos de un posible cataclismo
socio-ambiental generalizado se revelan por todas partes bajo la forma de
eventos climáticos extremos, contaminación galopante, lluvia ácida,
deforestación masiva, esterilización creciente de suelos, desecamiento
desbocado de acuíferos, disminución acelerada de biodiversidad, entre otros.
Todos ellos se agregan a las múltiples crisis geopolíticas, políticas, sociales
y económicas. Cada crisis, cuya lista no es exhaustiva, refuerza a las otras,
conformando un todo, una sola y misma crisis sistémica.
Numerosas investigaciones no cesan de alertar acerca del desorden climático. De hecho, a causa
de las incesantes emisiones de gases de efecto invernadero producidas por
ciertas actividades humanas, la temperatura promedio de la superficie del globo
terráqueo ha aumentado en 1,1° con respecto a la era pre-industrial, causando
el derretimiento de glaciares, olas de calor, sequías, incendios y mega
tempestades. Aún en el caso de que los países signatarios del acuerdo de París
de 2015 respetaran sus promesas, el planeta se confrontaría muy probablemente
con un recalentamiento de al menos 3° C de aquí a finales del siglo XXI, lo que
constituiría una catástrofe para la vida tal y como la conocemos. Puntillosos
equipos de investigación constatan que el calentamiento global está haciendo
subir la temperatura de mares y océanos (y por ende el nivel del mar) a tal
punto que vastas regiones del planeta serán inundadas por las aguas, lo cual
modificará radicalmente los mapas y provocará migraciones en masa más numerosas
que todas las que registra la historia.
La situación es de tal gravedad que, incluso algunas figuras
relevantes del status quo global han expresado su preocupación por el estado de
cosas imperante en el ámbito ecológico. Tal es el caso del Papa Francisco que
ha exhortado a los estados a actuar para luchar contra el cambio climático “porque nuestra
supervivencia y nuestro bienestar dependen de ello”,
o el del Secretario General de las Naciones Unidas Antonio Guterres quien llama
a salvar el mundo ante lo que califica de “amenaza existencial directa”. Incluso en el
establecimiento militar surgen ciertas angustias. Así, por ejemplo, el
Pentágono ya ha hablado de cambio climático como un “multiplicador de
amenazas”. No se trata pues de una simple crisis de la cual salimos idemnes ni
de una catástrofe puntual, como por ejemplo un tsunami, de la cual nos
olvidamos unos meses después. La deuda ecológica que enmarca esta circunstancia
es peor que la deuda financiera global porque, a final de cuentas, el dinero es
una construcción puramente social pero la naturaleza, pese a su intervención
social, tiene límites físicos muy concretos.
Los informes científicos más serios y rigurosos han insistido desde hace
años que, si permitimos que persistan las tendencias imperantes, la humanidad
no tiene muchas posibilidades de sobrevivir como especie más allá de la mitad
del siglo en curso. A esto se suman las desdeñadas advertencias hechas por
voceros de pueblos originarios que, con sus refinadas sabidurías ancestrales,
han percibido desde hace mucho tiempo la deriva auto destructiva del patrón
civilizatorio hegemónico.
Esto nos conduce a poner un fin al proyecto
tecnológico de dominio de la naturaleza que ha destruido sistemáticamente los
sistemas de los cuales dependen los seres vivos y ha generado, perpetuado y
ampliado las divisiones entre géneros, pueblos, etnias, naciones, Estados y
clases. Necesitamos una transformación psíquica y cultural profunda, una revuelta
ciudadana de grandes proporciones que una lo separado y postule nuevas bases de
convivencia social y ecológica.
¡Quedará
en el papel el Pacto de Leticia! Aseguran que no los tuvieron en cuenta
para la realización de esta iniciativa que fue firmada hace unos días por siete
de los nueve países que comparten el bosque tropical más extenso del mundo.
Piden ser escuchados antes de pasar del papel a la acción.
- Es preocupante amigo Juan Pueblo, que las delegaciones indígenas no fueron
escuchadas, más bien fueron parte de un show. En el portal web www.sostenibilidad.semana.com,
de fecha 18 de septiembre de 2019, aparece un artículo interesante, bajo el
título de: Indígenas cuestionan Pacto de
Leticia por la Amazonía.
Al lado de la asta que sostenía la bandera de
Guyana se encontraba parado Elisio Zafiama Moreno. Los rayos del inclemente sol
que hacía al medio día en Leticia, caían sobre su rostro y su torso desnudo.
Las diferentes figuras que tenía pintadas en sus mejillas, propias de la cultura
Murui Muina, a la que pertenece, comenzaron a desvanecerse
lentamente.
Junto a él se situaban otros ocho indígenas
descalzos y vestidos con el traje típico de su cultura. Ellos hicieron parte de
la comisión que fue
llamada a hablar, pero sobre todo a escuchar, a los representantes de los
gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Surinam y
Guyana que firmaron el Pacto de Leticia por la Amazonia hace unos días.
"No nos tuvieron en cuenta para firmar
este pacto, aunque mencionaron nuestro nombre. Eso hizo falta, para mí sería mejor
que escucharan la voz de los indígenas antes de tomar decisiones",
dijo Elisio Zafiama Moreno.
Tras la protocolización del convenio,
conformado por 16 puntos, los aborígenes realizaron una demostración de sus
danzas y rituales tradicionales durante el almuerzo de los presidentes y altos
dignatarios que se dieron cita en las instalaciones de la Universidad Nacional
de la capital del Amazonas.
"A eso se resumió su participación en el pacto",
afirmó indignada Nelly Kuiru, integrante de la
comunidad Murui Muina y comisionada nacional de comunicación de los Pueblos
Indígenas de la Macroamazonia.
"Mis compañeros estuvieron parados como
la bandera y luego los llevaron al almuerzo para que hicieran el show de
entretenimiento para los invitados. Me parece una falta de respeto que, como autoridades, que,
como pueblos, nos traten de esa manera. Trajeron a varios abuelos
para hacerles protocolo de los presidentes, pero nunca les pidieron que tomaran
la palabra. Tampoco les explicaron de qué se trataba cada punto del
acuerdo", aseguró Kuiru.
La líder indígena sostuvo que en Colombia se
firmaban muchos pactos, que muchas veces no se cumplían y quedaban en el
papel. "Para la muestra un botón con el proceso de paz, que
ya no sabemos ni qué va a pasar", dijo y agregó que "para mí el Pacto de
Leticia es muy abstracto, debe tener más profundidad, pues
la selva amazónica no es solamente lo verde que se ve. Ahí, desde años
inmemorables, viven indígenas como pueblos ya no nómadas, pero también
comunidades que voluntariamente siguen aislados, por eso para hacer un convenio
de esta índole se debe realizar un análisis y un diagnóstico más concienzudo de
lo que es el Amazonas, para que su impacto sea positivo y realmente se pueda
llevar a cabo", comentó.
Para ella, al igual que para algunos expertos
como el exministro de Medio Ambiente, Manuel Rodríguez, el Pacto de Leticia por la Amazonia son
solo "un saludo a la
bandera".
"Se requiere mucho más que unos pañitos
de agua tibia, como es el Pacto de Leticia. ¿Estarán los líderes políticos y empresariales de
los países amazónicos listos para renunciar a una parte de sus proyectos mineros,
petroleros, hidroeléctricos, viales, de apertura de la frontera agrícola, etc.,
que son las principales causas de la destrucción de la selva?
No nos engañemos: si no lo hacen, la suerte de la Amazonia está echada. ¿Acaso
estos líderes no entienden que con ello podrían estar haciendo grave daño al
futuro de sus países y, de paso, podrían estar arruinando sus propios
intereses?", señaló Rodríguez en una columna escrita para el periódico El
Tiempo.
¡Que
baje el telón!
¡Un
apunte final…!
El próximo Sínodo sobre la Amazonía, que se
celebrará en Roma a finales de este año, me hace pensar en el hecho de que
crímenes medioambientales, que destruyen la Casa Común, tendrían que ser un
auténtico “ecocidio” y no deberían
de quedar impunes.
Es por ello que me pongo a temblar ante la
fiebre de concesiones y proyectos extractivistas a cielo abierto que nos
esperan. Ay, monseñor, si usted supiera, lo que pasa en mi país con el Arco
Minero Orinoco y autorizado por el gobierno socialista.
El problema no es sólo la debilidad de
nuestras instituciones, sino la ausencia de estructuras internacionales
fuertes. Pienso que en casos así debería exigirse responsabilidades en el país
de origen de las compañías. Bueno sería que los crímenes medioambientales se
incluyan en el Estatuto de Roma y entraran con fuerza en la Corte Penal
Internacional. Por eso me permito hablar de “ecocidio”. A estas alturas de la
película ecológica es evidente el daño que estamos haciendo al planeta.
Quién nos ha ayudado a tomar conciencia y a
renovar nuestra sensibilidad ecológica y humanista es el Papa Francisco. Su
encíclica Laudato Si, fuerte y lucida, nos ha despertado a comprender la
gravedad de los problemas que arrastramos y ubicado de forma crítica y decisiva
ante nuestra responsabilidad actual y generacional. ¿Qué mundo vamos a dejar a
nuestros herederos? Creo que fue Fabius, primer ministro de Francia quien en la
clausura del encuentro de Paris dijo: “más
tarde será demasiado tarde”. Es a estas personas a las que hay que
escuchar, no a los representantes de grandes corporaciones transnacionales que
con enorme codicia extraen materias primas y procesan combustibles fósiles.
(FUENTE CONSULTADA: El Comercio de Quito,
Opinión, Página 8, Hablemos de “ecocidio”, Monseñor Julio Parrilla).
Pensamiento
¡El pulmón del mundo está en llamas! Palabras más, palabras
menos, esta frase ha sido repetida por líderes políticos, celebridades, medios,
organizaciones conservacionistas y gente del mundo entero consternados por los
incendios que afectan a la Amazonía desde hace más de varias semanas.
Blog
Hoja 123
Pero al menos lapresión sobre los gobiernos fue tal que hasta tuvo que ventilarse el caso en el foro mundial de los países desarrollados...al menos
ResponderEliminarGracia por tu comentario. Cordial saludo.
ResponderEliminar